
Cuatro firmas de inteligencia artificial liderarán el desarrollo de la IA del Ejército de Estados Unidos. El jefe de la Oficina Digital y de Inteligencia Artificial del Pentágono ha anunciado sendos contratos, valorado cada uno en 200 millones de dólares, para que Anthropic, Google, OpenAI y xAI desarrollen "la adopción por parte del Departamento de Defensa de capacidades avanzadas de IA para hacer frente a retos críticos de seguridad nacional".
Las firmas ganadoras, detrás de los sistemas generativos de Claude, Gemini, ChatGPT y Grok, respectivamente, suponen un cambio de paradigma en el Pentágono al incluir tecnologías comerciales de amplio alcance para propósitos militares. "El Departamento de Defensa está aplicando un enfoque comercial para acelerar la adopción de la IA", indica el comunicado del Pentágono.
No se han dado más detalles de en qué consistirán dichas adjudicaciones, pero el lenguaje de la Oficina Digital, destacando las cualidades comerciales de dichas firmas, denota el nuevo enfoque que está adquiriendo el Gobierno federal de EEUU. Hace unas semanas, el Ejército terrestre destacó la creación del Destacamento 201, un organismo compuesto por directivos de Silicon Valley (entre ellos, dos ejecutivos de OpenAI) para implementar la inteligencia artificial en las Fuerzas Armadas.
Para las compañías tecnológicas, este paquete de adjudicaciones del Departamento de Defensa, liderado por el periodista Pete Hegseth, supone entrar por la puerta grande en el lucroso mundo de los contratistas del Pentágono, famosos por desarrollar proyectos con enormes sobrecostes y décadas de desarrollo a costa del contribuyente. La reforma fiscal de Trump ha dedicado una partida de 16.000 millones de dólares para implementar drones e inteligencias artificiales en el Ejército, algo muy beneficioso para las firmas tecnológicas.
Musk sigue ampliando negocios
El comunicado del Pentágono abre la puerta a ampliar los proyectos tecnológicos al resto de la Administración: "Por último, el Departamento de Defensa se está asociando con la Administración General de Servicios para llevar las mejores tecnologías de IA al Gobierno federal, aprovechando al mismo tiempo el poder adquisitivo de todo el Gobierno para la producción de IA y los recursos informáticos".
Detrás de las declaraciones de la Oficina Digital aparece la sombra de Elon Musk, dueño de xAI y que ha coqueteado con la idea de fusionar la empresa con Tesla y X. Musk estuvo durante los tres primeros meses de la Administración Federal al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), con el objetivo de recortar los servicios públicos.
Durante esas semanas, diversas voces alertaban de la facilidad que tenía Musk para acceder a los datos fiscales y administrativos del Gobierno, dándole una ventaja significativa frente a sus adversarios. DOGE además fue paulatinamente cambiando de un enfoque de recortes presupuestarios a innovación tecnológica de la Administración.
En abril, sin embargo, Musk y Trump rompieron relaciones. La situación escaló a tal nivel entre ambos empresarios que el mandatario estadounidense amenazó con deportar al sudafricano y cortarle el grifo de los contratos públicos. No obstante, tanto la NASA como el Departamento de Defensa son clientes habituales de SpaceX, otra compañía del tecnoligarca. A pesar de las amenazas de Trump, el nuevo contrato logrado por xAI es una ampliación de los negocios de Musk en el Gobierno federal de EEUU.