Opinión | Miguel Ángel Bernal Alonso
- 11/03/2017, 09:00
11/03/2017, 09:00
Sat, 11 Mar 2017 09:00:10 +0100
No han pasado, todavía, ni nueve meses desde las últimas elecciones que permitieron alumbrar unas nuevas cámaras legislativas y formar nuevo Gobierno. Por supuesto que ustedes tendrán en mente el fallido de unas elecciones previas, las propias de diciembre de 2015, las cuales hubieron de ser repetidas, pues en aquellas fue imposible la gobernabilidad. España parece vivir instalada en una crisis política sin precedentes desde la llegada de la democracia a nuestro país, algunos ya opinan que nos estamos italianizando. La política ocupa uno de los aspectos de mayor preocupación entre la opinión pública española. De hecho, el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de diciembre pasado nos lo confirma, puesto que siete de cada diez españoles consideraban que la situación política era mala o muy mala y ello a pesar de una mejora sobre la encuesta previa. Pues bien, ese caldo de cultivo de crisis política inicia una nueva fase, la posible convocatoria anticipada de elecciones. Ante esta posibilidad la pregunta parece obvia: ¿puede la crisis política perjudicar a la economía española en las actuales circunstancias?