
El consumo, pero sobre todo la inversión, serían los principales afectados en caso de que se produjera un adelanto electoral en nuestro país. La inversión extranjera podría caer más de 8.000 millones de euros bajo este supuesto, que llegaría en un momento incómodo para España: con la economía nacional mostrando ya los primeros síntomas de desaceleración -como se aprecia en las ventas minoristas-, con la inflación subiendo y un panorama poco halagüeño en Europa.
Los expertos consultados por elEconomista coinciden en que unas nuevas elecciones tendrían ahora una repercusión más negativa de la que tuvo en su momento el año de desgobierno. La clave está en que la economía española afrontaría este escenario desde una posición más débil. De hecho, el Gobierno reconoce que el PIB crecerá al 2,3% este ejercicio desde el 3,2% al que avanzó el año pasado de acuerdo con las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A ese menor dinamismo interno se añade una compleja situación en nuestro entorno más cercano. El adelanto electoral se produciría ahora que el Banco Central Europeo ha dejado claro que la etapa de tipos de interés bajos ha llegado a su fin; en medio de un escenario convulso por el auge de los populismos y extremismos en Francia, Alemania u Holanda (la cita más cercana, dado que los comicios se celebrarán la próxima semana); y ahora que los Veintiocho siguen tratando de digerir del modo menos doloroso posible la futura marcha de Reino Unido de la Unión. "Se produciría en un momento en que el área euro está muy cuestionada", sentencia Miguel Ángel Bernal, profesor de Economía del IEB.
La señal que estaríamos trasladando al exterior sería "negativa", señala el director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Raymond Torres, y repercutiría directamente en los índices de confianza e inversión, pero no solo. Desde su punto de vista la desaceleración ya es un hecho si tenemos en cuenta que se está produciendo una pérdida de poder adquisitivo en los hogares por el repunte de la inflación (se incrementó un 3% en febrero), que está superando el alza salarial y la revalorización de las pensiones, cuya subida ha sido apenas del 0,25%.
Familias y empresas, las primeras en notarlo
Bajo esta circunstancia y ante la pérdida de confianza que generaría una nueva convocatoria electoral, el primer componente en sufrir un deterioro sería el consumo. Sólo hay que tener en cuenta que en 2016 la intensa incertidumbre existente tanto dentro como fuera de nuestro país lastró un punto el consumo, según el Banco de España (BdE). El regulador calcula, sin embargo, que la repercusión fue mayor en el caso de la inversión empresarial, que retrocedió en total 2,4 puntos.
En opinión de Torres, el hecho de que el ciclo económico esté cambiando y el cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo harían que el impacto de un adelanto electoral sobre la economía española fuese ahora mayor. No en vano, esta posibilidad impactaría directamente sobre la carga financiera que soportan actualmente tanto el Estado, como las familias y las empresas. Y esto, pese a que la entidad mantuviese las compras de deuda pública.
Otros economistas no dudan en señalar que la imagen de nuestro país como socio se vería muy dañada. "Daría la impresión de que somos un territorio difícil de gobernar". Esto solo puede ser negativo para la inversión extranjera.
Un fuerte retroceso del apetito inversor
De acuerdo con las cifras publicadas por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la inversión extranjera cayó un 29% en el primer semestre de 2016, en el periodo de mayor incertidumbre para España hasta la fecha por las elecciones de junio. Se redujo hasta 6.715 millones (2.700 millones menos que en el mismo periodo del ejercicio previo). En el cómputo global del ejercicio, las cosas no fueron mucho mejor. El Banco de España recoge un retroceso de la inversión directa de 8.000 millones de euros. Esto implica que dicha variable descendió un 28% hasta los 21.200 millones de euros.
El efecto 'dominó' sobre el empleo
Es evidente que un adelanto electoral pasará factura a la economía y, con ello, al empleo. Es la opinión que expresa Carlos Martínez, director general de IMF Business School. Considera que, por un lado, esta incertidumbre hará que las inversiones y las contrataciones se pospongan hasta que se despeje el panorama político. Antes, difícilmente se tomarán decisiones.
"Además, no olvidemos que la empresa que más contrata en España al sector privado es la Administración Pública y si ésta está paralizada, el sector privado se ralentiza y crea menos empleo. Lo que ralentiza su ritmo de crecimiento en el corto y medio plazo", añade Martínez.
Es una tesis que enlaza con la del presidente del Consejo General de Economistas. Valentín Pich recuerda que un adelanto electoral implica perder entre medio año y un año de gestión, que es lo que no puede permitirse en la actual coyuntura España.
La importancia del gasto público en la ecuación
El Gobierno gestiona, a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) alrededor del 40% del Producto Interior Bruto nacional. Un adelanto electoral volvería a tener consecuencias por el lado del gasto público, que nuestro país no puede permitirse en este momento. Es más, España debe centrarse en lograr que el gasto público sea más eficiente y en aprobar las reformas necesarias sin más demora.
El de las medidas pendientes es otro de los argumentos empleados por el profesor Bernal, quien recuerda además que nuestro país sigue sin contar con unos Presupuestos ad hoc para este año y que le espera un año complejo a causa del órdago soberanista lanzado por la Generalitat de Cataluña y por su president Carles Puigdemont.
El 'shock' del bloqueo político
Si a todo lo anterior incorporamos, desde su punto de vista, la situación crítica que atraviesa el PSOE y la posibilidad de que Pedro Sánchez se imponga en las primarias de finales de mayo y vuelva a abrirse la vía del Gobierno de coalición con Podemos, el escenario se complica aún más para España.
Así, no resulta extraño que la Gerente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Almudena Semur, sentencie que "un adelanto electoral frenaría la aceleración del crecimiento, e intensificaría la incertidumbre ante la correlación de fuerzas resultantes tras las elecciones. Una reversión de las reformas llevadas a cabo, o un bloqueo político, afectaría negativamente a todos los componentes del PIB".
Los compromisos con Bruselas
Desde Funcas recuerdan que, con toda probabilidad, España no estará en condiciones de cumplir este año la meta del 3,1% de déficit pactada con la Comisión Europea. De modo que un adelanto de los comicios solo serviría para empeorar esta situación. La Comisión Europea ya cuenta con que nuestro país excederá en dos décimas este ejercicio su tope, y con que tampoco seremos capaces de reconducir el agujero de las cuentas públicas el próximo ejercicio.
El precio del crudo, un 'palo en la rueda'
Para España, 2017 será menos favorable también por el encarecimiento del precio del petróleo. El año pasado nos ahorramos 8.880 millones de euros en importaciones de productos energéticos porque el barril de Brent, de referencia en Europa, se pagó de media a 45 dólares. El Gobierno de Mariano Rajoy elaboró su último cuadro macroeconómico bajo el supuesto de que el precio del oro negro escalase este año hasta los 55 dólares.
Javier Santacruz, economista e investigador en la Universidad de Essex calcula que cada incremento del 1% del Brent empeora el saldo comercial total de España en 474 millones de euros. Por tanto, una subida a 55 dólares supondría un menoscabo del saldo comercial de España de entre 550 y 700 millones de euros.