Opinión | Amador G. Ayora
- 09/12/2017, 10:00
09/12/2017, 10:00
Sat, 09 Dec 2017 10:00:15 +0100
El principio de acuerdo alcanzado entre Jean Claude Juncker y Theresa May en la madrugada del viernes es una prueba del pragmatismo británico y de cómo se deben hacer las cosas. Es cierto que aún hay un largo camino para el compromiso definitivo y que, probablemente, la primera ministra necesitaba un empujón a las negociaciones para salvar su puesto, muy en entredicho. Lo importante, sin embargo, es su acierto, porque se despeja la incertidumbre sobre la fecha del 29 de marzo, fijada por el Parlamento para la ruptura definitiva con la Unión Europea.