Editorial
- 31/08/2015, 10:00
Antes de la crisis, España era uno de los alumnos aventajados en el cumplimiento del Pacto de Estabilidad en lo que a su nivel de deuda pública se refiere. En esa misma época, el pasivo privado se disparaba y su necesidad de financiarlo fue una de las causas que engordaron el déficit por cuenta corriente del país hasta situarlo en el 10% del PIB. La crisis cambió radicalmente la situación y lo demuestra el hecho de que, según el Banco de España, el pasivo de las Administraciones (teniendo en cuenta su volumen total, no sólo el que Bruselas contabiliza) superará este año el 140% de nuestra producción; mientras, el perteneciente a empresas y familias puede caer, al cierre del ejercicio, hasta el 150%.