
Los criterios sanitarios para comenzar a devolver la actividad económica a España son los que deben regir las decisiones, pero también hay que saber interpretar los datos y los sectores industriales porque no todos responden a los mismos criterios.
Las noticias de los últimos días acercan la posibilidad de reabrir las puertas de la actividad económica. El número de nuevos contagios disminuye, las altas hospitalarias crecen y también hay cada día -y más que va a haber- más personas que están inmunizadas porque han pasado la enfermedad de forma muy leve. Ese el cuadro que dibujan las estadísticas y uno de los indicadores de que lo peor se está dejando atrás.
Hay más indicadores que señalarán la reapertura de la necesitada actividad económica. El Gobierno de España pondrá unas normas generales y de obligado cumplimiento en toda España. Éstas serán el guardar una distancia entre personas de uno a dos metros, el uso de mascarillas cuando no se pueda cumplir lo anterior –por ejemplo en un metro pero también en algunas actividades económicas–, la higiene general y de manos... El resto de actividades que no estén sometidas a la alarma se regirán según las comunidades autónomas.
Pero ¿cuándo o por qué? Hay unas directrices médicas que se están imponiendo sobre el resto. Se trata de tres indicadores claros y que buscan una respuesta afirmativa a la pregunta de si hay nuevos casos el Sistema Nacional de Salud puede asumirlos. Un 1% de contagios nuevos, un ingreso hospitalario por Covid-19 menor al 30% y unas UCI libres en al menos un 50%. Traducido, esto es una incidencia baja que se mantendrá en observación con un refuerzo del sistema de vigilancia epidemiológica junto a los servicios de Salud Pública de las comunidades autónomas.
Las empresas necesitan a España como ésta necesita a las primeras
Desde Europa los consejos sanitarios también se están definiendo y encontrando, poco a poco, el consenso de todos. La ex ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, hoy eurodiputada por el PP, explica que la UE pide una reactivación gradual. "LA UE recomienda que no toda la población debería reincorporarse a su puesto de trabajo al mismo tiempo y debería prestarse una atención especial, en un primer momento, a los grupos y sectores menos amenazados y a los grupos esenciales".
Con todo, hay una expresión que se escucha mucho en los dirigentes políticos y que deja una pista sobre cómo serán las próximas semanas: "nueva normalidad". Vamos a vivir un 2020 donde habrá cambios pero donde el esfuerzo de todos, poder político, tejido empresarial e industrial y ciudadanos, hará que esa transición sea lo más parecido a lo que añoramos.
Hasta la fecha de hoy, del tejido industrial y empresarial se puede dudar poco. No hay un sector, como leerán en las páginas de este especial, que no haya contribuido desde su radio de acción a hacer más llevadera la crisis sanitaria que hemos vivido. No vamos a dedicar líneas de texto ahora porque sería redundante y porque, sobre todo, hay que hablar de desescalada y en ella las empresas también tendrán mucho que decir y que aportar.
Un compromiso ejemplar
Lo primero será la salud de los trabajadores y, por extensión conociendo a este virus, de toda la plantilla. Tener a disposición test masivos, apostar por el teletrabajo siempre que sea posible y mantener distancias en el centro de trabajo para aquellas tareas que no se puedan realizar a distancia estarán en todos, los manuales de salud laboral de las empresas. Ya lo hacen, han demostrado que saben hacerlo, y por tanto, dan la suficiente seguridad como para que se pueda seguir haciendo con total normalidad.
El sector del turismo también se prepara. Es obvio que se trata de unos de los motores de la economía española y ahora va a comenzar su temporada. En ellos se extremará la seguridad de sus huéspedes también. Cabe señalar que según los datos del Instituto de Salud Carlos III, quien mide la incidencia de la pandemia por comunidades autónomas, todas las mediterráneas, con la excepción quizá de Cataluña, y el Cantábrico, con la excepción, de momento, de País Vasco, son zonas con incidencia menor que las comunidades del interior. Y las islas. Tanto Canarias como Islas Baleares están muy cerca de los parámetros sanitarios que permitirían asegurar la apertura de sus lugares de ocio.
También el comercio no tendría que demorarse en las zonas donde la incidencia del coronavirus se enmarque dentro de los parámetros antes citados. Muchas compañías del sector textil ya se están preparando con protocolos de desinfección para sus tiendas y probadores como también para asegurar esa distancia que se debe mantener entre la población. Incluso ya hay un protocolo para aquella prenda que se pruebe y no se compre, teniendo que higienizarla y no poniéndola de nuevo a la venta hasta pasadas 48 horas.
El sector responderá con la misma diligencia que en lo peor de la pandemia
Hay otros sectores que no sólo no han reducido su actividad sino que las han aumentado con creces. Las empresas sanitarias y alimentarias con dos de los sectores donde más se ha concentrado la actividad en el último mes y medio. Las farmacéuticas no descansan para que todos los ciudadanos tengan a su disposición los medicamentos que se necesitan. Es fácil olvidar que mientras el coronavirus devoraba toda actualidad las personas siguen padeciendo diabetes, hipertensión, colesterol, o cualquier otra enfermedad crónica. También existen pacientes con patologías agudas que necesitan medicación, o el cáncer, que hasta unos días antes de la pandemia era el absoluto protagonista de las estadísticas sanitarias. O la salud mental, en ocasiones agravada por una situación de confinamiento de más de 40 días. Todos ellos seguirán trabajando como hasta ahora, con las mismas medidas de seguridad y sin descansar un minuto. Durante esta crisis, ha habido empresas que han trabajado en tres turnos porque así se demandaba. Y tanto será así que el Gobierno les ha reconocido públicamente su papel cuando históricamente suelen ser olvidadas.
Pero también la sanidad privada ha puesto y pondrá todo su potencial al servicio de la público. Y no sólo porque lo diga un decreto, si no porque son parte del Sistema Nacional de Salud. El Gobierno aquí debería empezar a abrir la mano porque la salud de los españoles no es solo coronavirus y hay muchas operaciones que están esperando su oportunidad. En un centro sanitario las medidas de desescalada están por descontado, por lo que deben ser de los primeros en retornar a la actividad normal.
También el sector energético, o las aseguradoras, la banca... todos ellos también serán claves para que la desescalada se haga de forma correcta. Son sectores esenciales no ya solo por su actividad sino por su peso en España. Como cuando se trata a cualquier paciente grave por coronavirus, a España hay que sacarla cuanto antes de la UCI y el respirador asistido para que sus pulmones comiencen a ser autosuficientes. No se puede demorar infinitamente la estancia en una unidad de cuidados intensivos porque si no la recuperación puede ser muy costosa. No es que se haga sin criterios, es que el criterio no sea demasiado conservador.
Una industria envidiable
Éstos son pequeños ejemplos que no demuestran otra cosa que la concienciación y la preparación que tienen las empresas que trabajan en territorio español. Son iniciativas que muestran que están listas para manejar los riesgos que dejará el reguero de la pandemia y que no hay por qué demorar más tiempo que el que marquen los criterios puramente sanitarios para devolver la actividad económica a España.
Pero también el Gobierno debe poner su granito de arena con otros sectores que no podrán retomar el 100% de su actividad con la misma facilidad, ya que la demanda será más débil por las medidas de seguridad que hay que mantener. Es ahí donde los trabajadores deberán encontrar un abrigo gubernamental como lo tienen hoy mientras que la locomotora alcanza la velocidad de crucero, pero de igual modo es necesario que las medidas se aceleren tanto como sea posible porque ningún sustento es deseable ni infinito.
Mientras el coronavirus devoraba la actualidad las personas siguen padeciendo enfermedades crónicas
El Gobierno debe ser también consciente de que tiene en su país un sector industrial muy comprometido con su país. Son muchas las acciones que se han visto en las últimas semanas que nos convierten en envidia de muchos otros países. Cuántas toneladas de material sanitario hemos vista llegar a los aeropuertos de la mano de la empresa. Cuántas donaciones han recibido los hospitales cuando peor lo estaban pasando. Cuántos compromisos sociales con sus clientes se han visto en los últimos días, desde la banca a la energía. Cuántos millones de dosis de medicamentos se han donado para que los hospitales pudieran desarrollar ensayos clínicos en busca de un tratamiento que paliase lo mas grave de la pandemia.
En la desescalada no va a ser diferente. Cada sector asumirá diligentemente su papel y lo ampliara con medidas de estímulo que borren los primeros días de zozobra. Porque el que lo ha hecho una vez es que sabe y quiere hacerlo cada vez que se necesita. Lo leerán en las páginas que siguen a esta y, cuando terminen, podrán comprobar que el compromiso empresarial e industrial que tiene España está a la altura de la excelencia de su sistema sanitario.