Salud Bienestar

Las personas que carecieron de una figura paterna fuerte durante la infancia suelen mostrar estos comportamientos cuando son adultos

Foto: Canva

La presencia de una figura paterna durante la infancia juega un papel crucial en el desarrollo del menor, la cual no siempre tiene por qué estar representada por un padre en sí, sino que también puede venir de parte de un abuelo, un tío o alguien cercano. Aunque para muchas personas la ausencia de esta no suponía ningún problema, para otras ha condicionado el comportamiento en etapas más adultas.

Uno de los principales patrones que caracteriza a estas personas, según recoge Jordan Cooper en el portal VegOut, es la dificultad para confiar en la autoridad. En general, los padres son las primeras figuras de autoridad que con las que un menor establece contacto, aprendiendo a entender aspectos como la disciplina o los conflictos. Una mala figura paterna o la ausencia de esta puede influir en el comportamiento hacia profesores, jefes o líderes similares.

Gran autosuficiencia

Por otra parte, los niños que crecieron sin una figura paterna o con unos progenitores ausentes desarrollan una gran capacidad de autosuficiencia. Esto, aunque puede parecer algo positivo, la realidad es que puede hacer que sean incapaces de pedir ayuda aunque la necesiten.

Cuando la figura paterna o ausente se produce por un asunto de "abandono" o no reconocimiento, por ejemplo, esta puede hacer mella en la autoestima del niño, cuestionándose si realmente fue su culpa o si no es suficiente. Indirectamente, esto hace que algunas personas tengan auténtico miedo al rechazo, donde un simple "no" activa su sistema nervioso al recordar experiencias pasadas. Si tienes la sensación constante de que minimizas los logros o detectas "síndrome del impostor", lo más aconsejable es que consultes con tu médico.

Problemas para establecer límites

Otro de los problemas más comunes es que la persona no sea capaz de establecer límites con el resto de individuos, esto lleva tanto a exigir demasiado a los demás como a tolerar de los otros ciertas conductas perjudiciales. Esto se debe a que la figura paterna no mostró límites saludables o ignoró los tuyos, lo que provocó que no aprendieras a tener los propios.

Según este portal, este tipo de ausencias provocan un duelo por "algo que nunca se tuvo", a la par que se siente cierto orgullo por haber conseguido esa autosuficiencias. "Esta doble herencia no es un defecto. Es simplemente la imagen completa de lo que llevaste adelante. Y nombrarlo facilita trabajar con él, en lugar de contra él", indica Cooper.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky