Por qué a algunas personas les cuesta distinguir la izquierda de la derecha: la psicología tiene la explicación

Saber distinguir la izquierda de la derecha resulta fundamental para la visión espacial, el dominio de los pies, así como para tareas básicas como conducir, escribir, dibujar o actividades deportivas. La diferencia entre la izquierda y la derecha es algo que se aprende desde la infancia, no obstante, seguro que conoces a alguien que tiene dificultades para hacerlo, según recoge la BBC.

Algunos estudios estiman que alrededor del 15% de las personas se califican así mismas como insuficientes cuando se trata de identificar la izquierda y la derecha, según una publicación dirigida por Ineke van der Ham, profesora asistente de neuropsicología en la Universidad de Leiden en Países Bajos.

Un proceso complejo

Los expertos advierten que distinguir entre la izquierda y la derecha es en realidad un proceso bastante complejo, que requiere memoria, lenguaje, procesamiento visual y espacial y rotación mental. "Es por la simetría y porque cuando te das la vuelta, es al revés, y eso lo hace muy confuso", explica Van der Ham.

Numerosas investigaciones se están centrando ahora en entender qué sucede exactamente al cerebro cuando se produce esta diferenciación y por qué a algunas personas les resulta más fácil que a otras, aunque por el momento no hay resultados concluyentes. Mientras que a unos les sale de forma innata, otros tienen que pasar por un proceso.

Estrategias de diferenciación

En experimentos realizados por el equipo de Van der Ham, algunos participantes reconocieron que usaban estrategias relacionadas con la mano para diferenciar la izquierda de la derecha, en la mayoría de los casos se trata de "consultar" nuestra representación corporal. Otros hallazgos confirmaron que los hombres tendían a responder más rápido que las mujeres en las pruebas para discriminar izquierda y derecha. También se trata de algo que se aprende desde la infancia, al igual que otros aspectos de la cognición espacial, por lo que resulta imprescindible enseñar estas estrategias desde edades tempranas.

Por otra parte, un estudio de la Universidad de Oxford reveló que la genética del ADN desempeña un papel clave en la determinación de si alguien es zurdo o diestro, además de que los lados izquierdo y derecho del cerebro de las personas zurdas también estaban mejor conectados que en las personas diestras.