
Con el aumento generalizado de las temperaturas en España, la realidad es que son muchas las personas que usan 'trucos' para protegerse del sol. Hablamos de paraguas, gafas de sol o prendas de vestir con materiales naturales y transpirables, entre otros. Sin embargo, las gorras siguen siendo el recurso más utilizado durante el periodo veraniego.
En profundidad
¿Los motivos? Están claros. En primer lugar, protegen nuestro rostro bastante de los rayos solares, más aún cuando se trata de personas con piel sensible, que rápidamente se enrojecen en el primer contacto con el sol. De hecho, se disminuye en una gran proporción el riesgo de que nos salgan manchas en la cara por el contacto prolongado con el sol.
Además, puede ahorrarnos el peinado, si un día salimos tarde o nos quedamos sin tiempo. Tan solo debemos elegir la gorra que mejor combine con nuestro outfit. En caso de llevarla personalizada, aumentaremos nuestro estilo y el de todos aquellos que se encuentren a nuestro alrededor.
De igual forma, puede evitarnos calentamientos en la cabeza, lo cual puede provocar fuertes dolores o incluso mareos. Y es que cuando comienza a calentarse nuestra cabeza, se nos hace imposible avanzar. Por último, pese a que es algo popular, nos hace más atractivos. Pero no está contrastado científicamente.
Más detalles
Como siempre, los expertos han estudiado a fondo este hábito, revelando las características de las personas que la llevan y el verdadero significado. Según el Colegio de Psicólogos SJ, su empleo puede estar relacionado con aspectos como:
- Protección emocional. Puede ofrecer una sensación de seguridad o anonimato, actuando como una barrera simbólica entre el individuo y el entorno.
- Estatus social. Puede ser un indicador social. Y es que las hay desde las más económicas hasta las de marca o fabricadas con piel.
- Expresión de identidad. Puede exhibir la pertenencia a un grupo social, cultural o subcultural, como seguidores de géneros musicales, deportes.