La alimentación mantiene la escalada de los precios en enero. El coste en origen se ha incrementado tan solo en la primera quincena de enero un 2,87% respecto al cierre de 2022, según los datos del Ministerio de Agricultura.
Los productos que más se han encarecido en el campo en las últimas dos semanas son el pepino, pasando de tener un precio de 53,19 euros por 100 kilo a 85,16 euros, un 60,11% más; el tomate con un valor actual de 88,8 euros, cuando a finales de diciembre era de 61,19 euros, aumentando su valor un 45,12%; y la alcachofa, que ha subido un 30,80%, hasta situarse en un precio de 99,38 euros. La medida del Gobierno para bajar el IVA de los alimentos pierde así efectividad en la reducción del precio de la cesta de la compra, a la espera de que el próximo día 30 se conozcan los datos del IPC.
La rebaja del gravamen hasta el 0% afectó a los productos básicos desde huevos, leche, verduras y hortalizas. Además, con una bajada del 5% también hay varios alimentos como pastas y aceites. Pero, a pesar de ser alimentos beneficiados por esta medida, sus precios siguen en alza y, ante la imposibilidad de los supermercados de repercutir estas subidas, se están recortando aún más sus márgenes. Los huevos a finales de diciembre tenían un valor medio de 207,61 euros por 100 kilo, mientras que a principios de enero ha aumentado un 8,42% hasta situarse en 225,09 euros. Algo similar ocurre con el suero de lecho en polvo, que se ha encarecido un 4,30%.
El arroz blanco también se ha encarecido un 7,55% en dos semanas. Así, la segunda semana de enero su precio ascendía los 1.081,59 euros por tonelada. En el caso de los cereales, el aumento es menos significativo, pues el trigo blanco apenas llega al 0,15%, lo que daría un respiro a las empresas alimentarias que utilizan la harina.
Frutas y verduras
Las frutas y hortalizas son otros de los productos que más han subido su valor en origen. La pera blanquilla se ha encarecido un 13,11%; la mandarina, un del 9,47%; e incluso, a pesar de estar en plena temporada de naranjas, estas se han encarecido un 7,89% en la última quincena. En el caso de las hortalizas, las más encarecidas son la judía verde un 17,27% con respecto a finales de diciembre; la cebolla, un 3,82%; y la patata, un 4,03%. Aunque también hay productos como el ajo que se han mantenido estables. El encarecimiento de los precios está ligado a un descenso de la producción. Las sequías, el coste de las materias primas y el aumento de la temperatura ha hecho que la producción agrícola cayera un 24,6% en el último año, según los datos estadísticas aportados por Agricultura. Uno de los ejemplos más drásticos es el del aceite, cuya producción se ha hundido a la mitad, provocando una fuerte subida de los precios. Así, la producción de aceite ha pasado de 1.489 millones de toneladas a 773 millones, lo que refleja un descenso del 48%.

Y lo mismo ha pasado con el arroz, con una caída del 36% o cereales básicos para la alimentación animal, como el centeno, que ha reducido su producción un 38,53%, lo que ha provocado además una drástica caída en el sacrificio ganadero y una caída del 9,08%, por ejemplo, en el porcino o de más del 5% en el ovino. Es lo mismo que ha pasado con los lácteos, con una caída superior al 7% de la producción de leche y hasta del 34,6% de la de mantequilla.
La carne y el pescado quedaron excluidos de la rebaja del IVA. Por ello, uno de los grandes temores del sector cárnico cuando se anunció la medida fiscal era que sus productos pagaran las consecuencias con un descenso en el consumo debido a que los precios no podían ser tan competitivos como otros. La carne de cordero, de hecho, ha sido la más perjudicada hasta la fecha, con un incremento del 6,54%. La última semana de 2022 tenía un precio de 68,02 euros y durante la segunda semana de enero de 72,47 euros.
Leves bajadas
Aunque la tendencia de los productos básicos estas dos últimas semanas es al alza, también se aprecian leves bajadas. Por ejemplo, la cebada y el maíz han descendido un 0,13% y un 0,18%, respectivamente. Pero estas caídas no van a ayudar a que el sector agroalimentario, y sobre todo los ganaderos, tenga un respiro por su altos costes.
La caída del aceite de oliva virgen extra sí que es significativa, pues ha pasado de tener un precio de 537,85 euros por 100 kilo a 499,08 euros, un 7,21% menos. Esto sí que va a permitir dar a los consumidores un respiro y llegará a afectar a la cesta de la compra. Además, ha disminuido el precio del pollo un 4,92%; el cordero, un 5,9%; el pimiento verde, un 6,79%; y el limón, un 2,76%.