Renta Fija

Al inversor conservador no le quita el miedo ni el 0,7% que gana en 2019

  • Este perfil, la mayoría de los ahorradores, perdió un 5% el año pasado
Foto: Archivo.

El mercado está mostrando en los primeros compases del año una cara más amable que aquella con la que despidió 2018, que no ha servido para quitar el miedo a los inversores más conservadores. La realidad es que aquellos ahorradores que, en muchos casos, llegan de antiguos depósitos que no generaban ningún tipo de rentabilidad están manifestando de forma generalizada su indignación dentro de la industria por las pérdidas provocadas el pasado año.

Las carteras que responden a este perfil más tradicional despidieron el año pasado con pérdidas del 5%, pese a que en el actual ganan un 0,7%. En un contexto en el que las alzas se imponen a ambos lados del Atlántico -el Ibex 35 es el segundo índice que más sube en Europa, un 4%- y que los inversores han vuelto a mostrar su apetito por la renta fija ante el retraso en la expectativa de subida de tipos, lo cierto es que no ha servido para templar los nervios de los más conservadores.

Ni siquiera lo ha logrado que este inicio alcista de ambos activos ha llevado a la rentabilidad de las carteras de los inversores en el acumulado del año a mejorar, considerablemente, respecto a cómo cerraron en 2018. Según Morningstar, fondos moderados y flexibles se apuntan un 1,7%, y en el caso de los inversores con menor aversión al riesgo, los agresivos, sus ganancias crecen al 2,5%.


Tales rentabilidades contrastan con el annus horribilis con el que cerraron las carteras el ejercicio pasado, donde las agresivas, que toleran mejor las pérdidas, se dejaron un 11%, las flexibles y moderadas un 9% y las conservadoras cerca de un 5%. Si bien ningún tipo de inversor se salvó de perder dinero en 2018, los primeros en reaccionar han sido los más conservadores retirando dinero.

Lo que hace diferente al año pasado de otros, dice Rosa Duce, economista jefa de Deutsche Bank, es que "han sido los inversores moderados y conservadores los que más han sufrido". Miguel Ángel Paz, director de gestión de Unicorp Patrimonio, explica que la mayoría de los fondos conservadores han corregido en el año más del doble de su volatilidad. "En términos estadísticos", dice, "esta situación tiene menos de un 5% de probabilidad de suceder".

Capitulación

No es baladí si se tiene en cuenta que este tipo de inversor representa el grueso de los ahorradores en España. Sirva como ejemplo que el 43% de todo el dinero que está invertido en fondos se encuentra en productos puros de renta fija y en mixtos que también dedican la mayor parte de su cartera a comprar bonos, según los últimos datos disponibles en Inverco, a cierre de diciembre. Precisamente en este último tipo de productos, los llamados mixtos de renta fija, se produjeron las mayores salidas de dinero el año pasado. En total, los inversores retiraron más de 3.500 millones de euros de estos productos. "La gente ha capitulado y se ha ido ya no solo a fondos monetarios, sino a cuenta corriente", reconoce Duce. "En la primera parte del año entiendo que seguirán saliendo los inversores", apunta Paz. "Hay muchas pérdidas acumuladas y los partícipes están vigilando el valor liquidativo prácticamente a diario con la idea de reembolsar para recuperar parte del patrimonio. Pero si el año es positivo, como estimamos, los inversores españoles volverán a unirse a la tendencia e irán comprando según recupere el mercado", añade.

Detrás de esos reembolsos, "es posible que hubiera inversores que habían asumido un nivel de riesgo en sus carteras sin entender bien el efecto de la volatilidad o sin haber hecho un ejercicio de planificación financiera previo para saber cuánto riesgo podía asumir con sus inversiones", señala Ángel Olea, director de inversiones de Abante. Sobre ello, Beltrán de la Lastra, director de inversiones de Bestinver, da un consejo: "El dinero con horizonte temporal de largo plazo debe estar invertido en bolsa, pero si el horizonte es de corto plazo jamás".

Una de las particularidades del mercado en 2018 es que los activos refugio han desaparecido. El año pasado tuvo el dudoso honor de firmar el segundo año en dos décadas en el que tanto la renta variable como la renta fija acabaron en números rojos y el escenario para 2019 tampoco se presenta sencillo, sobre todo para los perfiles más conservadores, otra vez.

Vienen más curvas

Los informes de los bancos de inversión para este año anticipan mayor volatilidad, tanto en el parqué como en el mercado de deuda, que tendrá que acostumbrarse a vivir sin la mano compradora de los bancos centrales. Pese a ello, entre los dos activos, los bancos de inversión se decantan en sus perspectivas de mercado para este año por una mayor apuesta hacia la renta variable -aunque en menor medida que en años anteriores- mientras infraponderan la renta fija. Es por esta razón que los perfiles conservadores, son, a priori, los que peor expectativa tienen para los próximos meses por el peso que este activo adquiere en sus carteras.

"En renta fija mantenemos un posicionamiento muy cauto", dice Olea, de Abante, quien asegura que no le gusta este activo porque no cree "que pague el riesgo que se asume con esta inversión" y prefiere, también, la bolsa, donde "sí hay buenas oportunidades" que se pueden permitir los inversores con menos reacios a asumir riesgo. Paz, por el contrario, estima que "es un magnífico momento para tener renta fija en cartera", habla de la corporativa, que "es la que ha sufrido".

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