Renta Fija

Locura en renta fija: la rentabilidad del bono español cierra en mínimos en el 0,17% y enfila ya el 0%

  • Las compras de deuda se extienden por Europa y EEUU
  • El bono estadounidense a 30 años se acerca a sus mínimos

Pocos expertos lo han comentado públicamente, pero más de uno no descartaba que la deuda española a 10 años llegase a ofrecer un 0%, o incluso una rentabilidad negativa, en este escenario sin precedentes. Esto significa que los inversores estén dispuestos a comprar deuda que en su día emitió el Estado español y que está cotizando en el mercado secundario (donde se intercambian los títulos) sin nada a cambio, o incluso pagando por tenerla. Este miércoles ese hito está más cerca de producirse, ya que el rendimiento del bono español a una década se ha desplomado hasta un nuevo mínimo histórico, al cerrar en el 0,17% (ha llegado a situarse en el 0,12%).

El apetito por la renta fija está siendo voraz. En las dos últimas semanas, el interés en el bono español ha caído casi 18 puntos básicos; con ello, los inversores han ganado un 1,7% por la subida del precio. Aunque ya venía de atrás. La rentabilidad se contrae en el año nada más y nada menos que 124 puntos básicos (1,24 puntos porcentuales). 

El comportamiento es similar en la deuda de otros países. La de Alemania, Portugal o Irlanda también ha alcanzado nuevos mínimos históricos. El rendimiento del Bund, por ejemplo, se ha desplomado hasta el -0,58% y los inversores ya pagan este miércoles por comprar deuda a una década de Irlanda uno de los que en su día fue denostado a formar parte de los PIIGS (así se llamó al grupo de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) y que incluso fue rescatado. En España, cotizan en negativo todas las referencias hasta los 8 años.

"Definitivamente algo está fuera de control", alerta Matti Greenspan, analista senior de mercados de eToro, quien destaca que en solo tres meses el volumen global de deuda en negativo "ha pasado 10 a 15 billones de dólares y ha crecido un 200% desde Halloween, realmente terrorífico".

¿Por qué los inversores compran bonos?

Dos hechos han propiciado este inédito contexto. El último no escapa a nadie. Las disputas comerciales que han reanudado EEUU –imponiendo más aranceles– y China devaluando el yuan– han devuelto los miedos a una recesión y, con ellos, los inversores han huido de las bolsas buscando refugio en activos como el oro o los bonos. Otra de las derivadas de todo esto es que los bancos centrales se vean forzados a apresurar medidas ante la presión a la baja que pueda sufrir la inflación.

Precisamente, el otro motivo que explica el comportamiento de los bonos se esconde en las últimas decisiones de los bancos centrales. Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), fue precavido en la reunión de julio al no poner en marcha ninguna medida adicional, pero sí allanó el camino para hacerlo en septiembre, cuando podría recortar los tipos y anunciar un nuevo programa de compras de deuda (el conocido como QE). Los mercados se rinden ante un comprador como el BCE. La teoría es sencilla: presionará al alza los precios de los bonos –cuando esto ocurre la rentabilidad que se puede obtener baja–. De ahí que los inversores sigan entrando en renta fija con la esperanza de seguir ganando pese a los precios ya ajustados y a que muchos expertos creen que en esta ocasión el QE podría tener un menor efecto.

La política monetaria de la Reserva Federal (Fed) también ha cambiado. Su presidente, Jerome Powell, rebajó el precio del dinero el pasado 31 de julio por primera vez en 11 años. Y, aunque matizó que este no sería el inicio de un largo ciclo de recortes, el mercado descuenta que se verá obligado a realizar dos nuevas rebajas antes de que acabe el año. La primera, ya en septiembre. 

"La mayoría culpa a los bancos centrales como el BCE y el Banco de Japón (BoJ), que están gravando las reservas excesivas de los bancos con tasas de depósito negativas y han hecho que los bonos sean más escasos al eliminarlos del mercado a través de sus programas de compra", señala Joachim Fels, asesor económico global de la gestora de fondos PIMCO. "Sin embargo, los bancos centrales no son los villanos sino las víctimas de los impulsores fundamentales más profundos que hay detrás de las tasas de interés bajas y negativas", añade.

El experto ya no ve absurdo pensar que los bonos estadounidenses puedan adentrarse también en terreno negativo. Y es que desde que regresó la tensión comercial, los inversores se han refugiado en la deuda de EEUU; su rentabilidad a 10 años ha pasado de rondar el 2% al 1,63% en el que se mueve ahora, solo 8 puntos básicos por encima del bono a 2 años. En el caso del bono a 30 años, el rendimiento se acerca este miércoles a su mínimo histórico.

"Los bonos están poniendo en precio un deterioro significativo del panorama global de crecimiento", considera Esty Dwek, jefa de estrategia global de mercados en Dynamic Solutions, filial de Natixis IM.

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