
Cuando el euro se desmoronaba y los países periféricos iban cayendo una detrás de otro en mitad de la crisis de deuda soberana, nadie se podía imaginar que nueve años después los inversores iban a pelearse por comprar bonos de Portugal, España o Irlanda. Y mucho menos adquirirla con intereses negativos. Por primera vez Irlanda, el segundo país rescatado de la zona euro en 2010 por 85.000 millones de euros, sus bonos a diez años ofrecen rentabilidades negativas. En concreto, los intereses se sitúan en mínimos históricos al -0,05% en el mercado secundario.
El desplome del yuan chino a mínimos de 2008 ha disparado el precio de los bonos en el mercado secundario de la deuda al desatarse el pánico entre los inversores que huyeron a refugiarse a la renta fija. El movimiento de China ha sido interpretado como la última escaramuza de la guerra comercial entre el gigante asiático y EEUU, en una disputa que tiene visos de alargarse hasta por los menos el próximo año.
Las tensiones comerciales están amplificando en la renta fija la anomalía de los tipos negativos provocada por la política monetaria de tipos cero aplicada en los últimos años por el BCE. El último bandazo del dólar con el yuan ha añadido presión a los bancos centrales para seguir insistiendo en unos tipos de interés más bajos. En el caso del BCE significa profundizar en los tipos negativos, como ya anticipó la propia institución en la pasada reunión del mes de julio.
El interés de la deuda de Alemania y Francia y del resto de países europeos con máxima calificación crediticia ha caído durante estos días a mínimos históricos, buceando aún más en tipos negativos. Pero el mayor hito lo ha logrado la deuda irlandesa. Por primera vez, el pasado lunes cruzó la frontera de tipos negativos y en estos días está consolidando la tendencia.
De esta manera, es el primer país de los países rescatados en ofrecer estos rendimientos, pero pisándole los talones también se sitúan los bonos españoles y portugueses. La rentabilidad exigida en el mercado secundario a los bonos españoles con vencimiento a diez años se situaba este miércoles en el 0,162%, mientras a los portugueses se les piden el 0,187%.
La deuda periférica está canalizando el flujo de dinero que huye de la renta variable y que buscan un poco más de rentabilidad de la que actualmente ofrece el bund alemán, que ya roza el -0,6%, por debajo de la tasa oficial de depósitos del BCE fijada en el -0,4%. Algo que indica que el mercado descuenta recortes de hasta 30 puntos básicos para los próximos meses, según explica Padhraic Garvey, analista de ING.
Para muchos analistas se está produciendo una burbuja en la deuda. Los bonos cotizan en los mercados igual que las acciones por precio. De las caídas o subidas del precio de los bonos sale el rendimiento que ofrecen. Según se acercan a vencimiento, baja la rentabilidad y sube el precio. Muchos inversores están invirtiendo en la deuda en precio para venderla antes de vencimiento ante los niveles que ofrecen, impulsando todavía los intereses a la baja.
Más del 50% de los bonos soberanos de la zona euro ya cotizaban en terreno negativo y el dato fue antes de la última reunión del BCE cuando anunció que estaba dispuesto a profundizar en los tipos negativos y resucitar el programa de compra de deuda.