Política

Pedro Sánchez quiere ministros de Unidas Podemos, pero el PSOE se opone

  • La única oferta firme hasta ahora es la de cargos intermedios en el Ejecutivo
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Foto: Efe

La negociación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar Gobierno ha encallado. Por lo pronto, Unidas Podemos no desiste de su intención de formar un Gobierno de coalición y las posturas están alejadas. Sin embargo, según ha podido saber elEconomista de fuentes cercanas al diálogo entre ambos, el candidato a la investidura y presidente del Gobierno en funciones le habría expresado a Iglesias que él no se opone a un Ejecutivo de coalición, ni a que haya miembros de la formación morada en su futuro gabinete. Según él, dicha oposición vendría de Ferraz, cuyos cuadros se habrían revuelto contra esta posibilidad.

Sánchez le habría comunicado esta circunstancia al propio Iglesias durante sus reuniones. Él quiere o, más bien, está abierto a que miembros de Podemos estén en el Consejo de Ministros, pero según le comunicó al líder morado habría discrepancias y recelos en la cúpula del PSOE a este respecto, por lo que consideraba que iba a ser muy complicado hacer realidad esa posibilidad.

Tanto los más críticos a Sánchez de Ferraz como los propios sanchistas rechazan dar carteras a Podemos

No es la primera ocasión en la que voces destacadas del PSOE se revuelven contra el líder socialista por sus acercamientos con Podemos. Tras la purga de díscolos ejecutada por el propio Sánchez en las candidaturas socialistas antes de las elecciones generales del 28 de abril y de las autonómicas y europeas del 26 de mayo, se esperaba que las resistencias terminaran. Sin embargo, esto no ha sido así. O al menos eso es lo que Sánchez ha trasladado a Iglesias, denotando las distancias que a día de hoy siguen existiendo entre Moncloa y Ferraz, o al menos con parte del núcleo duro socialista, al que pertenece Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha, empoderado por la mayoría absoluta lograda en los comicios regionales, mostró sus dudas sobre un posible Gobierno de coalición esta misma semana. De hecho, incluso José Luis Ábalos, ministro de Fomento en funciones y número 3 del PSOE, y Adriana Lastra, portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, sanchistas fuera de toda duda, ya han mostrado públicamente su objeción a esta posibilidad.

Por lo pronto, lo único que parece haber sobre la mesa por parte de los socialistas es la oferta de cargos intermedios dentro del futuro Ejecutivo, quedando fuera del Consejo de Ministros. Así lo confirmó Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno en funciones, esta misma semana. Sin embargo, las fuentes citadas consideran que la oferta no quedó tan clara como ha querido dar a entender ese bando del PSOE.

Mutismo en Unidas Podemos

Mientras, el mutismo impera en Unidas Podemos. Si bien durante la negociación presupuestaria la formación morada daba buena cuenta de lo hablado y negociado con el Ejecutivo socialista, los diálogos para facilitar la investidura de Sánchez están bajo secreto sumarial.

"Hay una amplia mayoría de españoles que nos quiere ver gobernar juntos", indican desde Unidas Podemos. "Y esto es una negociación completa, donde evidentemente lo primero de todo es el para qué, el programa y los objetivos de Gobierno, y luego hablar de equipos. Somos optimistas y, sobre los detalles concretos de la pasada reunión y de todas las que se vayan a producir, creemos que nuestro rol es ser discretos y proteger un diálogo que va a sufrir presiones y ruido".

De cara a la negociación, Podemos mantiene sus exigencias en fiscalidad pero cede en la reforma laboral

En cualquier caso, parece evidente que Unidas Podemos ha flexibilizado sus peticiones. Si bien mantiene sus reclamaciones en el campo fiscal -donde comparte varias propuestas con los socialistas, como incrementar el IRPF a las rentas altas y subir la tributación que pagan las grandes empresas- ha rebajado determinadas exigencias en empleo.

Un ejemplo es el caso de la reforma laboral. A pesar de que la formación morada exigía su derogación total, ante los anuncios de los socialistas de aparcar esta posibilidad, ya solo piden la supresión de los aspectos más lesivos.

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