Política

El CIS de Tezanos vuelve a arrojar una subida del PSOE y deja al PP de Casado como cuarta fuerza

  • Los de Casado acusan el desgaste de las negociaciones con Vox en la Junta
  • Ciudadanos no acusa desgaste por Andalucía y Vox sube tres puntos
  • Se dispara la preocupación por la violencia machista entre la ciudadanía
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El barómetro electoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) relativo a enero vuelve a arrojar una subida del PSOE y detecta un importante descalabro del PP, que se queda como cuarta fuerza por detrás de Ciudadanos y Unidos Podemos. El sondeo deja a los 'populares' a casi 15 puntos de los socialistas.

El estudio refleja una intención de voto del 29,9% para el PSOE, un 17,7% para Ciudadanos, un 15,4% para Unidos Podemos, un 14,9% para el PP y un 6,5% para Vox. El sondeo relativo a diciembre arrojó la siguiente previsión de voto: PSOE (28,9%), PP (19,1%), Ciudadanos (17,9%), Unidos Podemos (14,9%) y Vox (3,7%). En el campo soberanista, el dominio sigue correspondiendo a ERC. Los de Oriol Junqueras se mantienen en el 4,7%, a bastante distancia de PNV (1,3%), EH Bildu (1,1%) y PDeCAT (1%).

La encuesta, realizada entre los días 1 y 13 de enero, es especialmente dura para los de Pablo Casado. Los 'populares' se dejan cuatro puntos justo en los días en los que negociaba en Andalucía una salida a las exigencias de Vox en materia de violencia de género para que Juanma Moreno y Ciudadanos pudieran formar Gobierno. Los de Albert Rivera, sin embargo, apenas acusan un desgaste de dos décimas y los de Santiago Abascal siguen en progresión y suben dos puntos. Pese a ello, casi la mitad de los españoles sitúa a Vox en la extrema derecha: un 48,6% de los encuestados les coloca en el 10 de la escala del 1 al 10 sobre definición idelógica.

Por su parte, el PSOE experimenta una mejoría -como en la mayor parte de prospecciones del CIS desde su aterrizaje en Moncloa- en plena resaca de su descalabro andaluz y en las jornadas en las que el Gobierno sacó a la luz los Presupuestos para 2019 con mayor gasto social y con un aumento de partidas para Cataluña. Estos datos del CIS llegan sólo 24 horas después de que el presidente de la entidad, el socialista José Félix Tezanos, defendiera su criticada gestión al frente del organismo en la Comisión de Presupuestos del Congreso.

Este barómetro de enero mantiene el método que incluyó su predecesor de diciembre basado en la variable "voto directo en la encuesta (% sobre el voto emitido)". En esa ocasión, Tezanos rompió con su decisión de optar por la variable "voto + simpatía", método que a su vez acababa con la tradición 'cocina' del CIS, una estimación de voto modulada según distintas variables que permitía esclarecer el voto oculto.

Sin embargo, Tezanos dijo ayer en el Congreso que ese sistema quedó obsoleto con la implosión del bipartidismo en 2015 y que iba a consultar con expertos y universidades otros métodos para indagar en ese voto oculto que podría decantar la balanza en otro sentido.

Con todo, en el CIS que hizo para las elecciones andaluzas del 2D, el mayor 'fiasco' de Tezanos hasta la fecha al frente del organismo -donde recaló en julio- sí rescató la 'cocina' con nefasto resultado, ya que sedaba por segura una holgada victoria de Susana Díaz y vaticinaba un acuerdo PSOE-Adelante Andalucía.

En el apartado de valoración de líderes, los principales líderes obtienen las siguientes notas de los ciudadanos: Pedro Sánchez (3,8), Albert Rivera (3,5), Pablo Casado (2,9) y Pablo Iglesias (2,8). En diciembre las notas fueron: Sánchez (3,9), Rivera (3,7), Casado (3,4) e Iglesias (2,9). Todos los líderes bajan, pero Casado es el que más lo acusa.

En lo referente a las preocupaciones de los ciudadanos, se dispara la relativa a la violencia contra las mujeres, que se incrementa un 4,6 puntos precisamente en plenas exigencias de Vox contra las leyes de género en Andalucía. A su vez, la clase política sigue subiendo enteros como quebradero de cabeza para la ciudadanía y se consolida como segundo problema nacional por detrás del paro.

Casi antes de que hayan empezado a arreciar las habituales críticas desde la oposición, Moncloa ha querido resaltar que en los últimos barómetros "no ha habido cocina". El propio CIS, en su estudio, como ya hiciera en diciembre, intenta blindarse ante los reproches: "Los datos de intención de voto son datos directos de opinión y no suponen ni proporcionan por sí mismos ninguna estimación de hipotéticos resultados electorales. En este anexo se presenta los resultados de aplicar directamente los datos, sin transformar o corregir la opinión pública. Los resultados se presentan como porcentaje de voto emitido. En ningún caso representa un modelo de estimación de voto".

Tras conocer los datos, el PP ha publicado un mensaje en su cuenta de Twitter: "Acaba de salir el CIS. Tezanos es tan mal cocinero que pasa de chef a pinche de cocina. Es que te tienes que reír...". En esta línea se ha manifestado el secretario general del PP, Teodoro García Egea: "¿Que si me creo el CIS de hoy? Que responda Susana Díaz por mí, que a mí me da la risa", ha ironizado remitiéndose al 'fiasco' del barómetro andaluz previo al 2D.

"El CIS es la mejor empresa encuestadora de este país. Son datos sin trampa ni cartón, no hay cocina. Me gustaría que la derecha reflexionara hacia dónde les lleva esa política de crispación, insulto y vilipendio", ha defendido por su parte Adriana Lastra desde el PSOE.

Las preguntas sobre Cataluña

La polémica también ha llegado con las preguntas sobre cómo debe afrontar el Gobierno la situación con Cataluña. O más bien con las respuestas dadas a los encuestados en dichas cuestiones, las cuales han sido tildadas de tendenciosas en favor del Ejecutivo socialista.

A las pregunta "¿En qué sentido cree usted que influirá la actual situación de Cataluña en su voto", dos de las respuestas que ofrece el CIS son: "Votando a partidos que plantean opciones de diálogo y negociación" y "votando a partidos que plantean opciones más radicales y duras".

A su vez, a la cuestión "En la actual situación de Cataluña qué diría usted que es más necesario?", tres de las respuestas son: "Una política de diálogo y negociación", "una política de mano dura" y "una política que combine el diálogo con el cumplimiento de la ley".

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