
A expensas de lo que hoy manifieste Pablo Casado en Huelva, en una rueda de prensa prevista con motivo del arranque de la precampaña andaluza, hasta ayer el Partido Popular estaba paralizado como consecuencia de la segunda entrega de los audios de José Manuel Villarejo, en los que, esta vez, la exsecretaria general del PP, Dolores Cospedal, recibe al comisario en la sede nacional del partido, acompañado por su marido, Ignacio López del Hierro, y accediendo al edificio situado en la calle Génova de Madrid, por el garaje y sin tener que pasar por el control situado en la puerta principal. Ciudadanos aprieta a Casado con Cospedal.
El silencio oficial fue la posición de Pablo Casado. La de Teodoro García Egea, atendiendo en los pasillos a la prensa, fue la de distinguir el reconocimiento de Cospedal frente a las negaciones de la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Además, señaló el número dos del PP, a la primera solo se le puede achacar que está recibiendo información, aunque sea de un personaje indeseable, mientras en la segunda se aprecia una comisión de delito.
Ahora entiende el PP que hay que abandonar los "apriorismos" que envuelven las actuaciones de Cospedal con las de su marido, y por encima de todo hay que tener paciencia, porque se desconoce por dónde pueden salir las próximas grabaciones del comisario, hoy en la cárcel.
Los populares quieren quitarse la rémora del pasado que provocó dimisiones, más bien cesiones en el cargo, de importantes dirigentes sin tener del todo los hechos probados. Admite que la situación es complicada y que es mejor que "quien tenga que decidir cuando uno se debe marchar", lo decida por sí mismo. Y, fuera ya del mensaje oficial, que trata de poner en el balanza los audios de la titular de justicia frente a los de la exministra de Defensa, en el fondo reconocen que, por muchas vueltas que se le dé al argumentario y se trate de comprender que a Cospedal -ayer ausente de la sesión de control-, al menos por ahora, no se le ha reconocido ninguna comisión de delito, es harto difícil mantener un relato político contra Delgado.
La prudencia que ha mantenido hasta ahora Génova responde al temor de que aparezcan más audios y éstos alcancen a más personas, incluido el Partido Socialista, pues hay "tres terabytes" de información, lo que da una idea de la inmensa proporción de los documentos y las personas que pueden estar grabados.
Por cierto, que sobre Villarejo también se pronunció ayer el exministro de Interior, Ángel Acebes. El que fuera exsecretario general del PP, antes que Dolores de Cospedal, afirmó en la comisión que investiga en el Congreso la supuesta financiación ilegal del PP, que no conoce al excomisario, aunque sí admitió que pudo haber coincidido con él en algún acto.