
El Gobierno de España está en el aire. PSOE y Unidas Podemos parecen más lejos que nunca de cerrar un acuerdo para que los diputados morados voten a favor de la investidura de Pedro Sánchez, un apoyo fundamental para que prospere la candidatura del socialista para presidir el Ejecutivo en la votación que se celebra dentro de unas horas en el Congreso de los Diputados. En su última oferta, revelada por el PSOE a última hora del miércoles, incluiría una vicepresidencia de Gobierno, como estaba previsto, y tres departamentos: Vivienda y Economía Social, Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo, e Igualdad, y anteriormente se habría llegado a manejar el ceder Industria, aunque desde la formación morada niegan este extremo y no confirman que esta oferta se presentara formalmente.
Con todo, estos departamentos se quedarían lejos de las pretensiones de los morados: contar con ministerios de peso y con presupuestos propios, una de las razones por las que María Jesús Montero, una de las responsables del diálogo con Unidas Podemos para el proyecto de Presupuestos que se pactó en octubre del año pasado, formaría parte del equipo de negociación socialista.
De hecho, que sí está confirmado - según fuentes de Podemos- es la negativa de Moncloa a que tengan competencias en alguna de las carteras que han reclamado públicamente: Trabajo, Hacienda, Transición Ecológica e Igualdad. Así se lo transmitió el propio Sánchez a Iglesias el miércoles en una llamada telefónica en la que le advirtió de que es "su última palabra". Es decir, que la última oferta del PSOE, al menos en estos ámbitos, no sería negociable.
Reclamaciones
De hecho, el PSOE filtró también un documento en el que se concretarían las demandas concretas de Unidas Podemos y su articulación en unos cinco ministerios: uno de Derechos Sociales, Igualdad y Economía de los Cuidados; uno de Trabajo, Seguridad Social y Lucha contra la Precariedad; uno de Transición Energética, Medioambiente y Derechos de los Animales; uno de Justicia Fiscal y Lucha contra el Fraude, y, finalmente, uno de Ciencia, Innovación, Universidades y Economía Digital".
Desde Podemos confirman que el documento era "una propuesta inicial para debatir y negociar" con un listado de competencias que consideran "sociales". En cualquier caso también han avisado de que nunca se buscado cumplir ni una mínima parte de sus condiciones.
Para no incomodar a la CEOE
"Desde el PSOE nunca ha habido una oferta que permitiese plantear las políticas que estamos planteando. Nos han llegado a decir que no podemos tener la cartera de Trabajo porque 'somos incómodos para la CEOE'", precisan desde el partido morado
"Otras veces nos proponían ponernos al frente de ministerios en los que reconocían no cuáles eran las medidas programáticas que defendíamos", añaden. "El PSOE ofrece una caja de herramientas vacía".
Respecto a las sucesivas ofertas que se han puesto sobre la mesa - como la revelada por 'elEconomista', que encaja la última propuesta de los socialistas- avisan de que "nos han hecho en estos dos días propuestas de ministerios inexistentes o vacíos, pero nunca juntos sino siempre por separado".
Esta situación pone muy cuesta arriba la investidura de Sánchez, y todo ello a pesar de que la actividad entre ambas formaciones fue incesante durante la noche del martes y todo el miércoles. Tanto Carmen Calvo, negociadora jefe de los socialistas, como Pablo Echenique, jefe del diálogo por parte de los morados, han mantenido constantes contactos con el fin de desencallar una negociación en la que, en paralelo, también están participando miembros de los equipos del PSOE y de Unidas Podemos. Con todo, desde la formación morada aseguran que siguen "apostando por un Gobierno de coalición" y no dan por roto, por ahora, el diálogo,
El 'pack' que no gustó
Como ya explicó este periódico la última oferta del PSOE no gustó a los de Iglesias. Se trató de un pack en el que solo estaban sendos ministerios de Juventud e Infancia y otro de Vivienda -todos ellos sin competencias según los morados-, además de una vicepresidencia -que ya tendría nombre y apellidos: Irene Montero, número dos de Podemos, quien por cierto solicitó poder votar telemáticamente hasta una hora antes de la votación decisiva, para poder apurar el sentido de su elección-.
Obviamente, la propuesta no satisfizo en Podemos, desde donde toda la jornada del miércoles se insistía en el mismo mantra: "Ya hemos cedido en no asumir ningún ministerio de Estado como Interior, Justicia y Exteriores, y además hemos aceptado también el veto de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias, algo inédito en los acuerdos de gobiernos de coalición". Y es que "Unidas Podemos no quiere entrar en el Gobierno a cualquier precio, queremos competencias para desarrollar políticas sociales en Igualdad, Trabajo, Hacienda y Transición Ecológica" para lograr poner en marcha varias iniciativas que para ellos son irrenunciables.
Impuesto a la banca
Entre ellas está una vieja apuesta de Podemos: el impuesto a la banca. Este miércoles la formación volvía a blandir esta medida fiscal con la que se pretende recuperar el rescate bancario ejecutado por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 y que permitiría recaudar al Estado unos 1.000 millones de euros anuales.
A esta reclamación se suma subir el salario mínimo, bajar la factura de la luz y extender la gratuidad de las escuelas infantiles de cero a tres años, así como igualar los permisos de maternidad y paternidad, objetivos que sí que comparte con el PSOE.
En cualquier caso, con lo que no quiere forzar la negociación Podemos es con los futuros miembros de Gobierno. Admiten que no están encontrando vetos a los nombres propuestos, pero aseguran no haber puesto a prueba la paciencia del PSOE en esta cuestión. De hecho, respecto a los rumores que han apostado que en sus propuestas se encuentran representantes de los comunes como Jaume Asens - defensor de la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña-y Gerardo Pirarello, en la formación morada aseguran que estos nombres nunca habría estado sobre la mesa.
¿Intentona, en septiembre?
De no cerrarse el acuerdo y haber investidura en unas horas, a Sánchez todavía le quedaría la posibilidad de una segunda intentona en septiembre y seguir negociando con Unidas Podemos en agosto.
Una estrategia de desgaste con la que ya habría contado Moncloa pero que habría sido desaconsejada por ERC. En público y en privado el propio Gabriel Rufián, portavoz republicano ha alertado a socialistas y 'morados' de que en septiembre es muy posible que no puedan contar con la abstención de los republicanos, clave para que prospere la candidatura de Sánchez.
Las advertencias de Rufián están provocadas por el juicio del procés. En septiembre se conocerá su sentencia, posiblemente dura para los políticos acusados, lo cual provocará, según los independentistas, que tengan las manos atadas y presionando el botón del 'no'. Posiblemente, EH Bildu también opte por esta acción puesto que ha llegado a un acuerdo para compartir el voto con los republicanos.
Fantasma electoral
De ahí que el fantasma electoral se multiplique ante la posibilidad de que antes de la definitiva sesión del congreso que ahora comienza. Se trata de un temor del que han alertado todas las formaciones del Congreso, y que el propio presidente citó varias veces en casi todas sus intervenciones durante el debate de investidura celebrado el lunes y el martes.
Se trata de un fantasma que, con todo, tanto socialistas como morados quieren descartar y se esfuerzan en retrasar, haciendo llamadas a la esperanza. Ni PSOE ni Unidas Podemos quieren cargar con el peso que supondría llevar al país a una repetición electoral. De ahí que también haya corrientes internas y divergencias de opinión sobre cómo se han gestionado y se están llevando a cabo las negociaciones en ambos partidos. Quedaría el clavo ardiendo de la abstención del Partido Popular y Ciudadanos, que citó varias veces Sánchez esta semana, pero las posibilidades de que esta se pueda producir es muy remota. Casi un milagro político.