A las personas que ya han vivido unos cuantos veranos, la marca Camy les traerá recuerdos de juventud: hasta 2004, Camy y Frigo eran las marcas estrella de los helados. La primera, como indicaba su logotipo, pertenecía a Nestlé. En ese año, poco después del cambio de siglo, aquel mítico nombre desapareció cuando la compañía suiza decidió unificar todas sus marcas bajo el nombre de Helados Nestlé. Pero hace dos veranos que Camy ha vuelto a aparecer, esta vez sin el nombre de la multinacional. La nueva Camy ha aparecido de la mano de una empresa valenciana, que se divorció de Nestlé... y que se acabó llevando la mítica marca en la separación.
Primero hay que hacer memoria. Camy nació como una empresa alicantina, Helados Camay, que fue comprada por Nestlé en los años 60. Tras un pequeño retoque, eliminando una 'a' de la marca, Camy se convirtió en el buque insignia heladero de la firma de alimentación suiza en España.
Pero precisamente por aquellos años, concretamente en 1964, apareció una fábrica de helados rival en Alzira, Valencia. Había sido fundada por el empresario valenciano Luis Suñer, y se llamaba Avidesa, acrónimo de "Avícolas y Derivados, SA". La compañía, como su nombre indicaba, operaba tanto la carne de pollos como los envases y los camiones de transporte de animales. Y un día, Suñer decidió ampliar el significado de esos "derivados" a otro sector: los helados. Aquella decisión fue una genialidad: ese negocio tuvo tanto éxito que acabó por dominar el resto de la empresa. Entre sus hitos, fue uno de los patrocinadores del Mundial de Fútbol de 1982. Y Suñer, en pocos años, llegaría ser el mayor pagador de IRPF de España.
Desastres encadenados
Pero una serie de desastres pusieron la firma en peligro. Primero, Suñer, de 71 años fue secuestrado por la banda terrorista ETA en 1981. El empresario se pasó tres meses encerrado en un zulo de dos metros, en la trasera de un local comercial, y su familia acabó pagando 325 millones de pesetas, unos dos millones de euros en el momento y unos 11 millones de hoy si lo ajustamos por la inflación acumulada desde entonces, según cuenta Sergi Moyano en su libro Operación Apolo. La cautividad, de tres meses, dañó gravemente su salud y sus cuentas.
Y por si fuera poco, el año siguiente, en 1982, el desastre fue climático: una DANA dejó lluvias de más de 600 litros por metro cuadrado en el área del Pantano de Tous. La infraestructura no resistió el diluvio y el agua embalsada se desbordó, inundando las ciudades de la zona en la llamada "pantanada". Alzira, donde está la fábrica, quedó sepultada por cuatro metros de agua, que provocaron enormes daños materiales. La reconstrucción de la fábrica costó meses y millones.

La muerte de Suñer en 1990 obligó a su nieto y heredero, Alberto Campos Suñer, a sacar el 30% de la firma a bolsa. El BBV (antes de añadir la A de Argentaria) aprovechó su debilidad para lanzar una OPA por el 75% de la compañía, y acabó haciéndose con ella. En 1993, el banco compró el 100% de las acciones, retiró la firma de bolsa, y se la vendió a Nestlé junto a Miko, otra histórica marca de helados que también había comprado el banco vasco. Y, de un solo golpe, la multinacional suiza se había deshecho de dos de sus principales competidores. Camy, Avidesa y Miko eran ahora hermanos gemelos.
Durante una década, la fábrica de Alzira se centró en fabricar helados para sus dueños, Nestlé. Pero en 2003, la firma suiza decidió que era hora de recortar su negocio en España. Primero, unificó sus tres marcas de helados en una sola: Camy, Miko y Avidesa desaparecieron, y en su lugar pasó a usarse el nombre actual de Helados Nestlé. Y, como paso siguiente, la compañía decidió cerrar algunas de sus plantas, y la antigua Avidesa estaba entre las elegidas. Pero para evitar el cierre, el director de la fábrica, Guillermo Lamsfus, que había reemplazado a los Suñer en la breve etapa en que la heladera estuvo bajo el control del BBV, llegó a un acuerdo con Nestlé: le compraría la planta y pasaría a fabricar helados a firmas de distribución, para no competir directamente con ellos. Nestlé aceptó, y la fábrica de Alzira se 'divorció' de su matriz tras una década.
El retorno de Avidesa
Por supuesto, Nestlé se quedó con las marcas: Avidesa renació como Ice Cream Factory Comaker, y sus helados llevaron la marca de "Gelato Cremoso". Pero a los pocos años, la dirección de la compañía decidió ver hasta dónde podía pisar la línea roja sin violar el acuerdo con Nestlé. Su primer paso fue adoptar la marca "Avi 1964", año de fundación de la planta, con el mismo diseño del antiguo logotipo de Avidesa. Nestlé respondió a este paso con una demanda por competencia desleal, acusándole de usar sus marcas sin permiso. Pero ICFC respondió que la firma suiza había dejado de usar la marca Avidesa desde que la reemplazó por Helados Nestlé, y los tribunales le dieron la razón. En 2017, la Audiencia Provincial de Valencia sentenció que ICFC podía recuperar la marca Avidesa si quería, porque Nestlé, efectivamente, ya no la usaba para nada.
Aquella sentencia era ya una victoria muy importante para la firma valenciana. Pero sus directivos habían ido un paso más allá. Cuando Nestlé les denunció por usar el nombre de Avidesa sin permiso, ICFC no solo presentó un recurso, sino que olió sangre y decidió contraatacar: la firma valenciana alegó que la multinacional no solo no estaba usando Avidesa, sino que tampoco estaba usando la marca Camy ni la de los helados Apolo, los históricos conos de la firma.

Nestlé se dio cuenta de que había cometido un error abandonando esos nombres, y decidió colocar la marca de Camy en algunas tartas heladas, para poder decir a los tribunales que sí, que estaba usando la marca Camy. Pero ya era demasiado tarde: en 2019, el Tribunal Supremo sentenció que aquel uso era "mínimo, accesorio y aislado, meramente simbólico y con el solo objetivo de mantener el registro de las marcas". La antigua Avidesa se llevó la victoria completa: no solo podía recuperar su marca original, sino que acababa de 'robarle' la mítica Camy a Nestlé.
Y aprovechó la oportunidad. ICFC ha recuperado la marca Camy, con la que ha vuelto a vender helados desde 2020. En aquel momento, el grupo italiano Ferrero decidió comprar la compañía, para entrar en España. El resultado es una mezcla curiosa: los carteles de Camy de este año incluyen los históricos helados Apolo de Avidesa, junto a otros de Kinder y de Ferrero Rocher.
La lección que aprendió Nestlé
La lección que ha aprendido Nestlé es una que otras rivales tienen muy en cuenta. Coca-Cola incluye el nombre 'Coke' en la parte trasera de sus latas desde hace décadas, no porque nadie en España la conozca por ese nombre, más común en EEUU, sino para asegurarse de que nadie pueda hacer su propia línea de refrescos rivales con ese nombre. Y Pepsi borró la mítica marca Matutano de sus bolsas de patatas y snacks hace décadas. Pero no por completo: sigue usando ese nombre para vender algunos productos, como los Fritos, los Munchitos en canarias o algunos frutos secos, para que nadie pueda 'resucitar' ese nombre y hacerle la competencia con él.
Pero por el momento, los vecinos de Alzira siguen celebrando que en su ciudad, en la llamada Calle de la Antigua Avidesa, se siguen fabricando helados, aunque ya no de Avidesa, sino de Camy. A Luis Suñer seguramente le habría hecho gracia.
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