
Especialistas en la manipulación y el empleo del relato para desviar la atención sobre sus múltiples miserias y las denuncias de corrupciones varias, la factoría Sánchez&Cia Producciones nos presenta un nuevo episodio del show "España nos roba" ahora con el presidente de la Generalidad, Salvador Illa, como invitado especial y cocinero del "Madrid nos fríe" denunciando un dumping fiscal que sólo existe en sus desvaríos de ficción y en sus onanismos mentales. Recordar aquí que, lejos de dumping fiscal, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, sólo hace ejecutar las competencias que le otorgan la ley y la Constitución, al igual que al resto de regiones aunque algunas prefieran seguir abusando fiscalmente de sus ciudadanos, siguiendo el ejemplo Sánchez que ha convertido España en un infierno fiscal donde, con datos de la Fundación Civismo, un trabajador medio en España dedica 228 días de trabajo al año para el pago de impuestos. Como explica mi amigo y compañero Juan Berga "no puede haber dumping fiscal allí donde la legislación financiera es común".
Eso, además de que aquí los únicos que están vulnerando y quebrantando la Constitución son el gobierno del sanchismo, el PSC de Illa y los nacionalistas con ese acuerdo para la financiación singular, privilegiada e ilegal de Cataluña. Un acuerdo por el que Cataluña gestionará cerca de 25.000 millones de euros más, que supone un acto de corrupción política y cuya primera y principal consecuencia de llevarse a efecto será la liquidación del principio constitucional de igualdad entre los españoles y la ruptura de la solidaridad interterritorial entre todas las comunidades del Estado. Añadir a esto que el aumento derivado de la nueva financiación no va a servir para mejorar la calidad de los servicios de los catalanes sino para costear las acciones y actuaciones del independentismo. Porque el problema de Cataluña, que tiene 15 impuestos propios frente a ninguno de Madrid, no es de financiación sino de mala gestión y desvío de los recursos recibidos y recaudados.
Todo esto siendo Cataluña la región con los impuestos más altos de España y Madrid la de menor presión fiscal. Los resultados del Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral reflejan que los catalanes pagan un 40% más que los madrileños entre IRPF y Patrimonio, un 6,6% más en trasmisiones patrimoniales y un 23,3% en actos jurídicos documentados. Claro que los madrileños no tienen que pagar los 900 millones de euros anuales que cuesta mantener las embajadas catalanas en el exterior. Y con esta política de rebajas la Comunidad de Madrid es la región más solidaria de España, al aportar al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales el 71% del total de los recursos con los que financian las actuaciones que prestan a sus ciudadanos otras autonomías con menos capacidad tributaria. Sólo en el último año, Madrid ha aportado al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales 4.039 millones de euros, frente a los 1.517 millones de Cataluña o los 390 de Baleares.
Y es también Madrid el mayor motor económico de España, la comunidad más próspera y la que más recauda con menos impuestos, aportando el 19,6% del PIB nacional, circunstancia que reflejan indicadores como la creación de empresas, constituyéndose 27.000 nuevas en 2024, la cifra más alta en 18 años. A ello se suma el liderazgo en la captación de inversiones extranjeras, acumulando el 67,1% de las que llegaron a España el año pasado, con 24.705 millones de euros, muy por encima del resto de CCAA y un crecimiento interanual del 43%. Pues con este panorama a ver si el ahora candidato lenguaraz, Óscar López se atreve a decir públicamente a los madrileños que quiere subirles los impuestos. Apuesten a que no. Porque el problema no es fiscal, el problema es que Sánchez, Illa y el resto de su troupe odian a Madrid porque odian la libertad.
PD. Frente al silencio vergonzante de la FAPE y la APM ante el atentado a la libertad de prensa y el derecho a la información que supone el anteproyecto de Ley de gobernanza en servicios digitales y medios de comunicación, reseñar que sólo la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión ha levando la voz en defensa de los profesionales, manifestando en reiteradas ocasiones su enorme preocupación por la deriva totalitaria de Sánchez. Al César lo que es del César.