Opinión

La Década Digital de Europa 2030: implicaciones y perspectivas para España

Héctor Izquierdo. Director Sector Público en Capgemini España

La Década Digital 2030 ha marcado un hito en el camino de la Unión Europea hacia la transformación digital y, por ello, actualmente Europa se encuentra inmersa en un ambicioso proyecto que busca impulsar la competitividad, la innovación y la sostenibilidad en todo su territorio. Con objetivos y metas concretas, la UE se ha propuesto liderar la revolución digital y garantizar que sus ciudadanos y empresas estén preparados para enfrentarse a los desafíos del futuro digital. Todo ello se está realizando mediante un programa estratégico que tiene como objetivo principal aprovechar todo el potencial de la tecnología digital en la próxima década.

Solo en el último año, la UE ha intensificado las acciones para reafirmar su liderazgo tecnológico y facilitar la transformación digital, fomentando, al mismo tiempo, su resiliencia y haciendo frente a las dependencias estratégicas, especialmente en lo que respecta a materias primas críticas, semiconductores, Cloud, edge computing y tecnologías de ciberseguridad. Pero ¿son suficientes estas medidas para impulsar la transformación en Europa?

Si bien estas estrategias son de gran ayuda, no bastan, por sí solas, para lograr un avance tangible. Para ello, también se necesitan inversiones masivas e intervenciones políticas que promuevan activamente la formación y los planes de mejora de las competencias. Esto incluye el fomento de las competencias digitales desde una edad temprana, con un enfoque especial en el fomento de la igualdad de género para el acceso a las formaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Estas acciones son cruciales para cerrar la brecha en competencias digitales y asegurarse de que la población esté preparada para un futuro digital.

En este futuro digital planteado, Europa aspira a que todos sus servicios públicos clave estén disponibles online en 2030, coincidiendo con el final de esta Década Digital. Por el momento, actualmente, España es uno de los países que se encuentra a la cabeza en la disponibilidad de los servicios para usuarios nacionales, frente a la media europea que se establece en un 84%.

Sin embargo, para estar a la altura del reto de 2030, Europa necesita solventar varios desafíos. Entre ellos, se encuentra la necesidad de acortar distancias entre usuarios transfronterizos y nacionales, ya que los servicios suelen estar más centrados en el usuario nacional, donde los problemas lingüísticos y la imposibilidad de autenticarse con su propio DNIe son barreras comunes. No es el caso de nuestro país, donde el 73% de los servicios de la Administración Pública española está disponibles online para usuarios de otros países de la UE, situándose muy por encima de la media de países de la UE (49%).

La reducción de la distancia del nivel de digitalización en las administraciones entre ciudadanos y empresas también se presenta como limitación a la que hacer frente, puesto que son los empresarios europeos los que disfrutan de servicios digitales más maduros, en detrimento de los disponibles para la población.

La última brecha que hay que salvar es la que existe entre la Administración central, por un lado, y las administraciones regionales y locales, por otro. Son los proveedores de servicios de la Administración central los que ofrecen la mayoría de los servicios online; y la reutilización de soluciones digitales existentes, como el DNIe y la firma electrónica y componentes y servicios comunes (Plataforma de Intermediación de Datos, Registro Electrónico, notificaciónes electrónicas), puede ayudar a simplificar todos los estratos para una prestación completa de los servicios públicos. En definitiva, la recuperación de prestaciones actuales y la creación de condiciones equitativas entre niveles de administraciones, es el primer paso hacia mejores servicios para toda la sociedad.

En última instancia, la década digital de Europa representa una oportunidad única para España. Si seguimos apostando por las nuevas tecnologías de vanguardia como catalizador para afrontar los desafíos de conectividad que se presentan -a través de la digitalización de la economía, la sostenibilidad y la promoción de la innovación y la colaboración-, estaremos en una posición sólida para aprovechar al máximo esta transformación digital. Así, nuestro país puede convertirse, en los próximos años, en un líder en la economía digital europea y contribuir significativamente a la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos. Gracias a una visión estratégica clara y un compromiso continuo con la mejora tecnológica, tenemos el potencial de trazar un rumbo ambicioso y exitoso en la era digital.

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