Opinión

A vueltas con la educación

  • El mérito y la capacidad que la Constitución señala han desaparecido de las aulas
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La semana pasada se publicó el último informe Pisa sobre educación y en él se comprueba el pésimo efecto que en todo el mundo tuvo la pandemia. En cuanto a España, la cosa sigue mal y yo tengo la sensación de en estas malas notas tienen bastante que ver los pedagogos que colonizaron y colonizan el Ministerio de Educación, como ha escrito una indignada Cristina Casabón:

"La educación socioemocional y las habilidades sustituyen al conocimiento; los pedagogos son los nuevos curillas o prescriptores morales. Ahora, desde que los logsianos cambiaron los pilares de la educación, se acabó el esfuerzo sostenido, y el siguiente paso natural era cambiar la moral del éxito por la superioridad moral de la nueva izquierda. Hoy, el cinismo ambiental progre ha llegado a ser la ecología moral y política que sustituye al esfuerzo, o sea hincar los codos".

Y añadía:

"El cambio de la educación ha ido acompañado de una tendencia delirante, la ostentación moral de la inteligencia progresista. Es curioso ver cómo ya no es del conocimiento de lo que presumen, sino que hacen burda y llana ostentación moral. Esto les aporta una dosis de dopamina y narcisismo extra, superior a la que les otorgaba, entre otras cosas, la suscripción a todos los ismos (animalismo, feminismo, ecologismo, comunismo…").

Tengo un amigo catedrático de Física en la Complutense que un día, comentando algo en torno a la política educativa, me soltó lo siguiente: "Tú sabes, Joaquín, que soy contrario a la pena de muerte, pero la mantendría contra los pedagogos". Por otro lado, no hay forma de que en España se haga una ley de Educación consensuada. De eso se lamentaba un lector, Pedro Marín de Zaragoza, en la prensa:

"Desde el presidente del Gobierno, pasando por la ministra de Educación, junto a los responsables de las autonomías, tendrían que abochornarse. Examen a examen vamos disminuyendo nuestra puntuación en Pisa".

Y concluía preguntándose: "¿Para cuándo una mesa educativa con todos los agentes implicados?"
El mérito y la capacidad que señala la Constitución han desaparecido del mapa educativo, que antaño sí se dedicaba a enseñar, aprender y crear conciencia de que estudiar exige esfuerzo. Y esa enseñanza también sirve para alcanzar unos niveles profesionales que sin ella no se tendrían. La disciplina no es sólo una virtud militar, también lo es en la vida civil. Aunque parezca un pensamiento antiguo o retro, el esfuerzo es un bien para quien lo hace y lo es también para el conjunto de la sociedad.

Pero no todo van a ser malas noticias. Hay tres regiones en España que van bastante bien. Por este orden: Castilla y León, Asturias y Cantabria, que tienen varias cosas en común: una renta per cápita un poco por debajo de la media española; poblaciones escolares pequeñas y en el caso de Castilla y León y Asturias, especialmente menguantes; una buena financiación per cápita por parte del Estado que las sitúa por encima de la media de las comunidades en recepción de fondos. Una inversión pública por alumno superior al promedio; un gran peso de la enseñanza pública en la escuela rural y por eso mismo una ratio de alumnos por clase inferior a la media del país.

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