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El aprendizaje por competencias: la revolución del Gobierno en la Educación

  • Estos cambios en la ley involucran a 10 millones de estudiantes
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Los alumnos españoles de la enseñanza obligatoria se enfrentarán a varias modificaciones en su proceso de aprendizaje a partir del curso 2022-2023, tal y como recoge la nueva ley de educación conocida como "Ley Celaá". Los nuevos cambios no solo afectan a los contenidos que ahora deberán enseñar los docentes, sino también, a la hora de afrontar el aprendizaje e incluso el sistema de evaluación. Para la precursora de esta ley, Isabel Celaá, ex Ministra de Educación, el sistema educativo necesita urgentemente una transformación que ya no se puede aplazar más tiempo. Este cambio en la enseñanza española afecta a 10 millones de estudiantes, desde la etapa de infantil hasta la universidad. El Gobierno ha manifestado que este proceso cuenta con el apoyo de los fondos europeos para su implementación y será una de las prioridades del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con una financiación, solo para Educación, de más de 4.500 millones de euros. El objetivo final según el Gobierno de Sánchez es poner a España al mismo nivel que los estándares europeos.

La revolución que propone el ejecutivo tiene como objetivo principal dejar atrás la memorización para que los estudiantes puedan relacionar lo aprendido y aplicarlo en su día a día. Este tipo de aprendizaje pretende que los alumnos empiecen a trabajar en su capacidad reflexiva, de relacionar sus ideas y ser capaces de resolver problemas.

No se trata de que los estudiantes memoricen un libro de historia o filosofía, sino de que puedan defender sus ideas en un debate

Las competencias clave han sido definidas a partir de las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea, que han tenido en cuenta principalmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Según el Consejo, la enseñanza por competencias es fundamental para que los estudiantes logren conseguir su desarrollo individual, social y profesional en un mundo que está marcado por la globalización y el cambio constante. De igual forma, la nueva ley incide especialmente en la diversidad, tanto lingüística como cultural, lo que permitirá a los alumnos una mejor adaptación con las diferentes culturas y lenguas.

Enseñanza por competencias

El concepto de competencia incluye conocimientos, procedimientos y actitudes basados en saber hacer, saber ser y saber estar, relacionados con la práctica profesional y el desempeño laboral. Lo que permite a los estudiantes actuar de forma eficaz y poder encontrar mejores soluciones en distintas situaciones y contextos profesionales. Este tipo de enseñanza pretende fundamentalmente que los alumnos puedan responder de forma más adecuada en todos los aspectos de su vida personal, social y profesional.

Este tipo de educación se diferencia de otros métodos, principalmente, porque los estudiantes son evaluados en las habilidades que adquieren en el aula y no solo por pruebas teóricas, por eso el ritmo de aprendizaje es mucho más individualizado y puede ser mucho más acelerado que otras técnicas. En este nuevo enfoque, el rol de los docentes se transforma en un guía que apoya al estudiante, los protagonistas ahora son los alumnos quienes tienen autonomía e independencia durante su formación. La tarea fundamental ahora de los profesores es enseñar a los jóvenes a aprender a aprender, dando herramientas que ayuden en la creación de estructuras cognitivas o esquemas mentales que les permita manejar la información disponible, filtrarla, codificarla, categorizarla, evaluarla, comprenderla y utilizarla pertinentemente. En esta línea, Marta Pérez, Directora del Colegio Europeo de Madrid, señala que "no cabe duda de que seguirán existiendo desafíos para los docentes y alumnos de cara al próximo curso con la entrada de la LOMLOE, pero el reto es estar preparados para continuar innovando y adaptándonos a las necesidades de la sociedad actual".

Perfil del alumno

El nuevo currículo empieza por establecer el "perfil de salida del alumnado". Esto quiere decir que los estudiantes deben poder desenvolverse como ciudadanos y futuros profesionales después de terminar la primaria y la ESO con herramientas que los conecten de forma real al mundo global y cambiante en el que vivimos. Estas grandes metas se basan principalmente en ocho competencias clave: comunicación lingüística, plurilingüismo, matemática en ciencia y tecnología (STEM), conocimientos digitales, aprender a aprender, ciudadanía, conciencia y expresión cultural y emprendimiento. Todos estos cambios han sido definidos por la UE, y en los ODS aprobados por la ONU, con el objetivo de resolver los conflictos de forma pacífica, promover la salud personal y colectiva, actuar frente a los problemas medioambientales, y promover la igualdad entre mujeres y hombres.

Así, el Gobierno presenta un currículo menos sobrecargado de contenidos exhaustivos, los estudiantes tienen que ser capaces de interrelacionar los contenidos que van aprendiendo en las aulas para resolver problemas. También promueve la mezcla de varias materias en una misma clase, la docencia compartida, dos profesores por aula y el trabajo colaborativo de los estudiantes. Con este nuevo modelo se da más autonomía a los centros educativos, para que estos diseñen sus propios proyectos adaptados a la realidad de cada colegio y su alumnado.

Un reto para los docentes

Los profesores deben asumir que el entorno educativo estará centrado en las competencias, y su labor ahora será dominar distintos dispositivos tecnológicos y aplicaciones importantes para la enseñanza y así poder estar un paso más allá en el uso del equipamiento digital. Tendrán que fomentar la creatividad de los alumnos, desarrollar su pensamiento crítico y asegurar un uso seguro y responsable de las plataformas digitales. Ahora el entorno online es de vital importancia para los jóvenes y deben adquirir esas habilidades y conocimientos necesarios para desempeñarse de forma eficaz en su futuro trabajo. Esto hace que los maestros tengan que ser capaces de evaluar, utilizar y crear contenidos digitales; de comunicarse y colaborar en línea; de usar los recursos digitales para el trabajo, el juego y el aprendizaje; y de comprender las implicaciones de vivir en un mundo 100% digital.

Otro factor que sufrirá grandes cambios es el sistema de evaluación, la clave para entender los cambios que trae la LOMLOE es entender la diferencia entre "calificar" y "evaluar". En la primera se coloca una escala, se cuantifica lo que los estudiantes realizan acreditando sus conocimientos, en cambio, al evaluar se reconoce el desempeño de los alumnos en sus tareas dentro del aula, se observa sus destrezas y sus implicación en lo teórico-práctico y se establece una escala de logro en ese desempeño y la variación más significativa es la orientación personalizada que tendrán los niños y jóvenes si no logran un desempeño correcto, para de esta forma poder mejorar sus habilidades de forma concreta en lo que están fallando con un seguimiento por parte del docente. Así también lo manifiesta Pérez "cada alumno es único y su formación integral es nuestra prioridad para que prosperen personalmente y colaboren en la mejora constante de la convivencia en un mundo diverso".

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