
La banca parecía que tenía todo el viento de cola por la subida del precio del dinero. Tras la última reunión del BCE, la previsión es que los tipos en Europa alcancen el 3,5%. De la nada a una velocidad de crucero altamente rentable. Pero el viento de cara de una desaceleración económica ya es más fuerte y está empezando a ralentizar la reconstrucción en la que está inmerso el sector financiero. Prueba de que la tortilla se ha dado la vuelta y que el viento de cara se come gran parte de el de cola es que desde el verano el exceso de capital previsto para el conjunto de entidades se ha reducido a la mitad. Los bancos están preparados, pero al igual que era quimérico pensar en dividendos extraordinarios, su foto ya no es tan positiva.