
Sube el SMI, y sube hasta los 1.000€ brutos al mes en 14 pagas y con efectos retroactivos desde el 01 de enero de 2022. Eso es lo que ha acordado el Ministerio de Trabajo con los Sindicatos, en un acuerdo bilateral.
¿A qué se debe esta "rampa" de subida del SMI? La anunciada subida de 35€ al mes en la nómina se debe al compromiso del Gobierno con la Carta Social Europea, por la que en 2023 el SMI español se situaría en el 60% del salario medio del país. A fecha de publicación de este artículo, sólo Bulgaria y Letonia no han subido el SMI en el 2022.
¿Tiene sentido llevar a cabo esta subida del SMI en este momento? Pues quizás no, dada la situación económica, empresarial y del mercado. Recordemos que hemos incrementado el SMI en un 47,3% desde el año 2016, o un 31% desde 2019. Por lo que quizás podríamos afirmar que esta nueva subida, como otras anteriores, tiene una finalidad más social que económica.
Pero vamos a analizar la situación actual y el impacto de esta medida con algo más de detalle: 2021 se cerró con 3.105.905 personas en situación de desempleo (datos SEPE), lo que nos sitúa en prepandemia, rozando los famosos 20 millones de afiliados a la Seguridad Social. Buenas noticias, volvemos a principios del 2020. La inflación definitiva en España en 2021 se situó en el 6,5% (la energía, las materias primas, alimentación y componentes electrónicos, tienen gran parte de la culpa), lo que supone un alza considerable muy lejos de los criterios tradicionales de la UE. Las empresas y autónomos llevan desde 2019 (en concreto desde el tercer trimestre de 2019) soportando incrementos sucesivos de los CLU (costes laborales unitarios), con picos en algunos trimestres del 6,9% de subida de los costes. Se prevé un 2022 (en realidad ya es un hecho desde principios de enero y con fuente tendencia ascendente) con aumentos recurrentes de precios en servicios, materias primas y energía (entre otros), que las empresas están trasladando en gran parte al precio final, tanto en el B2B (mercado empresarial) como en el B2C (consumidores finales). Es esperable que, durante gran parte de 2022, convivamos con un contexto económico y empresarial de incertidumbre, donde es probable que no alcancemos niveles prepandemia hasta 2023.
¿Qué impacto es posible que tenga una "rampa" continuada de subida de SMI sin atender a razones de idoneidad de la situación económica?
Mi recomendación es diferenciar lo que es un impacto de carácter social, del impacto empresarial, del impacto salarial… lo que nos llevará a conclusiones diferentes. Desde la óptica social, está claro que existe una parte del mercado laboral que sufre salarios bajos, que ha perdido poder adquisitivo y donde claramente esta medida es necesaria. Desde el punto de vista empresarial, el citado aumento de los costes laborales, así como la presión de márgenes al que están sometidas las empresas y autónomos desde hace tiempo, hace que pensemos que quizás no es el mejor momento para llevarla a cabo. Recordemos que tenemos miles de pymes y autónomos zombies, en pérdidas y al borde del precipicio.
Desde el punto de vista de la estructura salarial, lo que ya está ocurriendo es que, para cumplir con los criterios de SMI, las compañías se ven obligadas en algunos casos a aumentar también el salario de coordinadores o supervisores que, desafortunadamente, están sólo ligeramente por encima de este mínimo y que, debido al incremento de salario de los empleados bajo su responsabilidad (la subida de SMI), se ven perjudicados. Por contra, aquellos empleados puramente técnicos u operacionales, con salarios ligeramente por encima del SMI, podrían ver congelado su salario durante este año (compensando conceptos salariales) como alternativa del empresario para amortiguar el impacto en de la subida del SMI en otros colectivos. Y desde el punto de vista del empleo, podría afectar a la creación de empleo en colectivos como: primer empleo, en sectores muy intensivos en mano de obra, en empleadas del hogar, en autónomos con 3-4 empleados...
Se me olvidaba: producirá un ligero aumento de la recaudación, traducido en cotizaciones a la Seguridad Social, por incremento de la base mínima de cotización.
Como conclusión, esta medida tomada ahora, tiene un impacto muy positivo en aproximadamente 1,8 millones de trabajadores que cobran el SMI (sobre todo el colectivo de mujeres, de jóvenes, empleadas del hogar y del sector servicios). La subida parece no tener una coherencia con la situación económica o el dinamismo económico actual, ni con la productividad, ni la evolución de la recuperación postpandemia en nuestro país. Como añadido a todo esto, se puede producir una redistribución de las jornadas laborales, así como compensación de salarios que, con la intención de cumplir con la subida de los salarios más bajos, impacte en los salarios, deslizando diferentes bandas salariales más próximos al SMI.
Por todo lo anterior, se hace necesario ahondar en elementos de flexibilidad y estabilidad del mercado laboral, que permitan a las empresas mejorar sus tasas de productividad y ganar competitividad en el mercado. Será entonces el momento de una subida, no solo del SMI, sino también de la curva de salarios con carácter general en España. Este sería un incremento salarial justificado y sólido, con impacto real en la economía del bienestar.