Opinión

Cambio de régimen en la economía global

El premio Nobel Spence anticipa un cambio de modelo económico a nivel global

En 1979, W. Arthur Lewis recibió el premio Nobel en economía por su análisis de la dinámica de crecimiento en los países en desarrollo. Merecidamente: su marco conceptual ha demostrado ser invaluable para entender y guiar el cambio estructural en varias economías emergentes.

La idea básica que Lewis enfatizó es que los países en desarrollo crecen inicialmente expandiendo sus sectores exportadores, que absorben la mano de obra excedente en sectores tradicionales como la agricultura. En tanto los ingresos y el poder adquisitivo crecen, los sectores domésticos se expanden junto con los sectores comerciales. La productividad y los ingresos en los sectores industriales esencialmente urbanos y de un uso intensivo de mano de obra tienden a ser 3-4 veces superiores que en los sectores tradicionales, de manera que los ingresos promedio suben en tanto más gente va a trabajar en el sector exportador en expansión. Pero, como observó Lewis, esto también implica que el crecimiento salarial en el sector exportador seguirá deprimido mientras haya un excedente de mano de otra en otra parte.

Como la disponibilidad de mano de obra no es una limitación, el factor clave con respecto al crecimiento es el nivel de inversión de capital, que se necesita inclusive en sectores de un uso intensivo de mano de obra. Los retornos sobre esta inversión dependen de las condiciones competitivas en la economía global.

Esta dinámica puede producir tasas de crecimiento asombrosamente altas que a veces continúan durante años, inclusive décadas. Pero hay un límite: cuando la oferta de mano de obra excedente se agota, la economía alcanza el llamado punto de inflexión de Lewis. Por lo general, esto sucederá antes que un país haya salido del rango de ingreso mediano bajo. China, por ejemplo, alcanzó su punto de inflexión de Lewis hace 10-15 años, lo que generó un cambio importante en la dinámica de crecimiento del país.

En el punto de inflexión de Lewis, el costo de oportunidad de trasladar más mano de obra de los sectores tradicionales a los que se modernizan ya no es desdeñable. Los salarios empiezan a aumentar en toda la economía, lo que significa que, si el crecimiento continúa, debe ser impulsado no por trasladar mano de obra de sectores de baja productividad a sectores de mayor productividad, sino por aumentos de la productividad al interior de los sectores. Como esta transición muchas veces falla, el punto de inflexión de Lewis se produce cuando muchas economías en desarrollo caen en la trampa del ingreso medio.

Vale la pena analizar el modelo de crecimiento de Lewis porque algo similar está sucediendo hoy. Cuando la economía global empezó a abrirse y se volvió más integrada hace varias décadas, cantidades enormes de mano de obra y capacidad productiva antes desconectadas e inaccesibles en las economías emergentes pasaron a los sectores industriales y exportadores, produciendo resultados impresionantes. La actividad industrial se trasladó de los países desarrollados y las exportaciones de las economías emergentes crecieron más rápido que la economía global.

Debido a la escala de mano de obra relativamente de bajo costo en las economías emergentes (especialmente China), el crecimiento salarial en los sectores comerciales de las economías avanzadas fue moderado, inclusive cuando la actividad no viró a las economías emergentes. El poder de negociación de los trabajadores se redujo en las economías desarrolladas, y la presión negativa sobre los salarios de ingreso mediano y bajo se trasladó a sectores no comerciales en tanto la mano de obra desplazada en la industria se trasladó a sectores no comerciales.

Pero ese proceso básicamente terminó. Muchas economías emergentes se han vuelto países de ingreso mediano y la economía global ya no tiene reservorios grandes de mano de obra de bajo costo y accesible para alimentar la dinámica anterior. Por supuesto, sigue habiendo reservas de mano de obra subutilizada y una capacidad productiva potencial, por ejemplo, en África. Pero es poco probable que estos trabajadores ingresen a los sectores exportadores productivos lo suficientemente rápido y a suficiente escala como para prolongar la dinámica previa al punto de inflexión.

El punto de inflexión de Lewis tendrá consecuencias profundas para la economía global. Las fuerzas que han venido deprimiendo los salarios y la inflación en los últimos 40 años están disminuyendo. Un amplio rango de economías emergentes y desarrolladas están envejeciendo, reforzando la tendencia, y la pandemia del COVID-19 ha reducido aún más la oferta de mano de obra en muchos sectores, posiblemente de manera permanente. En estas condiciones, la caída de cuatro décadas de los ingresos laborales como porcentaje del ingreso nacional probablemente se revierta –aunque la automatización y otras tecnologías de ahorro de mano de obra que avanzan rápidamente pueden contrarrestar este proceso en alguna medida.

En resumen, ahora que varias décadas de crecimiento de los países en desarrollo han agotado gran parte de la capacidad productiva inutilizada del mundo, el crecimiento global está cada vez más limitado, no por la demanda, sino por la dinámica de oferta y productividad. Éste no es un cambio transitorio.

Una consecuencia clara de este proceso es que las fuerzas inflacionarias han virado fundamentalmente. Después de desaparecer o aplanarse por un período prolongado, la curva de Phillips (que describe una relación inversa entre inflación y desempleo) probablemente esté de regreso, de manera permanente. Las tasas de interés aumentarán junto con las presiones inflacionarias, que ya están obligando a los principales bancos centrales a retirar liquidez de los mercados de capital.

Una economía global altamente endeudada (el legado de años de tasas de interés bajas) atravesará un período de turbulencia en tanto los niveles de deuda se acomoden a un entorno de tasas de interés de la "nueva normalidad". Las asignaciones de activos de cartera se ajustarán en consecuencia, y la prolongada luna de miel durante la cual los activos de riesgo superaron a la economía terminará.

Todavía está por verse cuán abruptamente sucederá esto. Es imposible pronosticar con precisión resultados específicos. El encuentro de la economía global con el punto de inflexión de Lewis será un período de considerable incertidumbre –algo de esperar ante cualquier movimiento tectónico.

Muchas partes de la economía global experimentarán un cambio de régimen fundamental. Varias décadas de crecimiento en las economías emergentes han impulsado un enorme incremento de consumidores de ingresos medios y del poder adquisitivo general, mientras al mismo tiempo se eliminó la capacidad productiva de ultra bajo costo del mundo.

Por supuesto, todavía puede haber períodos de crecimiento limitado por la demanda, luego de crisis como la pandemia o futuros shocks causados por el clima. Pero el patrón subyacente será uno de crecimiento limitado por la oferta y la productividad, porque los reservorios que queden de capacidad productiva subutilizada no son lo suficientemente grandes como para satisfacer la creciente demanda global.

El trabajo de Lewis no está principalmente centrado en la economía global, excepto en la medida que los mercados internacionales ofrecen la tecnología y la demanda necesarias para alimentar un crecimiento liderado por las exportaciones en una primera etapa en los países en desarrollo. De todos modos, su percepción de que los patrones de crecimiento cambian drásticamente dependiendo de si existen recursos productivos accesibles sin explotar (especialmente mano de obra) es más relevante que nunca.

Aplicadas a las transiciones hoy en curso en la economía global, las percepciones de Lewis implican cambios importantes en los patrones de crecimiento, la estructura de las economías, la configuración de las cadenas de suministro globales y los precios relativos de casi todo –desde productos, servicios y mano de obra hasta materias primas y diversas clases de activos-. Igual de importante es que indican que esta transición será irreversible.

Navegar la versión global del punto de inflexión de Lewis será difícil. Entender los cambios estructurales subyacentes es el lugar necesario donde empezar.

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Comentarios 2

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Articulo complejo que al menos los no iniciados hemos de leer con calma un par de veces. Por un lado Michael Spencer lleva el punto de inflexión de Lewis de un país a la economía mundial. Si un país al desarrollarse sufre un proceso de migración del mundo rural al industrial, asegura que lo mismo ha ocurrido a nivel mundial. Pero hay un límite a partir del cual tanto el país en vías de crecimiento como la economía global ya no pueden basar su crecimiento en una mano de obra poco cualificada y barata, y para seguir creciendo necesita innovar el sistema productivo y agregar valor añadido a sus productos. Aquí Spencer echa mano de la curva de Phillips según la cual la inflación está inversamente relacionada con el paro. De modo que si aumenta la inflación aumenta la demanda de trabajadores que a su vez va a presionar en el punto de inflexión de Lewis y va a provocar una crisis y un estancamiento económico general. Obviamente el premio Nobel de Economía M. Spencer supongo que no puede desarrollar un tema tan amplio y complejo en unas pocas líneas, ya que deja de lado el cada día mayor impacto del turismo en la futura economía global y, por otro, el desarrollo extraordinario de Internet y su enorme potencial económico. Además, aún quedan países candidatos a ser posibles reservorios de mano de obra barata, fundamentalmente marxistas comunistas, como Laos, Camboya o tal vez Corea del Norte, y otros más, de modo que sin duda en el futuro habrá turbulencias, -quien lo niega-, pero en todo caso y dada su edad el señor Spencer con total seguridad no llegará a verlas ni a comprobar si esa crisis que vaticina ocurrirá o se quedará, como decían los castizos, en agua de borrajas. Conclusión: el cambio también puede ir a mejor.

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En fin, contestando al "Nobel" de economía:

1) El premio Nobel no se ha enterado de que el globalismo implosionó en 2008, murió de éxito para aquellos que lo implementaron, arruinando, eso si, a europeos y norteamericanos, empobreciéndolos y obligándolos a endeudarse para comprar sus productos importados de los países emergentes. Las multinacionales y grandes empresas (culpables de TODO) han sido las únicas beneficiadas, amplios márgenes al producir en el tercer mundo, vendiendo posteriormente los bienes a precios europeos y norteamericanos...pero vendiéndolos mediante un aumento de la deuda brutal; globalismo= aumento de la pobreza en Europa y USA= aumento del consumo mediante el crédito= incremento descomunal de la deuda=crisis del 2008 (crisis de deuda, fin del globalismo, destrucción absoluta de la economía productiva)

2) Si vemos el ínfimo peso de los minoristas en las bolsas europeas y en la de USA, la gente tampoco se ha beneficiado por esta vía del globalismo, algo obvio puesto que mucha gente carece de ahorros (el globalismo los ha empobrecido) y se necesita ciertos conocimientos para ser inversor, nuevamente los únicos beneficiados han sido los alegres muchachos del globalismo, las caras y los nombres los tenemos todos en mente de modo que me ahorro comentarlos.

3) Querer seguir buscando países del tercer mundo para producir barato y vender caro ya no funcionará porque la deuda creada por los globalistas y su modelo económico es tan descomunal, que Europa y USA ya no pueden consumir mediante el crédito, es decir, GAME OVER al globalismo. Por otra parte insistir en la "prospección" de mano de obra esclava por el mundo mientras se arruina con deslocalizaciones, créditos masivos, inflación, emigración desbocada, deterioro social y del mercado de trabajo en los países desarrolados es propio de HDLGP y de bobos que no saben dónde tienen la mano derecha.

4) Vamos hacia relaciones bilaterales entre los países, inflación, soberanismo con relaciones regionales, fin de la UE, aumento de los aranceles, desapalancamiento, incremento de los conflictos sociales y un sálvese quien pueda, quizá hasta a la desaparación del dólar como moneda internacional principal. Retorno a una economía productiva basada en el ahorro y los méritos, fin de la financiarización, y es posible una vuelta al patrón oro o un nuevo patrón, el bitcoin.

Ni Lewis, ni Phillips, ni peroratas perroflaúticas de premio Nobel al servicio de las élites, FIN DEL GLOBALISMO.

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#2