
Con la inflación disparada, aunque "transitoria", expectación ante la cada vez más cercana retirada de estímulos, si ómicron lo permite, y con el previsible inicio de subidas de tipos, el BCE no ha querido ser complaciente y ha lanzado un aviso a navegantes al poner sobre la mesa la necesidad de abordar una concentración sectorial transeuropea.
Lo ha dicho en España, por boca de Luis de Guindos, vicepresidente de la institución monetaria. Un mensaje envuelto en los colores de la bandera azul con el círculo de estrella, pero cuya lectura quizá hay que hacerla en clave española.
El anuncio es que la unificación bancaria sigue siendo necesaria ya que el sector bancario europeo tampoco se mueve a la misma velocidad que la banca estadounidense. Cabe destacar que la economía norteamericana se basa en el crédito, mientras que en Europa todavía se mantiene el arraigo al débito, aunque esto viene cambiando en los últimos tiempos. También sabemos que el mercado español en el 2020 ha estado marcado por las fusiones exitosas y fallidas en lo que respecta a CaixaBank y Bankia, y al BBVA y el Banco Sabadell respectivamente. Lo que dice el exministro es que incluso este proceso de unificación bancaria podría implicar a entidades del ámbito europeo. Y es que la rentabilidad media de las entidades del Viejo Continente está muy por debajo de la media global.
La presión de los bajos tipos de interés seguirá perjudicando los márgenes que se mantendrán bajos a medio plazo, por lo que el BCE considera que una de las mejores vías para hacer frente a este efecto negativo para la banca es la fusión entre entidades del ámbito europeo.
Otra variable que puede forzar la máquina de las fusiones continentales es el crecimiento de la financiación no bancaria, que actualmente supone en Europa un tercio de la financiación total, acercándonos cada vez más al modelo de Estados Unidos con una participación cada vez mayor de los fondos de inversión, lo que acarrea más riesgos.
Lanzado el mensaje por De Guindos en Madrid es inevitable hacer una lectura en clave española, donde el proceso de megafusiones está a medio camino todavía. Si lo que viene es la Superliga europea, para ser competitivo deberás fortalecer tu posición nacional si no quieres ser 'devorado' por las grandes entidades del otro lado de los Pirineos.
Sin embargo, es complicado identificar algún escenario concreto de fusión, ya que uno de los interrogantes existentes sobre este proceso de integración transfronterizo es precisamente lo relativo a cuestiones estratégicas, comerciales, regulatorias, fiscales e incluso jurídicas, que explican las reticencias que existen desde que se planteó esta posibilidad.
Por poner un ejemplo sencillo con una pregunta, ante una teórica fusión transfronteriza ¿en qué país se establecerá la sede social o, qué régimen jurídico y fiscal se aplicará a la entidad? Precisamente uno de los problemas existentes en Europa es que no hay armonía fiscal y es muy difícil prever una fusión de estas características, aunque Bruselas está trabajando en la posibilidad de que esto suceda.
Y ojo al mensaje de Luis de Guindos sobre el sector inmobiliario y lo que puede suponer como elemento de presión adicional para que los bancos fortalezcan su balance. El BCE no descarta que actualmente exista una burbuja en los precios de la vivienda en algunos países de Europa, sobre todo donde el peso de este sector tenga una mayor repercusión. Ya sabemos que uno de ellos es España. No parece que estemos en situación ni de lejos comparable a la de la última crisis financiera en términos de exposición al ladrillo, pero es posible que el BCE se esté afanando en lanzar mensajes para evitar que tropecemos dos veces con la misma piedra.
Precisamente, el sector inmobiliario podría ser uno de los catalizadores para que el BCE adelante en el calendario la decisión de subir los tipos de interés. En periodos inflacionistas, el sector inmobiliario se ve impulsado por la oferta de vivienda nueva, pero también por una mayor demanda. La liquidez colocada en el mercado durante estos últimos años ha encontrado en la vivienda uno de sus principales destinos que de la mano de tipos bajos, supone una gran oportunidad para los consumidores que tienen una mayor capacidad de decisión al ver como las entidades bancarias compiten en precios con productos hipotecarios, principalmente de tipo fijo.
Este sector, de gran importancia en Europa, podría ser el ingrediente que faltaba para que el Banco Central Europeo no se quede rezagado respecto a la política de tipos de interés de sus homólogos, principalmente de la Reserva Federal.s