
El éxito de magos y trileros se basa en desviar la atención. Que la gente mire hacia un sitio diferente y no hacia donde se está realizando el truco. Una vez desviada la atención, todo es posible.
A falta de talento y valentía política, la única forma de convencer a la población de que tiene que trabajar más y cobrar menos pensión es ser un buen mago o un buen trilero. Y como en la política española no abundan ni el talento ni la valentía, lógicamente se opta por la magia o el "trilerismo".
Lo primero es desviar la atención. Se focaliza todo en el problema en las pensiones y se evita que la gente se fije en cómo se emplea el conjunto del dinero que manejan Estado y CC.AA. Es evidente que España tiene un problema con las pensiones y que para arreglarlo hace falta dinero, ahora bien ¿nadie se ha preguntado si al menos parte de ese dinero se podría obtener ahorrando en otras cosas?
Como ahora están muy de moda, empecemos por un estudio realizado por Los Verdes alemanes. Según dicho estudio, España pierde más de 90.000 millones de euros al año por la corrupción. Y el FMI cifra dicho coste en 60.000 millones. Probablemente ambas cifras son exageradas, pero lo importante es que en España hay mucha corrupción, mucho fraude y ambos cuestan mucho dinero.
Pero en España no solo hay corrupción. Aquí somos los campeones del gasto político. Muchas actividades públicas están duplicadas o triplicadas, con decenas de organismos haciendo lo mismo a nivel estatal, autonómico y municipal. Además, gastamos una fortuna en cosas como televisiones que no tienen ninguna utilidad pública, "chiringuitos" políticos - con nombres que producen sonrojo por su manifiesta inutilidad -, aeropuertos vacíos y muchas otras cosas que no tienen nada que ver con el estado del bienestar. Y que además cuestan mucho dinero. Hay varios estudios al respecto, que cifran ese gasto entre 10.000 y 20.000 millones de euros al año. Y en ellos no se incluyen hospitales, autopistas, colegios o carreteras.
Pero más que la cifra exacta de cuánto podríamos ahorrar, la cuestión fundamental es que, antes de aceptar sin rechistar que haya que trabajar más años o que se cobre menos pensión, habría que hacer una auditoría independiente sobre cuanto dinero suponen los gastos innecesarios del Estado. Y cuánto nos cuestan la corrupción y el fraude. Y luego presionar a Estado y CC.AA para que presenten un plan radical para reducirlos. Ante la perspectiva de tener que trabajar más y cobrar menos, muchos españoles preferirán cerrar chiringuitos.
Me dirán que es imposible, que haría falta una valentía que no tienen los políticos. Cierto, no la tienen. Ni ganas de tenerla. Pero eso no significa que los ciudadanos no deban saber que ocurre. O que se dejen engañar con trucos. Y, quién sabe: las redes sociales dan cada vez más poder a la sociedad civil. Si cientos de miles de españoles retuitean estas cosas, que sería como decirles a los políticos que también tienen que poner de su parte, alguno tomará nota. La política es marketing y estamos hablando de muchos votos. Y no vean como siguen las redes sociales.
Probablemente a la hora de la verdad no seamos capaces de ahorrar más de 10.000 o 20.000 millones al año. Pero oiga: es un buen "pico". Y permitiría suavizar el esfuerzo que tendrán que hacer los ciudadanos. Además es una cuestión de principios: si el error ha sido de los políticos, de su mala gestión y de no haber previsto y actuado a tiempo, lo justo es que el esfuerzo sea compartido.
Para desviar la atención también se dice que "nos obliga la Unión Europea". No: la Unión Europea lo que quiere es que equilibremos nuestras cuentas. Cómo lo hagamos, es cosa nuestra. Si junto a un compromiso de ajuste en las pensiones se incluye otro de ahorro en gastos inútiles – y la UE sabe perfectamente que aquí hay muchos – y si el compromiso va acompañado de sanciones por incumplimiento, ya verán como no ponen inconveniente. Y luego está el último truco: mencionar edades de jubilación absolutamente surrealistas, para que así luego parezca que dejarlo en 68 años es un triunfo de los ciudadanos.
También tenemos derecho a pedir coherencia. No se le puede decir a la gente estas cosas y eliminar luego la deducciones al ahorro, como acaban de hacer. Porque si hay una cosa clara es que vamos a tener que ahorrar. Y tener el dinero en un depósito o en una cuenta corriente no vale, ya que no genera ni va a generar intereses en mucho tiempo. Así que si los políticos van a hacer caer el peso del despilfarro y la falta de previsión sobre los hombros de los ciudadanos, lo menos que pueden hacer es facilitar y fomentar el acceso al ahorro privado.