
El BCE confirma que, tras el verano, levantará el veto al reparto de dividendos para los bancos de la eurozona. Sin duda, será una decisión coherente.
Carece de sentido que una medida excepcional dictada por la crisis del Covid se prolongue en el contexto actual, completamente diferente al propio de marzo de 2020. Más tiempo tardará el BCE en normalizar su política monetaria, pero eso no impide que ya soplen importantes vientos de cola para la banca, gracias a las menores provisiones por impagos y el regreso de las rentabilidades a niveles del 10%.
Sobre esta base tan prometedora, es posible asegurar que el dividendo bancario propio de la etapa posterior al Covid tendrá, con un nivel promedio cercano al 5%, un indudable atractivo para el inversor.