Opinión

El nuevo orden mundial

España ni está ni se la espera en el nuevo orden mundial

Mientras la factoría Sánchez&Redondo Producciones se dedica a jugar a la futurología sin tener soluciones para los problemas del presente, en el escenario internacional la presidencia de Biden en EEUU y la retirada en septiembre de Merkel en Europa marcan el inicio de un nuevo orden mundial en el que España ni está ni se la espera y que tiene como principios fundamentales la erradicación de los populismos y de los separatismos en el plano geopolítico, apartando las tentaciones extremas de izquierda y de derecha, y el aperturismo comercial y el multilateralismo en la economía.

La Administración norteamericana ha sido clara y contundente tanto en el discurso de Biden ante el Capitolio como en las declaraciones de sus responsables de política exterior apostando sin ambages por el final de las guerras comerciales y los aranceles y el fortalecimiento de las relaciones con la Unión Europea como aliado preferente. EEUU renuncia también a la política de Trump de enfrentamiento con China o Rusia para abogar por la diplomacia, lo que no significa que la Administración Biden no vaya a plantar cara ante las dos potencias porque "todos deben seguir las mismas reglas".

La intención del nuevo presidente es olvidar las guerras comerciales y los aranceles. No habrá más Brexit y en la única referencia a nuestro país desde el inicio de la nueva administración norteamericana, la secretaria de estado adjunta para Asuntos Europeos, Molly Montgomery, no ha podido ser más contundente "queremos una España unida y fuerte". Un aviso que más que a Puigdemont y los independentistas catalanes parece dirigido a Sánchez y a sus socios de Gobierno.

Mientras, en Europa, Mario Draghi se perfila como el nuevo hombre fuerte de la UE, liderando el nuevo eje dirigente Roma-Berlín-París. El sucesor de Merkel en Alemania, Armin Laschet, pese a su voluntad continuista carece del carisma de la ex canciller incluso dentro de la coalición de centroderecha, CDU-CSU, y es probable que, a tenor de las encuestas, tenga que formar gobierno con los Verdes lo que limitará su capacidad de liderazgo y movimientos. Debilitamiento este que coincide con el declive de Macron en Francia donde su caída en popularidad va en paralelo a su pérdida de prestigio internacional.

Bajo el liderazgo de Draghi los principales analistas y organismo internacionales coinciden en que Europa arrancará la recuperación de manos de Italia, Francia y Alemania, quedando España estará en el furgón de cola. La España de Sánchez no pinta nada hoy en el escenario internacional. Ni se le consulta ni se le considera en Washington ni en Bruselas donde no se fían de un gobierno con los populistas dentro y los independentistas como socios. Recordar que Sánchez ha sido ignorado por Biden y por Draghi, que ni le reciben ni le llaman mientras prodigan sus contactos con una mayoría de dirigentes y gobiernos dentro y fuera de la UE.

El episodio todavía latente de la invasión de Ceuta por emigrantes marroquíes alentados desde el gobierno de Rabat es sólo un primer apercibimiento de por donde van las prioridades del gigante norteamericano. Marruecos se ha convertido en el socio estratégico de Washington para controlar Oriente Medio y frente al terrorismo yihadista. Biden no va a dar marcha atrás en el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental y su intervención ha sido decisiva para que Rabat replegara su ofensiva, coincidiendo también con la aprobación por el gobierno de Madrid de una partida de 30 millones de euros para el reino alauita y la reactivación por la justicia española de la causa por genocidio contra el líder saharaui, Brahim Ghali. ¿Casualidad o causalidad teledirigida y obligada? Como dice el refranero, "a la fuerza ahorcan", y el que tenga ojos para ver que vea y quien tenga capacidad para entender que entienda.

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