Economía

Así es el plan mágico de Draghi para Italia: detalles, modernización y sin tocar los impuestos

El primer ministro de Italia, Mario Draghi.

El primer ministro de Italia, Mario Draghi, ha presentado hoy el plan de Italia para recibir más de 222.000 millones de fondos europeos en el Parlamento italiano. El banquero además se ha comprometido a implementar una profunda reforma fiscal, para simplificar el sistema tributario del país y reducir la carga fiscal gradualmente, que estará lista a finales de julio, junto una ley integral para aligerar los procesos burocráticos.

El 30 de abril es el último día para que la Comisión Europea reciba los planes de los estados miembros para recibir los fondos europeos asignados para apuntalar la recuperación tras la pandemia. El de Italia es uno de los más esperados por ser la segunda economía más castigada por la pandemia, tras la española, por ser el país que recibe más dinero y por llevar la firma de Mario Draghi, el antiguo banquero central del BCE al que se le atribuye el rescate del euro, cuando en 2012 estaba a punto de implosionar.

El plan de recuperación del gobierno italiano incluye compromisos espinosos para cualquier mandatario como es una profunda reforma fiscal, para simplificar el sistema tributario y preparar al país para reducir gradualmente la carga fiscal. Algo que venía arrastrando el país décadas.

Mientras otros países piensan en novedades fiscales en línea con subidas de impuestos en materia verde o para tecnología, Draghi sienta las bases para reducir los impuestos. También se ha comprometido con una simplificación de los procesos burocráticos necesarios para los proyectos de inversión del plan.

El paquete elaborado por Draghi se suma a los más de 170.000 millones de euros aprobados en estímulos económicos desde el inicio de la pandemia el año pasado.

El plan se financiará con 191.500 millones de euros que Italia recibirá del Mecanismo europeo de Recuperación y los otros 30.600 millones complementarios serán recursos propios, procedentes de una desviación presupuestaria que ya aprobó el Parlamento italiano hace días por valor de 40.000 millones de euros y que Roma quiere usar también para respaldar de forma más inmediata a empresas y familias penalizadas por la pandemia.

Aproximadamente el 40% de la financiación aportada desde Bruselas a Italia se asignará a proyectos ecológicos y el 25% a proyectos digitales, con prioridades que incluyen infraestructura y trenes de alta velocidad.

Las áreas de inversión serán seis: unos 68.600 millones de euros servirán para transición ecológica (59.300 millones del Mecanismo europeo de Recuperación y 9.300 millones de recursos complementarios); otros 49.200 millones para digitalización (40.700 millones de los fondos europeos y 8.500 millones nacionales); y 31.900 millones para educación (30.900 millones europeos).

Las inversiones para infraestructuras serán de unos 31.400 millones (25.000 millones de fondos europeos); 22.400 millones favorecerán la inclusión y la cohesión social (19.800 millones del programa europeo) y unos 18.500 millones para sanidad (15.600 del fondo europeo).

Con este paquete de reformas e inversiones, el Ejecutivo de Draghi espera que el producto interior bruto (PIB) de Italia se incremente 3,6% sobre el escenario base para 2026.

"Las medidas propuestas en el plan de gastos tienen como objetivo aumentar el potencial de la economía", explica David Powell, economista senior de Bloomberg Economics para la zona del euro. "El beneficio dependerá de la eficiencia con la que se implemente".

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