
Mañana martes, la Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos (USTIC, por sus siglas en inglés) dará a conocer su resolución sobre el aumento de aranceles a las exportaciones de láminas de aluminio del 3,75% actual al 23,32%. Desde la toma de posesión del presidente Joe Biden, todos lo países europeos del Grupo de los 20 (G20) que podrían verse potencialmente afectados por esta decisión han hablado ya con el inquilino de la Casa Blanca. Sin embargo, la excepción más notable sigue siendo la española, donde el Gobierno de Pedro Sánchez continúa sin recibir la llamada del Despacho Oval.
Una situación no falta de consecuencias. Al fin y al cabo, el incremento de dicho gravamen podría costarle a nuestro país 12.000 millones de euros si entrase en vigor el próximo 5 de abril de 2021. Pero este es solo un ejemplo de las consecuencias que la disonancia diplomática del Gobierno de Sánchez en un momento crítico para marcar cuál será la pauta en las relaciones transatlánticas.
Cierto es que el secretario de Estado, Antony Blinken, mantuvo contacto el pasado 16 de febrero con la Ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Arancha González Laya, pero incluso dicha llamada llegó después de que el principal diplomático estadounidense diera prioridad a su homólogo griego, Nikolaos Dendias, quien recibió el telefonazo de Washington un día antes. Y en las relaciones internacionales, el orden en la lista importa. De hecho, el contacto del responsable del Departamento de Estado con su homóloga española llegó 40 países y 22 días después de iniciar sus contactos con el exterior.
En la conversación entre Blinken y González Laya ambos abordaron la forma de fortalecer las relaciones bilaterales y transatlánticas. El secretario de Estado de EEUU agradeció a España por albergar a las fuerzas estadounidenses en las bases españolas de Morón y Rota además de enfatizar el deseo de Washington de trabajar con España, la UE y otros socios para abordar desafíos compartidos, incluido el Covid-19, el cambio climático, Rusia, China y Venezuela.
Previamente, el primer contacto oficial entre EEUU y España se produjo el pasado 2 de febrero se produjo entre funcionarios de segunda línea, cuando el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan charló por teléfono con Emma Aparici, asesora de Exteriores del presidente de España. Sullivan le trasladó el compromiso de la administración Biden de estrechar la relación entre ambos países. Ambos acordaron trabajar juntos en políticas diplomáticas, incluyendo China, Latinoamérica y el Sahel.
Sin embargo, fuentes cercanas a la Administración Biden, que también militaron el gabinete del ex presidente demócrata, Barack Obama, reconocen a este periódico que si bien Biden "no ha dedicado mucho tiempo a las llamadas con líderes extranjeros", en general, "España hace un trabajo deficiente a la hora de promocionar su importancia en Washington". Prueba de ello es que pese a su papel en Europa y América Latina ni las administraciones de Obama ni Trump ofrecieron especial atención política a nuestro país.
En este sentido, no debemos pasar por alto que la lista de dirigentes mundiales que han podido conversar por teléfono con el presidente norteamericano supera ya la veintena. Pero tampoco hubo llamada de cortesía por parte de Sánchez tras la victoria de Biden en las presidenciales de noviembre, cuando los presidentes de Argentina, Chile o Costa Rica, por ejemplo, sí cogieron el teléfono para felicitar al demócrata. El mandatario español optó por un mensaje en su cuenta de Twitter deseando "suerte" y mostrándose preparado para cooperar con EEUU y hacer frente a los grandes retos globales.
"Todavía no tenemos un calendario para una llamada entre el presidente Biden y el presidente Sánchez"
En estos momentos, desde la Casa Blanca, un portavoz indicó el viernes a este periódico que "todavía no tenemos un calendario para una llamada entre el presidente Biden y el presidente Sánchez", refiriéndonos a la conversación entre Sullivan y Aparici como prueba del compromiso de la Administración de EEUU para fortalecer la relación entre ambos países.
Por su parte fuentes de Moncloa aclaran para justificar la falta de contacto con Sánchez que, en esta ocasión, parece que Biden ha elegido un protocolo que pasa primero por hablar con las potencias nucleares y los miembros del G-7. Posteriormente lo ha hecho con las áreas en conflicto con EEUU y de interés particular. Por último, y aquí se incluiría España, llegarían el resto de países y socios. Desde el Gobierno insiste que lo que sí está habiendo son contactos de segundo nivel entre Laya y Blinken.
Uno de los asuntos que más urge resolver en las relaciones bilaterales pasa por Bruselas y es el de los aranceles que pesan sobre el vino, aceite y otros productos patrios en relación con los subsidios a Airbus. Aunque este problema se canaliza a través de la Unión Europea, la falta de diplomacia proactiva por parte de Sánchez pasa factura. La reciente decisión de la Administración Biden de conservar el arancel del 25% que pesa sobre el aceite de oliva envasado y a la aceituna verde de origen español ha dejado a España en una situación de desventaja competitiva frente a otros productores europeos como Italia, Grecia y Portugal.
EEUU se sitúa como segundo país de destino de los alimentos y bebidas españoles fuera de la Unión Europea, solo por detrás de China. Aún así, el año pasado, por ejemplo, la importaciones estadounidenses de aceite de oliva envasado de origen español cayeron un 80,9% respecto a 2019, según los datos del Departamento de Comercio. Esto ha favorecido enormemente a otros países como Túnez y Portugal.
Otra rencilla más tiene en su punto de mira a la Tasa Google de nuestro país. A comienzos de este año el USTR ya concluyó que ésta discrimina a las empresas estadounidenses y es incompatible con los principios fiscales internacionales. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dejó claro a finales de la semana pasada en una reunión virtual de los ministros de Economía y Finanzas del G20 que está dispuesta a negociar bajo el auspicio de la OCDE. Yellen ha mantenido ya múltiples contactos bilaterales con su homólogo alemán, Olaf Scholz, el ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire, o el ministro de Economía italiano, Daniele Franco.
Las llamadas de Yellen también han incluido ya a la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis o el ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, entre otros. Pero, una vez más, España no se encuentra en la lista.