
El Banco de España propone una estrategia integral de reformas estructurales para enderezar el rumbo torcido de nuestra economía que, de manera sintética, intentamos esbozar destacando los puntos más relevantes.
Que nuestra economía incremente su productividad es todo un reto que exige el despliegue de medidas que favorezcan el crecimiento empresarial, revisando el marco regulatorio y judicial y fomentando las opciones de financiación de nuestras pymes. Y es que nuestro tejido empresarial viene muy determinado por el abultado peso de las pymes. Hay que dar un paso adelante para convertir a nuestras empresas en más competitivas y que rivalicen con sus homólogas europeas en mejores condiciones.
Ello va de consuno con la necesidad de incrementar el capital humano, replanteando el sistema educativo en todos los niveles y promoviendo la formación continua de los trabajadores, e intensificar el capital tecnológico lo que requiere una puesta al día de los incentivos fiscales para favorecer los esfuerzos en "I+D+i" y potenciar el papel de las empresas de capital riesgo en la financiación.
La reducción de la dualidad que se da en el mercado de trabajo es otra de las metas propuestas, explorando mecanismos contractuales que faciliten un mejor y más equitativo reparto de la protección del empleo de los trabajadores temporales e indefinidos. Es ahí donde suenan los acordes de la mochila austríaca, claro que sería en versión española, y de ajustar el capítulo de las indemnizaciones que suponen un freno para la contratación laboral indefinida.
Estimular el empleo exige el refuerzo de políticas activas, entre las que se incluyen la orientación y formación más individualizada a las personas desempleadas, así como la revisión de la efectividad y eficiencia de las bonificaciones a la contratación. En ese sentido, también debe potenciarse la empleabilidad de los trabajadores mayores, los hoy llamados "senior", fomentando la formación continuada y promoviendo unas condiciones laborales que sean más flexibles para los trabajadores veteranos.
Saltamos al siguiente punto que aborda el Banco de España en su informe: la sostenibilidad del sistema público de pensiones, donde hay que conjugar los niveles de prestaciones que se proponen y sus recursos financieros lo que lleva a buscar el equilibrio entre las contribuciones que se realizan y las prestaciones que se reciben.
En lo tocante a las políticas que mitiguen las desigualdades de rentas, conviene revisar a fondo la efectividad de las transferencias sociales y los resultados del ingreso mínimo vital, no sea que éste favorezca escaqueos de economía formal hacia la informal.
Y otra cuestión que resolver a la hora de hablar de políticas de inclusión es la concerniente a la oferta de vivienda en alquiler, combinando más políticas públicas de vivienda social en régimen de alquiler y concediendo estímulos fiscales a propietarios y mejoras en la regulación que incrementen la seguridad jurídica.