Tasas de crecimiento, tipos de interés, política fiscal, acuerdos comerciales y negociaciones de desregulación. Hay toda una gama de políticas e indicadores que los inversores y analistas tradicionalmente miran para tratar de averiguar qué economías lo harán bien, y cuáles mal, y dónde deberían invertir en los próximos meses. Pero este año sólo hay una estadística que realmente necesitan considerar: las tasas de vacunación.
El argumento es simple: cuanto más rápido se vacunen las poblaciones contra el Covid-19, mejor le irá un país. Los confinamientos serán más leves. Los negocios empezarán a reabrir. La gente volverá al trabajo. Y quizás lo más importante de todo, tendremos una medida definitiva de la efectividad del Estado - o de lo contrario – de su ineficiencia. Ya hay una primera clasificación de los países que lo están haciendo realmente bien en la vacunación, y aquellos que fallan estrepitosamente - y por supuesto, las bolsas empiezan a tenerlo en cuenta. Las 'vaccinomics' es lo único que cualquier interesado en la economía global necesita considerar ahora mismo.
Es un milagro que, sólo un año después de que el coronavirus causara su primera muerte oficial en Wuhan, China, tengamos no una sino tres vacunas seguras y eficaces para el Covid-19: las de Oxford-AstraZeneca, BioNTech Pfizer y Moderna. Podemos añadir la vacuna Sputnik de Rusia, la Sinopharm de China y la Covaxin de India. Es cierto que hay debates sobre lo bien probadas que están las vacunas rusas y chinas, pero pronto se habrán administrado a millones de personas, así que lo averiguaremos de una forma u otra. El aspecto importante es éste, insisto: aunque todavía hay problemas de suministro, muchas vacunas están disponibles en el mercado.
Y sin embargo, hay tasas muy diferentes de inoculación según el país en el que se viva. Esta semana, Israel se aproxima al 20% de su población vacunada. Emiratos Árabes Unidos son los siguientes con un 10% (con una mezcla de los productos de Pfizer y Sinopharm), Bahrein con un 6%, y Reino Unido lo hace mejor que cualquier otro país del G-20 con un 2.99%. Estados Unidos están en un respetable 2,4%. China y Rusia han realizado muchos 'pinchazos' - 9 millones y 800.000 respectivamente - pero en ambos casos eso eso representa menos del 1% de la población. Otros países importantes van muy lentos. Francia ha logrado ha alcanzado a 93.000 personas, el 0,14% de la población, y Países Bajos o España no lo hacen mejor. Incluso la hipereficiente Alemania se demora, en medio de una furiosa disputa política por la chapucera adquisición de vacunas por parte de la Unión Europea en nombre de sus miembros. Sólo ha vacunado al 0,6% de su población, lo que la sitúa en el 15º lugar de la clasificación mundial (algo decepcionante para el país donde se creó la primera vacuna aprobada). Algunas economías importantes como Japón y Australia ni siquiera han comenzado todavía. Claro que esos rankings pueden cambiar en los próximos meses. Es poco probable que Alemania o Japón, por ejemplo, continúen haciéndolo tan mal. Aún así, hay enormes diferencias entre las tasas de inoculación. ¿Se traducirá eso en una recuperación económica dispar? Hay tres razones para ello.
Para que los confinamientos se relajen, se necesita una tasa de vacunación en un rango entre el 60 y el 70%, dependiendo de los datos que surjan en las próximas semanas sobre cómo impacta la transmisión. Pero empezará a marcar la diferencia muy rápidamente. Todas las tiendas reabrirán y la gente volverá a sus centros de trabajo. Una vez que todos en su oficina o fábrica hayan sido vacunados, no hay razón para que no funcione normalmente. Si algunas personas no quieren ser vacunadas eso depende de ellos, pero tendrán que aceptar que su empleador no quiera mantenerlos en la nómina (y las leyes deberían permitir el despido en este caso).
Por último, tendremos un baremo de la eficacia de los Estados en una crisis. El pequeño y valiente Israel ha demostrado una vez más que es uno de los países más eficaces del mundo. Los Estados del Golfo se han organizado muy rápidamente. Gran Bretaña ha sido a menudo caótica en su manejo de la crisis de Covid-19, y terminará con una de las peores tasas de mortalidad, pero su sector biotecnológico ha dado ejemplo a todo el mundo. El presidente Trump nunca mejorará su reputación, pero la llamada Operación Warp Speed fue un triunfo no reconocido. En cambio, en la UE el sector público secuestró el control de la política de vacunas, pero, al igual que con la moneda única, no tenía los medios para cumplir, con resultados catastróficos. Australia y Nueva Zelanda lo hicieron brillantemente al contener el virus, pero no han empezado a vacunar. ¿Permanecerán cerrados a los turistas durante meses después de que el virus haya sido derrotado en otros lugares? Por último, Japón ha mantenido el virus bajo control mejor que la mayoría de los países, pero retrasar la vacunación tendrá un precio.
Los mercados de valores ya están recompensando a los países que van por delante. El Tel Aviv-35, el barómetro bursátil de referencia de Israel, ha subido con fuerza desde el comienzo del año. El índice de Dubai también al igual que el FTSE-100. El Cac-40 de Francia, por el contrario, apenas se ha movido. Claro, todavía es pronto, y los mercados de valores reflejan una amplia gama de factores. Aún así, a medida que los países luchan por controlar la epidemia y comienzan a buscar la reapertura de sus economías, las tasas de inoculación contra el Covid-19 serán el factor clave para determinar si las recuperaciones serán rápidas, lentas o inexistentes.