Opinión

Vacunas: riesgo de descoordinación

El ministro de Sanidad Salvador Illa

Las autonomías toman la iniciativa a la hora de organizar la distribución de la vacuna anti-Covid en sus respectivos territorios. A primera vista, se trataría de una política coherente con las atribuciones que les corresponden en materia sanitaria.

Sin embargo, el nuevo fármaco plantea unos desafíos logísticos de primer orden, debido, sobre todo, a las extremas condiciones de conservación que demanda. Es por ello que el ministro Salvador Illa aseguró que era necesaria "una plena coordinación y colaboración" de las Administraciones, para garantizar un reparto eficiente de las dosis. Además, su Ministerio es el único interlocutor directo habilitado en España para negociar con los fabricantes del antídoto. Con todo, pese al importante rol que le corresponde, Sanidad tiene pendiente un paso clave, sin que aporte justificación para esa demora. Desde principios de este mes, el equipo de Illa cuenta con varias ofertas de operadores capacitados para conducir el reparto, como la Federación de Distribuidores Farmacéuticos que, en 2009, se encargó de la logística del fármaco contra la gripe A. Ninguno de ellos recibió aún respuesta del Ministerio. Los tiempos se estrechan a gran velocidad, ya que Bruselas quiere que la campaña de vacunación se inicie entre los próximos días 27 y 29.

Las autonomías toman la iniciativa ante la demora de Sanidad a la hora de organizar la distribución del fármaco

Es cierto que el director del Centro de Coordinación de Alertas, Fernando Simón, ha adelantado los plazos de distribución para asegurar que el proceso comience el mismo día 27. Sin embargo, faltan aspectos importantes por aclarar, que llevan a las autonomías a tomar sin coordinación sus propias decisiones. Todo apunta a que Sanidad vuelve a delegar en ellas las políticas más complejas, como ocurre con la definición de las restricciones de movilidad.

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