
Llevo tiempo dándole la "brasa" a nuestros clientes sobre la necesidad de ir adaptando gradualmente su cartera de fondos al cambio que viene. Y no se si los inversores en general son conscientes de hasta que punto van a cambiar las cosas en los mercados en 2021. Empezando ahora mismo.
Piensen, por ejemplo, en esto: si el coronavirus -y previamente Donald Trump- han sido quienes han marcado el ritmo de todo tipo de activos en 2020 ¿no es lógico pensar que las cosas cambien, ahora que la Covid irá perdiendo protagonismo y Trump cederá la presidencia?
Y no se trata solo de la renta variable. ¿Cómo es posible que nadie se plantee que tan pronto la economía empiece a volver a la normalidad, el BCE empezará a lanzar globos sonda para quitarse de encima el "marrón" - y la responsabilidad - que supone comprar todos los bonos de la Eurozona? ¿Nadie se da cuenta de que no hace falta llegar a la normalidad total, que basta con que bajen sustancialmente la presión hospitalaria y las restricciones para que tengamos algo que se parezca mucho -económicamente hablando - a la normalidad?
La selección de activos en sectores y países será lo que marcará la diferencia
Cuando el Banco Central Europeo vea que puede empezar a frenar lo hará. Y tendrá consecuencias muy importantes sobre los fondos de renta fija.
Por el lado de la renta variable, las bolsas ya están viendo el final del túnel e iniciando un movimiento de rotación que solo acaba de empezar. Será gradual y, por lo tanto, dará muchas oportunidades de inversión.
Prueba de lo anterior es el máximo histórico alcanzado por el Dow Jones. Como es una buena noticia no se habla mucho de ello, pero es importante, no ya solo por su carácter simbólico -superar los 30.000 puntos- sino por el apellido del índice que acaba de hacerlo: "industriales". El Dow Jones se llama "Dow Jones de Industriales".
Evidentemente la industria de ahora no es la industria de antes, pero aún así hay una enorme diferencia entre la composición del Dow Jones y la del Nasdaq. El hecho de que el primero rompa máximos históricos y se una a la fiesta es el primer indicador de que ya no solo va a subir la tecnología.
Esto, para quienes asesoramos en carteras de fondos de inversión, no es baladí. Como consecuencia de la "economía del confinamiento", el Nasdaq le ha sacado este año al Dow una ventaja del 29%. Un buen asesor financiero debe mirar hacia delante, poner las luces largas y plantearse si en algún momento puede ocurrir lo contrario. O si puede ocurrir en determinados sectores. O que los cambios en el liderazgo se produzcan por estilos de gestión, tamaños de compañías o zonas geográficas. En otras palabras, quien sepa rotar acertadamente en tiempo y forma la cartera de fondos a lo largo de 2021 obtendrá una importante rentabilidad adicional sobre la media, lo que se conoce como "alfa".
Hablando de alfa: si bien el alfa generado por la distribución de activos, es decir la adecuada selección de activos sectores y países, seguirá siendo quien marque la diferencia de rentabilidad, también podrían mejorar los resultados de la gestión activa. Es difícil por cuestiones que no caben ya en este artículo, pero está claro que a los gestores de fondos que sepan elegir valores ganadores se les está abriendo una oportunidad única. Probablemente la última si no quieren pasar al olvido, considerando los malísimos resultados de los últimos 10 años.
Se va a producir un cambio radical en los mercados financieros que se puede aprovechar
Estamos deseando que lo consigan. Como asesores especializados en el diseño de carteras de fondos, nada nos haría más felices que poder aportar doble valor añadido: el alfa consecuencia de una buena distribución de activos y un alfa adicional como consecuencia de una buena selección de gestores.
A ver si es verdad, porque la rotación ha venido para quedarse. Como dijimos y como ha quedado demostrado no era necesario que la vacuna estuviera en las farmacias, bastaba el anuncio. Pero es que tampoco es necesario que le estén los tratamientos que con toda seguridad irán apareciendo e, importantísimo, los test rápidos, que permitirán controlar la expansión del virus. El camino hacia la normalidad sin apellidos ya ha empezado y ahora es cuestión de elegir bien qué, cómo y cuándo debemos tener en cartera para rentabilizar el cambio radical que sin duda se va a producir en los mercados financieros.