
La filial en España del gigante del comercio electrónico Alibaba declaró el año pasado en nuestro país una facturación inferior a cuatro millones.
Se trata de una cifra muy alejada del volumen real del negocio de la empresa en España, estimado en 2.130 millones.
La diferencia entre los dos números es posible gracias a la conocida práctica de vaciar de actividad real a las filiales y transferir sus ingresos a territorios de baja fiscalidad (Islas Caimán, en el caso de Alibaba). Esta ingeniería fiscal es legal en la UE y lo será mientras no se armonice el Impuesto de Sociedades. Con todo, los Estados tienen pleno derecho para reclamar que toda actividad que se desarrolle en su territorio tribute allí, una práctica que otras multinacionales sí están cumpliendo.