Opinión

La España anestasiada o las cifras del desastre

Una gestión de la crisis francamente mejorable

Como los habitantes de esa ciudad alegre y confiada que nos describía el ingenio de Jacinto Benavente, así la sociedad española asiste hoy impávida a la tragedia de un Gobierno desnortado y desbordado y a la incapacidad y al egoísmo de una clase política mediocre sin querer entender ni atender a las cifras reales de la mayor catástrofe sanitaria y económica de nuestra reciente historia y a sus consecuencias.

Mas de 29.000 personas fallecidas por el COVID y seis millones de contagios, los peores datos de Europa y la gestión más calamitosa de la pandemia en el mundo desarrollado, como atestiguan los informes de los organismos internacionales.

Casi cuatro millones de parados y otros dos millones de trabajadores todavía afectados por los Erte, de los que entre el 30 y el 40% no volverán a su puesto de trabajo, además de ser el país con mayor desempleo juvenil de la Unión Europea.

Con más de 183.000 personas fallecidas, seis millones de contagios y casi cuatro millones de parados y dos millones de trabajadores en los ERTE, la sociedad española sigue anestesiada

Más de 900.000 empresas cerradas entre marzo y agosto ante la indolencia de un Ejecutivo que ahora busca la complicidad de los grandes del Ibex 35, cuando sus medidas de apoyo a la actividad empresarial son seis vences inferior a las de Alemania, en porcentaje del PIB, y la mitad de las adoptadas por Italia y Francia.

Unas ventas del comercio minorista en caída libre con un descenso acumulado del 9,5% en lo que va de año y un sector de hostelería que ha reducido capital por 147,98 millones de euros entre enero y julio, un 124,31% más que en los mismos meses de 2019, con datos del Radar empresarial de Axesor.

Una caída histórica del PIB del 18,5% en el segundo semestre del año, la segunda mayor de la UE, tras el Reino Unido, y una previsión de descenso anual próxima al 15%, la mas alta de la OCDE.

Y un déficit público que supera el 11,9% del PIB con una deuda del conjunto de las Administraciones Públicas que alcanza ya el 110,5% al final del segundo trimestre y que los analistas elevan al entorno del 120% al final del ejercicio.

Estas son sólo algunas de las principales magnitudes que marcan el drama que vive España y ante el cual nos enfrentamos con un Gobierno incapaz y sin ideas, que prioriza los intereses partidistas y personales por encima de la salud y el bienestar de sus conciudadanos y se coaliga con quienes quieren destruir el país, las instituciones democráticas, las libertades y el Estado de Derecho.

España se enfrenta a la mayor crisis sanitaria y económica de su historia con un gobierno incapaz y sin ideas

Un Gobierno sin alternativa real de cambio ante la inconsistencia de una oposición fragmentada, acomplejada, en busca de la identidad perdida y sin liderazgo ni proyecto definidos, reflejo de una élite política que se debate entre los personalismos, la malicia, las falsedades y los despropósitos.

Y lo que es más grave, ante una sociedad civil anestesiada, simplista y cada vez más acostumbrada al servilismo del subsidio. Esto es hoy España, un gran país en el recuerdo con los muros "ya desmoronados" y "caduca ya la valentía", como la describiera en desaliento la brillante pluma de D. Francisco de Quevedo.

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