Opinión

Siempre pendientes de un cable

Ya existe la tecnología para impulsar la carga autónoma y sin cables

Nuestra vida está fuertemente vinculada a la disposición de un cable en el momento más insospechado para recargar todos nuestros dispositivos: móviles, tablets, ordenadores… Pero día a día, vamos viendo aparecer un nuevo "wearable" en nuestras vidas que también necesita del cable para poder utilizarlo. Se trata del coche eléctrico.

Ya no hay duda que dentro de la electrificación de nuestro mundo, estamos ante una explosión mundial en el número de coches eléctricos vendidos en los últimos tiempos, alcanzando el año pasado el nivel de los 5 millones en la flota mundial. Pero la falta de una infraestructura de carga adecuada sigue siendo el problema, ya que para esa flota actual hay unos 632.000 puntos de carga públicos alrededor del mundo y la agencia Internacional de la Energía prevé que para 2030 se necesitarán 30 millones de puntos de carga.

La falta de infraestructura de carga es la barrera que frena al coche eléctrico

Por lo tanto, la falta de infraestructura de carga es, sin duda, una de las principales barreras que hay para la adopción del vehículo eléctrico, aun a pesar de las grandes inversiones públicas y privadas que se están haciendo para implementar el concepto de carga rápida (por encima de los 50 kW).

Una carga más eficiente y que crea una experiencia más completa para el conductor

Justo cuando nos estamos familiarizando con la presencia de cargadores y cables de vehículos eléctricos distribuidos por las principales ciudades, la industria ya está buscando el próximo avance. Impulsado principalmente por nuevas empresas, la carga autónoma (o inalámbrica) es una tecnología interesante de valor añadido, que abre nuevas posibilidades al proporcionar un entorno más amigable para el usuario.

De la misma manera que los cargadores inalámbricos de teléfonos móviles comúnmente conocidos, donde el teléfono se coloca sobre una plataforma de carga en lugar de enchufarlo, la recarga inductiva autónoma del vehículo permite cargar un vehículo sin estar físicamente conectado a una estación, llenando la batería cuando el automóvil está estacionado sobre un cargador en el suelo debajo de él. La electricidad se transmite desde una bobina magnética a otra instalada debajo del automóvil, conectándola a la electrónica y los sistemas de batería del vehículo a través de un adaptador inalámbrico.

Esta modalidad de carga no solo ofrece una facilidad de uso y la inexistencia de cables y mayor seguridad por posibles descargas, sino que puede suponer un número mayor de puntos carga porque puede colocarse en cualquier lugar de estacionamiento y, además de ser más estético, requiere menor mantenimiento que los puntos de recarga tradicionales.

Sin embargo, existen algunas trabas que todavía hay que solventar. Hay problemas de seguridad que pueden presentarse por la presencia de objetos extraños o vivos debajo o cerca de los conectores y el campo electromagnético que genera. Igualmente, será necesario que las marcas de automóviles adopten dicho sistema y aquí es donde gobiernos, fabricantes y tecnológicas están trabajando para lograr un estándar global para vehículos eléctricos.

Aunque más costosa, la recarga autónoma es la solución más conveniente

Y todo esto comienza a ser realidad: En Reino Unido, el gobierno ha puesto en marcha varios proyectos de carga inalámbrica y WIFI por valor de 37 millones de libras; la capital noruega, Oslo, tiene el objetivo de alcanzar una flota de taxi de cero emisiones en 2023 apoyándolo con la instalación de estaciones de carga inalámbrica por inducción. Los fabricantes de coches ya llevan un tiempo con pruebas e invirtiendo en este modelo de carga. BMW, por ejemplo, anunció hace poco tiempo su proyecto de carga doméstica inalámbrica para un modelo híbrido enchufable. Mientras, Renault realiza pruebas de carga inalámbrica a lo largo de las carreteras desde 2017.

Adicionalmente a lo que es el proceso de carga inalámbrica, estos sistemas tienen que resolver otros asuntos como puede ser la funcionalidad del pago para los puntos públicos, aunque ya existen sistemas como el desarrollado por la startup austriaca Easelink que permiten verificación y pago a través de blockchain.

La comparativa de soluciones de carga debe ir más allá de mero precio

Es cierto que la infraestructura de carga de vehículo eléctrico supone una gran inversión, aunque algunos gobiernos europeos ya ofrecen incentivos en forma de subvenciones para la carga doméstica, lo que comienza a suponer un verdadero aliciente para su adopción.

Lo que ocurre es que la instalación de un sistema de carga inductivo para el hogar es, a día de hoy, un 30% más caro que un sistema de carga doméstico basado en cable normal. Pero siempre se deben tener en cuenta determinadas ventajas cualitativas para el primer tipo de carga, como son la comodidad y el menor mantenimiento de la instalación.

Un aspecto también clave de la carga inalámbrica es su vinculación directa con la conducción autónoma. Son dos aspectos absolutamente relacionados ya que este tipo de vehículos sin operación humana deberán ser capaces de recargarse sin intervención y por ello, la disponibilidad de una gran infraestructura de carga inductiva será clave para potenciar el concepto de ciudades inteligentes donde servicios como taxis, autobuses o vehículos de limpieza no tengan necesidad de enchufarse.

Estamos en plena carrera

Sin duda, durante un tiempo, coexistirán múltiples tecnologías (basadas en cable, rápidas, autónomas...) mientras sigue creciendo el número de coches eléctricos en el mercado, pero para el éxito definitivo de la carga inalámbrica, se tendrá que tener en cuenta algunos desafíos. Por ejemplo, la tecnología, que requiere un estándar de mercado eficiente y competitivo en coste; la experiencia del usuario, que debe ser reinventada para garantizar que el vehículo se cargue cuando se desee por una gran flexibilidad y disponibilidad en espacios de carga; los modelos de negocio, donde los operadores ofrezcan una amplia cartera de soluciones para el cliente final.

La carga autónoma es la solución deseada para cargar vehículos eléctricos de una manera más conveniente que el repostaje tradicional. Aunque ahora no se postula como la tecnología principal, ¿cómo podemos creer que la carga todavía se realizará manualmente con la llegada de los vehículos autónomos?

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