
La reunión de Sanidad con las autonomías tuvo un alcance que va más allá de generalizar la prohibición de fumar al aire libre. El acuerdo promueve nuevas restricciones a locales de ocio nocturno (decretando su cierre) y a la hostelería (con más limitaciones de horario)
Esos pasos espolean el miedo a que acaben volviendo las limitaciones generalizadas a la actividad, que se vivieron desde marzo hasta junio. Las patronales consultadas por elEconomista son unánimes al subrayar el gran error que otro cerrojazo supondría.
Sin duda, deben evitarse a toda costa repetir los flagrantes errores que se cometieron durante el pasado estado de alarma. El modo unilateral, sin el más mínimo asesoramiento técnico, con el que se acometieron medidas como la congelación de la industria, no solo puso en peligro la supervivencia de miles de empresas. Amenazó además con quebrar las cadenas de suministro de nuestras fábricas con otros países, que costó años forjar.
Con todo, aun cuando las improvisaciones y los graves errores se evitaran, resultan lógicas las dudas de los empresarios sobre la capacidad de la economía para resistir otra paralización este año. La reactivación prevista con la desescalada y la temporada de verano queda muy por debajo de las previsiones. No cabe esperar un pronto alivio de las ayudas europeas, dado que su proceso de aprobación se extenderá hasta 2021.
Mientras, el PIB ya se encuentra sumido en una de las recesiones de mayor profundidad de la eurozona. Son todos factores que multiplicarían el daño de reeditar el parón económico. Sin duda, el auge de los rebrotes exige fomentar el teletrabajo y reforzar los controles en las oficinas y fábricas, pero lo que no sería asumible sería otra congelación de la actividad.