Opinión

¿Tendrá la UE finalmente su propio New Deal?

El autor analiza las similitudes de la actual situación en Europa con la ocurrida en EEUU tras la guerra con los británicos

Muchos creyeron el mes pasado que la reciente propuesta franco-alemana de un fondo europeo de recuperación, que se financiaría mediante bonos emitidos por la UE, podría ser el "momento hamiltoniano" del bloque. Este término se refiere al acuerdo del año 1790 cuya punta de lanza fue Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro de EEUU; mediante dicho acuerdo, el Gobierno federal asumió las deudas contraídas por los 13 Estados del nuevo país durante la Guerra de Independencia.

Al inspeccionar superficialmente esta analogía, ella parecía justificar el lanzamiento de eurobonos en aquel momento. Pero una mirada más detallada revela que la ecuación "Hamilton = Eurobonos hoy en día" no es válida, por tres razones.

En primer lugar, si bien los Estados de EEUU habían contraído la mayoría de sus deudas por una causa común, es decir, la guerra contra Gran Bretaña, eso no es cierto en el caso de los actuales Estados miembros de la UE. A pesar de que algunos podrían argumentar que todos los Gobiernos del bloque están luchando contra otro enemigo común, es decir, el virus Covid-19, esta analogía es engañosa. La deuda adicional en la que incurrirán la mayoría de los Ejecutivos para mantener a flote las economías nacionales durante la pandemia será grande, pero constituirá sólo una fracción de su deuda total.

Supongamos, por ejemplo, que el Gobierno italiano tiene que gastar el equivalente al 15% de su PIB para mitigar la inminente recesión inducida por la pandemia. El ratio de deuda pública del país aumentaría a aproximadamente el 150% de su PIB, pero la lucha común contra el coronavirus sólo representaría una décima parte del total de dicha deuda.

Ningún estado renunciaría a parte de su soberanía fiscal por recibir eurobonos

En segundo lugar, las deudas de los Estados de EEUU en tiempos de guerra no fueron pagadas en su totalidad por el Gobierno federal, porque la porción adeudada a los acreedores privados se reestructuró sustancialmente – lo que en la actualidad denominaríamos como "participación del sector privado" – antes de que el Gobierno federal las asumiera. Sin embargo, hoy en día una reestructuración de la deuda existente de los Estados miembros de la UE está fuera de toda discusión.

En tercer lugar, la apropiación por parte del Gobierno federal de las deudas estatales que Hamilton diseñó fue, en cierto sentido, un acto inevitable, en parte porque la principal fuente de ingresos del Ejecutivo – aranceles externos – también se había transferido al nivel federal. Del mismo modo, el lanzamiento a gran escala de los eurobonos requeriría de la transferencia de una parte sustancial de los ingresos de los Gobiernos nacionales al nivel de la Unión Europea, junto con restricciones en las políticas fiscales nacionales, como ha señalado elocuentemente el presidente de la Société Générale, Lorenzo Bini Smaghi. Pero, pocos Estados miembros de la UE, incluidos entre ellos los que abogaron a favor de los eurobonos, estarían dispuestos a abandonar una gran parte de su soberanía fiscal.

Por estas razones, es difícil sostener que la situación actual de Europa se asemeje de alguna manera a la de EEUU a fines del siglo XVIII, y que este es el momento de introducir formas para compartir, a gran escala, riesgos relacionados con las deudas públicas nacionales de Europa.

Algunos han comparado el fondo europeo de recuperación que se ha propuesto con el Plan Marshall del año 1948, en virtud del cual EEUU proporcionó a la Europa occidental devastada por la guerra ayuda sustancial para financiar la reconstrucción. Pero, de nuevo, las diferencias son más importantes que las similitudes. Sobre todo, el problema actual no es la infraestructura física arruinada, sino la repentina limitación en el uso de los recursos productivos existentes.

Podría decirse que el paralelismo histórico estadounidense más relevante para Europa hoy en día es el 'New Deal', de la década de 1930 del presidente Franklin D. Roosevelt. Al fin y al cabo, en aquel entonces EEUU había entrado en la Gran Depresión teniendo un sistema bancario fragmentado que estaba organizado dentro de fronteras estatales, y con Estados que también tenían a su cargo la responsabilidad el seguro de desempleo y el alivio de la pobreza.

El 'New Deal' cambió todo eso; sin embargo, gran parte del programa de Roosevelt tuvo que superar una fuerte resistencia. Si bien su Gobierno estableció rápidamente una unión bancaria mediante la creación de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos en el año 1933, el lanzamiento de medidas fiscales y la reorganización del seguro de desempleo resultó ser mucho más difícil.

En particular, la Corte Suprema de EEUU obstaculizó repetidamente el 'New Deal' al dictaminar que algunos de sus elementos centrales eran inconstitucionales porque no eran competencias federales. Pero, después de que Roosevelt ganara una reelección aplastante en el año 1936 y amenazara con nombrar más magistrados que apoyaran sus causas, la Corte cambió su posición – momento conocido como "el cambio a tiempo que salvó a una Corte de nueve magistrados" – lo que permitió al presidente implementar la mayoría de sus iniciativas.

En aquel entonces, como ahora, los temas clave eran el desempleo y el alivio de la pobreza. El 'New Deal' no se limitó a anular las competencias estatales en esos ámbitos, sino que proporcionó a los Estados y municipios financiación federal por montos grandes para obras públicas y compensación por desempleo.

De manera similar, el fondo "Next Generation EU" de 750.000 millones de euros, propuesto por la Comisión de la UE inmediatamente después de la propuesta franco-alemana, canalizaría los fondos de la UE a través de los Estados miembros y las regiones. Y, la iniciativa SURE de 100.000 millones de euros del bloque para mitigar los riesgos de desempleo en los Estados miembros más afectados, que ya ha sido acordada, también lleva ecos que recuerdan al 'New Deal'.

El reto es lograr que las medidas que se tomen por el Covid también sean útiles cuando todo pase

La falta de un régimen europeo de seguro de desempleo no debería causar sorpresa. En EEUU, el seguro de desempleo también se basa, todavía, en esquemas a nivel estatal que el gobierno federal complementa durante las recesiones. (El paquete de rescate económico de Estados Unidos de 2,2 millones de millones de dólares que el Congreso aprobó en marzo aumentó los pagos federales por desempleo en mucho más de lo que lo hizo durante las recesiones anteriores).

Las reformas de Roosevelt han resistido el paso del tiempo y ahora son aceptadas como una parte esencial de la "naturaleza económica" de EEUU. El desafío a más largo plazo para la UE será implementar sus medidas para la crisis Covid-19 de tal manera que ellas también se consideren herramientas útiles de estabilización económica cuando retornen los tiempos más normales.

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