Opinión

Sánchez o el triunfo del nihilismo

Pedro Sánchez pacta con todos aquellos que negó anteriormente

Pedro Sánchez ha logrado, por fin, lo que quería, la formación de un Gobierno. Pero la cuestión es si el fin justifica los medios empleados para conseguirlo.

Se trata, sin embargo, de un Gobierno frágil, que no contará con la mayoría suficiente para reformar ó sacar adelante leyes importantes y que estará sometido a los vaivenes tanto de Podemos como de ERC.

La primera prueba de fuego estará en los Presupuestos, que llevan dos años prorrogados. Me pregunto si ERC apoyará una subida de impuestos a las rentas altas, que se sume a la que acaba de anunciar el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés.

Cataluña dio el visto bueno a un incremento de dos puntos en el IRPF, que sumado a los cuatro puntos previstos por el Gobierno central, alcanzará seis puntos más en el IRPF de los directivos catalanes con bases imponibles superiores a 130.000 euros.

Patronales como Foment del Treball y Pimec, así como varias asociaciones sectoriales han advertido ya de la pérdida de competitividad y de atractivo de Cataluña frente a otras regiones para captar inversiones.

En el último año, Barcelona dejó escapar la sede de la Agencia de Europea del Medicamento, así como la futura fábrica de automóviles de Tesla en el Viejo Continente.

Un efecto parecido tendrá la decisión, recogida en el programa de la nueva coalición de Gobierno socialcomunista, de derogar en su totalidad la reforma laboral. Una de las medidas más elogiadas en Europa, que permitió crear más de dos millones de empleos.

El nuevo incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta 1.200 euros mensuales, la supresión de los convenios de empresa o a la vuelta de la ultraactividad provocarán a medio plazo la pérdida de miles de empleos, sobre todo entre las pequeñas y medianas empresas, que no puedan adaptarse a los costes.

El documento de PSOE-Podemos, de medio centenar de páginas, aboga por la revisión de las causas del despido, lo que frenará las contrataciones. Es muy preocupante que se proponga acabar con la posibilidad del despido por absentismo causado por las bajas por enfermedad, al que acaba de dar su plácet el Tribunal Constitucional, y es uno de los problemas graves del mercado laboral.

Asimismo, ningunea la presencia de la patronal en las futuras mesas de negociaciones sobre el SMI y sobre otros aspectos laborales con la creación de una comisión asesora del Ministerio de Trabajo, en la que junto a los agentes sociales incorpora a "profesionales de reconocido prestigio y académicos".

En resumen, pone las bases para comenzar a destruir empleo, después de un año que se cerró con la creación de sólo 38.000 puestos de trabajo gracias al sector público, frente a los más de 210.000 del precedente.

Como principal medida frente a la temporalidad, que aumenta con Sánchez más que con Rajoy, el único instrumento relevante para combatirla es "revisar la normativa laboral para prevenir su uso fraudulento y para garantizar las condiciones de trabajo y los derechos laborales de los trabajadores". Un brindis al sol.

El plan de Sánchez e Iglesias incentiva la atomización del tejido empresarial mediante la rebaja de impuestos a sociedades que facturan menos de un millón al año, mientras castiga a las grandes, especialmente bancos y eléctricas, que son los principales dinamizadoras del empleo y de la actividad.

Uno de los handicaps es la existencia de microempresas, que no logran alcanzar el tamaño suficiente para salir con garantías de éxito a los mercados externos.

Ahora se va en la dirección contraria. Cuando una empresa quiera crecer se dividirá en pequeñas sociedades con ventas inferiores al millón. Como gran palanca de desarrollo, se propone apoyar "fiscalmente a las cooperativas y sociedades laborales (…) para fomentar este tipo de empresas".

El programa elude mencionar expresamente un incremento de impuestos a los gasóleos, que el año pasado causó un desplome del 26 por ciento en la venta de estos vehículos, de los que España es uno de los principales productores europeos.

Pero no se engañen, el documento habla de una nueva "fiscalidad verde" y alude expresamente a una tasa sobre el CO2, entre otras medidas. El incremento de los denominados impuestos verdes es imprescindible para financiar políticas de bienestar o de gasto social, como la supresión de los copagos sanitarios, instaurados por Cristóbal Montoro para combatir el déficit.

La vuelta a la cultura del gratis total en materia sanitaria crearía un peligroso precedente, que dispare el gasto y vuelva a poner en peligro la sostenibilidad del sistema público de salud.

Pese a las promesas de cumplir con los objetivos de déficit marcados por Bruselas, las cuentas no cuadran. Todas las subidas de impuestos que recogen, incluidas la tasa Google y la de transacciones financieras, no llegan para financiar el alza de pensiones y de los sueldos públicos prometidos para este ejercicio. En definitiva, se trata de un plan que pretende borrar de un plumazo las reformas introducidas por Rajoy para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas.

El diálogo que pide ERC entre gobiernos  con Sánchez  abrirá la puerta a una consulta pactada

En las rondas de negociación celebradas entre Pablo Echenique y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, éste llegó a plantear la vuelta a la jubilación a los 65 años junto a la actualización de las pensiones con la inflación y la supresión del factor de sostenibilidad, que las congelaba en los próximos años. Podemos también quiso introducir una renta mínima vital, que finalmente queda circunscrita a los casos de los más vulnerables.

Pero la verdadera obsesión de Podemos está en el capítulo de la vivienda. En el anterior documento, emitido poco después del famoso abrazo entre Iglesias y Sánchez, se aseguraba que la vivienda no era una mercancía, sólo un derecho. En el actual, se propone elaborar índices de referencia para adecuar a ellos la subida de los precios de los alquileres de inmuebles, al más puro estilo castrista.

El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, desvió la potestad sobre la elaboración de estos índices de precios a comunidades autónomas y ayuntamientos, con lo que quita esta responsabilidad al Estado.

Asimismo, se amenaza a propietarios de viviendas vacías y grandes tenedores (bancos y fondos de capital riesgo) con un alquiler social a los inquilinos en condiciones vulnerables. En esta ocasión, se siguen los pasos de Cataluña, donde Aragonés acaba de redactar un decreto ley que obligará a las entidades financieras a ofrecer alquileres sociales por siete años.

Para más Inri, se aboga por modificar el régimen fiscal de las Socimis, que catapultó la creación de este tipo de sociedades, aplicando "un gravamen del 15 por ciento sobre los beneficios no distribuidos".

Es lamentable, que se ponga en peligro al sector inmobiliario, uno de los que más empleo genera. Hay miles de millones en espera por parte de grandes fondos internacionales para invertir en vivienda en alquiler, que a partir de ahora pondrán rumbo a otra parte. Una oportunidad perdida. La construcción masiva de viviendas en alquiler por parte de estos fondos hubiera rebajado su coste al ampliar la oferta y así se producirá justo el efecto contrario.

Los independentistas arrastran a Sánchez, como a la diosa Cibeles,hacia el ocaso soberanista

Pero lo peor no es la incertidumbre económica, sino política. El acuerdo se hace a costa de un pacto con Esquerra Republicana, que abre la puerta a un referéndum independentista y genera una gran confusión política.

En el texto del acuerdo se cambia el término Constitución por el de un marco jurídico legalmente constituido y se reconoce la existencia de un conflicto político entre España y Cataluña sobre una negociación entre gobiernos iguales, que puede desembocar en la excarcelación de los presos del procés o el citado referéndum.

Cualquier acuerdo de la mesa de negociación con ERC nace muerto si no cuenta con el beneplácito del PP de Casado, como apuntó el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre.

Para más Inri, la inhabilitación de Torra este viernes puede abocar a la convocatoria de elecciones en Cataluña, lo que obligaría a Esquerra a endurecer su discurso en pro de la independencia.

El pacto de Gobierno con ERC acelerará el desgaste político al que está sometido Sánchez a causa de las críticas de la oposición y lo pondrá en serios aprietos dentro de su partido y entre la opinión pública.

Todo el esfuerzo negociador y las dotes de convicción desplegadas en estos meses por los enviados por Sánchez, probablemente, acaben en nada. Sánchez debería estar preocupado. La suya es una victoria pírrica, ganan más los vencidos que el vencedor.

Es el triunfo del nihilismo, como lo definiría Nietzsche, que consiste en la negación de todo principio político ó moral, aunque luego se acabe llevando a cabo. Tanto en política como en economía, Sánchez ha pactado sobre todo lo que hasta ahora había negado.

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