
Pese a que prácticamente ha pasado un año desde que el mundo entró en shock por el coronavirus, aún sigue habiendo debates sobre las costumbres más eficaces en la lucha contra la pandemia. Uno de ellos va referido a las mascarillas y qué tipo de todas las que hay en el mercado usar, algo muy acrecentado en los últimos meses con diferentes investigaciones que dan la razón a una u otra teoría. Sin embargo, conviene saber que para que un equipo de protección individual (EPI) funcione bien, éste debe estar correctamente ajustado o de lo contrario perdería gran parte de su eficacia.
Un hueco entre mascarilla y rostro de una persona del 2%, dejaría pasar un 50% de aire sin filtrar. Así lo asegura una investigación de la Universidad de Colorado sobre la pérdida de eficacia de los EPI. Pues bien, en la misma sintonía, la Universidad de Delft (Países Bajos) ha demostrado a través de un vídeo esta teoría y cómo una mascarilla de tela, en principio la menos eficaz, puede llegar a ser mejor que una quirúrgica o una FFP2 (o KN95).
"Pon interés en fijar bien tu mascarilla", recomienda la investigación al tiempo que advierte que no se debe "ir detrás de una persona con una mascarilla con mal ajuste". Todo tras un vídeo de casi un minuto en el que somete a ensayo con cámaras térmicas la filtración de una mascarilla quirúrgica, una FFP2 y una de tela, estando las dos primeras mal puestas.
14/ El AJUSTE es un problema muy gordo para el uso de las mascarillas para la población en general
— Jose-Luis Jimenez (@jljcolorado) February 1, 2021
Por huecos q nos parecen pequeños pasa la mitad de aire sin filtrar. En este video (U Delft) se ven tres mascarillas, la N95 y quirúrgica están mal ajustadas y tienen muchas fugas pic.twitter.com/UmgpFkybAd
En las imágenes se puede apreciar cómo la quirúrgica se prueba, en primer lugar, con muchas aperturas de aire entre la mascarilla y el rostro, emitiendo partículas al exterior. "Mejor no ir detrás", termina el ensayo avisando del peligro. Tras ello, una FFP2 tiene parecido resultado, y aunque tiene un poco menos de fugas, sería recomendable también ajustársela adecuadamente. Finalmente, la última mascarilla y en teoría la peor, de tela, aparece perfectamente colocada y filtrando prácticamente todo el aire que el maniquí expulsa al exterior.
Siguiendo este ejemplo conviene recordar que la mascarilla debe estar siempre bien fijada, sea del tipo que sea. Con ello se evitarían fugas y posibles contagios pese a llevar el EPI tanto para uno mismo como hacia el exterior.
Solo el 13% de la población que usa habitualmente una FFP2 la llevaría bien puesta
Es más, en línea con ello, otro estudio esta vez en Singapur llegó a la conclusión de que solo un 13% de la población llevaba bien puesta la FFP2. Un sencillo consejo para prevenir las fugas sería usar dos mascarillas, aunque puede derivar en fallos más graves si también tiene un uso inadecuado.