La importancia de las mascarillas para protegernos contra el coronavirus es ya un hecho incontestable. Aún así, pasado casi un año de pandemia todavía surgen dudas acerca del mejor modelo que se puede usar. Y, aunque la opinión más extendida es que las FFP2 (y las similares KN95) son las más seguras, lo cierto es que no tiene por qué ser así...sobre todo si la mascarilla no encaja bien en nuestra cabeza.
No se trata de una cuestión de calidad (algunos expertos aseguran que las higiénicas protegen casi igual que la FFP2), sino de ajuste. Es lo que sostiene el profesor de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez, que en un hilo en la red social Twitter ha explicado por qué no siempre la opción de las FFP2 es válida, por mucho que se piense lo contrario.
Y es que, si la mascarilla no ajusta bien a la cara, no es segura. El problema es que eso deja resquicios por los que los aerosoles, que pueden contener rastros del virus, se cuelan y existe la posibilidad de que se inhalen, llegando la infección por vía aérea. El profesor Jiménez lo advierte: "Si hay huecos entre cara y mascarilla, al aire le es mas fácil ir por ellos. Un hueco del 2% del area de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar!!".
13/ Dijimos que para filtrar aerosoles, necesitamos CALIDAD del filtro y AJUSTE de la mascarilla a la cara.
— Jose-Luis Jimenez (@jljcolorado) February 1, 2021
Porque si hay huecos entre cara y mascarilla, al aire le es mas fácil ir por ellos. Un hueco del 2% del area de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar!! pic.twitter.com/fcdxe87Fai
Para medir el problema real que supone este ajuste, el profesor da dos detalles: en algunos hospitales hay personas dedicadas a estudiar y controlar este aspecto en los profesionales y algunas personas se están planteando afeitarse, ya que esa barba hace que no se cierre bien el espacio de la cara.
Jiménez sostiene que la clave reside en muchas ocasiones en la barra metálica flexible que cierra la mascarilla en torno a la nariz. Es muy importante hacerlo de forma que se asegure lo máximo posible el cierre por ese flanco de la cara.
Las FFP2 pueden convertirse en "una reliquia del pasado"
Si no se consigue un ajuste correcto, los filtros, por muy eficaces que sean, no lograrán su objetivo de atrapar y retener las partículas de saliva o moco que contengan el virus. En ese caso, el profesor recomienda que se opte por otro tipo de mascarillas (como las higiénicas) si con ellas sí se consigue un buen ajuste. Porque, tal y como repite en varias ocasiones, la clave es conseguir un buen ajuste y tener un buen filtro. Prescindir de uno de ellos significa perder protección contra el coronavirus. Por eso no siempre valen las FFP2.
Lo que Jiménez considera un problema de diseño se produce porque los creadores de la FFP2 priorizaron los buenos filtros ante ese ajuste. El profesor cree que con el tiempo se impondrán nuevos diseños que combinarán ambas cosas y que, en el futuro, las FFP2 "serán una reliquia del pasado".
Se trata de un mensaje más dentro de una línea a la que se van sumando poco a poco más personas. Sin ir más lejos, hace unos días Joseph G. Allen, un virólogo alemán que da clases en la Universidad de Harvard, aseguraba que lo que funcione o no una mascarilla FFP2 depende de si está o no bien puesta.
Para comprobar si esta mascarilla está puesta correctamente, el científico propone, además de unas sencillas comprobaciones mediante unos movimientos de cabeza, leer el 'pasaje del arcoíris' con el que se explica a los niños cómo se crea este fenómeno atmosférico. Si durante su lectura no se perciben salidas de aire en los bordes de la mascarilla, ésta estará colocada de forma correcta.