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La crisis del automóvil se agudiza: con los aranceles crece la lista de 'profit warnings'

Patio de trenes en Wolfsburg (Alemania) cargados con nuevos coches Volkswagen | iStock
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La caída en la demanda de vehículos en Europa, la incertidumbre regulatoria y la política de aranceles de Donald Trump en la primera mitad del año han agudizado la crisis que vive el sector del automóvil europeo, que estas semanas escribe sus últimos capítulos.

Volkswagen Group publicó resultados el viernes pasado, y además de reducir su beneficio neto un 36%, hasta los 4.005 millones, lanzó un profit warning (recorte de perspectivas de crecimiento). El grupo dueño de Skoda, Seat, Cupra o Audi espera que sus ingresos se mantengan en línea con los de 2024, frente a la previsión de crecimiento del 5% anterior. Además, prevé un retorno operativo sobre las ventas que se sitúe entre el 4% y el 5%, frente al 5,5%% y el 6,5% anterior, entre otros ajustes.

Los malos resultados del grupo alemán, que recibió un golpe de 1.300 millones de euros por los aranceles estadounidenses, se suman a las noticias que emergieron la semana pasada de Stellantis, que anticipa pérdidas de 2.300 millones para el primer semestre, y al profit warning que ya lanzó Renault hace unos días.

Los aranceles, la reconversión tecnológica y el incremento de una competencia feroz proveniente de China está cercando a los fabricantes europeos, que están acometiendo reestructuraciones internas para salir a flote.

Por su parte, Stellantis que comercializa 14 marcas históricas como Fiat, Opel o Peugeot, publicó el pasado lunes que anticipa pérdidas por 2.300 millones de euros en el primer semestre del año, frente a los 5.647 millones del ejercicio anterior.

Este resultado se debe en gran parte a la política de aranceles que Donald Trump ha impuesto en EE. UU. a las importaciones de vehículos y componentes, y que afectan al grupo, ya que depende de la fabricación que lleva a cabo en Canadá y México, así como de los vehículos exporta desde Europa.

En total, Stellantis calcula en 300 millones el efecto de esta política arancelaria sobre sus cuentas. Mientras, sus ventas en Norteamérica se han desplomado un 25% en el segundo trimestre. También estima un impacto de 3.300 millones en cargos netos antes de impuestos.

"El sector sigue sin conseguir crecer sus ventas, los márgenes se resienten y hay una competencia muy importante en volúmenes que llega desde China. Y eso, parece que unidos a los aranceles van a ser un problema enorme este año", comenta a elEconomista.es Pablo García, director general de Divacons.

Renault, que se encontraba menos expuesto a los mercados de Estados Unidos y China, se ha visto impactado por esta crisis. El fabricante francés, que hasta ahora había salido ileso de los recortes de previsiones, lanzó un profit warning el mismo día que su CEO, Luca De Meo, dejó la compañía.

La empresa, ahora liderada de forma interina por el director de Finanzas, Duncan Minto, estimó que para el resto del ejercicio Renault obtenga un margen operativo del 6,5% del 7% anterior que preveía, así como un free cash-flow comprendido entre los 1.00 y los 1.500 millones de euros, frente a los 2.000 millones anteriores.

Asimismo, la empresa había publicado en semanas anteriores que calculaba una impacto de 9.500 millones reconocida en la cuenta de resultados como pérdidas en sus ingresos operativos por su participación en Nissan. "Renault ha visto que también ha tenido un componente en cuanto a resultados, sobre todo operativos, bastante raquíticos", añade García.

Para 2025, tanto Stellantis —liderado ahora por Antonio Filosa— como Mercedes-Benz han decidido suspender sus proyecciones, debido al impacto negativo que la política arancelaria de Trump está teniendo en los ingresos del sector.

Mientras que en abril de este año, Porsche AG, que pertenece a Grupo Volkswagen, recortaba su previsión de crecimiento para este año. En concreto, redujo su estimación de ingresos por ventas de entre 39.000 y 40.000 millones de euros a entre 37.000 y 38.000 millones. También recortó su margen de rentabilidad sobre ingresos del máximo del 12% al 8,5% y su margen de ebitda automotriz del 21% al 18,5%.

"Hay una visión gris del sector para este año, en la que la puntilla, han sido los aranceles. Aunque ya veníamos de una desaceleración de la demanda, de una fuerte competencia y de algunos problemas en las cadenas de suministro, así como problemas en márgenes. En el tema financiero, las compañías ganan también mucho dinero en préstamos para la compra de un coche, así que si el volumen de ventas desciende, pues obviamente tienen peores resultados financieros", concluye el analista.

La tónica de los profit warnings

Los recortes de previsiones de esta primera mitad de año marcan una continuación con la tónica del año pasado. Stellantis, Porsche y Volkswagen, publicaron en 2024 recortes a sus previsiones de crecimiento.

En julio del año pasado, Porsche redujo sus previsiones de ventas debido a la escasez de piezas de aluminio que afectó a su producción. En aquel momento, la firma recortó su expectativa de ingresos de los 42.000 millones de euros a los 40.000 millones. Con todo, el productor del Macan y Taycan cerró 2024, con un 30% menos en su beneficio neto atribuible y una facturación de 40.083 millones de euros.

Por su parte, Stellantis y el alemán Volkswagen, lanzaron sendos comunicados en los que anunciaba una reducción de sus ingresos, el primero un 17% hasta los 156.900 millones de euros y el segundo un 0,7%, hasta los 324.656 millones.

Stellantis anunció en septiembre del año pasado que su margen operativo esperado caería a entre el 5,5% y el 7%, muy por debajo del "doble dígito" previsto anteriormente, y anticipó un flujo de caja negativo para ese ejercicio. Al cierre de 2024, el grupo vio caer su beneficio un 70%, afectado por problemas de inventario en Estados Unidos y tensiones con su red de concesionarios, derivadas de la estrategia de su anterior CEO, Carlos Tavares, que buscaba reducir el número de marcas y modelos. Finalmente, el margen operativo se situó en el 5,5%.

El gigante alemán Volkswagen, que en 2024 emitió dos profit warnings, alertando en el último de ellos de una reducción en cinco puntos porcentuales en sus ingresos, finalmente cerró el año cumpliendo pronósticos y haciendo crecer sus ingresos un 0,7%, asediado por la caída en la demanda en uno de sus mercados clave: China. Asimismo, se vio afectado por el raquítico crecimiento de las ventas de coches eléctricos en Europa, mientras las marcas chinas acaparaban más cuota de mercado.

Un año después, y a la espera de que en la siguiente semana se publiquen los resultados semestrales definitivos de Stellantis y Renault esta semana, las perspectivas de los grupos automovilísticos parecen no mejorar.

Aranceles e incertidumbre

El sector automovilístico europeo se enfrenta a "difíciles vientos en contra" marcados por un "entorno operativo volátil" y a "retos estructurales", a pesar de que la mayoría de las empresas se benefician de la gestión conservadora de sus balances y de una amplia liquidez, "lo que constituye un importante amortiguador frente a los problemas a corto y medio plazo", afirma el analista de calificaciones corporativas de Scope Ratings, Lucas Pozza.

El analista considera que los resultados desiguales de los principales fabricantes europeos "no han contribuido a modificar las perspectivas crediticias negativas del sector automovilístico, a pesar de las tendencias alentadoras". De hecho, apunta a que existe una creciente incertidumbre rodea a la política comercial estadounidense, cuya volatilidad está perturbando las cadenas de suministro en Norteamérica.

Los fabricantes europeos de gama alta, como BMW y Mercedes-Benz, que tienen una mayor presencia manufacturera en EE.UU., están relativamente mejor posicionados para absorber las repercusiones de los aranceles que los grupos basados en la exportación y ventas de gran volumen, como Stellantis, cuyos vehículos cruzan el Atlántico hacia Estados Unidos, y también cruzan la frontera por el Río Bravo o Volkswagen.

La política arancelaria de Donald Trump ha hecho que la rentabilidad de los fabricantes europeos se haya visto presionada en el primer trimestre con ingresos planos o a la baja. "Incluso si los actuales aumentos de los aranceles resultan finalmente ser temporales… el impacto en los resultados de la industria en el primer semestre de 2025 será sustancial", abunda el analista.

De hecho, hace unos días Porsche admitía que tendría que acometer más recortes ante el impacto que están teniendo los aranceles en sus ventas, según un documento interno al que tuvo acceso Bloomberg. Estos recortes adicionales, que se negociarán con los líderes sindicales, pretenden reforzar la rentabilidad de Porsche en los próximos años. La empresa aspira a un margen operativo del 15% al 17% a medio plazo.

A la espera de un plan europeo para el sector de la automoción, y mientras los fabricantes chinos continúan ganando cuota de mercado en el continente, los constructores tradicionales enfrentan otro año marcado por la incertidumbre en política comercial. Europa ha impuesto aranceles de hasta el 35% a los vehículos eléctricos fabricados en China —como es el caso de Volvo Car, que reportó pérdidas en el primer semestre—, mientras que Estados Unidos aplica gravámenes del 25% a estas mismas importaciones.

"Tras un primer trimestre difícil, es poco probable que los resultados del segundo trimestre de los fabricantes europeos sean mucho mejores debido a la incertidumbre arancelaria, los costes de la transición de los vehículos eléctricos y la debilidad de la demanda china en un contexto de creciente competencia. Es probable que estos factores en contra lastren los beneficios y los flujos de caja durante el primer semestre, o incluso durante todo el año 2025", concluye Pozza.

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