
Volkswagen ha sufrido el golpe de los aranceles de Estados Unidos. El fabricante alemán que comercializa varios modelos producidos en Europa en ese país ha comunicado este viernes que el coste de la política de Donald Trump ha sido 1.300 millones de euros en sus resultados del primer semestre.
Esto, a su vez, ha llevado al grupo a registrar un beneficio neto atribuido de 4.005 millones de euros, un 36,6% menos que en el mismo periodo del año anterior. El fabricante que conjunta las marcas Volkswagen, Audi, Porsche, Seat y Cupra, se ha enfrentado a otro año difícil, en el que a la crisis sufrida en 2024 por la baja demanda en mercados clave como China, o lento despegue de los coches eléctricos en Europa, se le suma la política comercial de Estados Unidos que afecta a las ventas en ese país.
Volkswagen tiene en Norteamérica uno de sus mercados más importantes, con plantas al sur y al norte de la frontera de Estados Unidos. Sin embargo, la incertidumbre creada por la política de la Administración Trump de imponer aranceles adicionales del 25% a las importaciones de automóviles, ha hecho que las entregas de vehículos a clientes en esa región cayeran un 6,9%, hasta las 425.843 unidades. Solo en Estados Unidos, sus entregas se redujeron un 9,8%.
Sumado al gravamen colocado a los componentes, el grupo alemán, al igual que otros europeos, debe pagar un impuesto total del 27,5% por los vehículos que exporta a ese país. Por lo que la afectación a su resultado operativo en los primeros seis meses del año fue de 1.300 millones de euros.
En total, su resultado operativo fue de 6.707 millones de euros, un 32,8 % menos que hace un año, por lo que la rentabilidad operativa sobre las ventas bajó hasta el 4,2 % (6,3 % en el primer semestre de 2024). Esta cifra también tomó en cuenta las provisiones para la reestructuración que está llevando con Audi, su propia marca y su compañía de software Cariad por un valor de 700 millones de euros. De hecho, la filial sufrió en el primer semestre una pérdida de 1.172 millones de euros.
También anotó gastos de 300 millones en el segundo trimestre relacionados con la regulación de su flota debido a la normativa de emisiones de CO2 de la Unión Europea, una cifra que bajó desde los 600 millones al conocerse el aplazamiento de las sanciones que la Comisión Europea negoció con los fabricantes en marzo.
Los malos datos financieros se dan a pesar de que el grupo consiguió aumentar sus ventas en el primer semestre. En este periodo, entregó 4,4 millones de vehículos a sus clientes, un 1,3% más frente a hace un año. Asimismo, la cartera de pedidos en Europa del grupo creció un 19% y se disparó un 62% en el caso de los vehículos eléctricos, de hecho, Volkswagen es la marca más popular en esta tecnología en el continente. Sin embargo, su cifra de negocio se estancó, ingresando un 0,3% menos, hasta los 158.364 millones de euros.
"El grupo Volkswagen mantuvo su posición en un entorno extremadamente desafiante", explicó en los resultados el consejero delegado de Grupo Volkswagen, Oliver Blume. "Implementamos mejoras notables en diseño, tecnología y calidad, y logramos un progreso significativo en software. Nuestras cifras de ventas se mantienen estables en un mercado global competitivo. En Europa, consolidamos nuestro liderazgo en movilidad eléctrica, con una cuota de mercado del 28%, y la cartera de pedidos se mantiene bien cubierta", añadió.
Reducción en las previsiones
Mientras la UE negocia a contrarreloj con Estados Unidos un acuerdo para la política comercial y arancelaria, los fabricantes europeos se enfrentan a una crisis acuciada por la entrada al continente de una alta competencia de marcas chinas y por la atonía del mercado europeo, que cayó el mes pasado un 7,3%.
En este panorama, Volkswagen ha reducido sus previsiones de crecimiento para el cierre de este año. El grupo alemán espera que sus ingresos por ventas se coloquen en la misma línea que los de 2024, es decir, por debajo de su pronóstico previo de un crecimiento de hasta el 5%.
Esto, según Blume, debido al aumento de los aranceles y elevados costes de reestructuración en Audi, Porsche y la marca homónima del grupo. Además, prevé un retorno operativo sobre las ventas que se sitúe entre el 4% y el 5%, frente al 5,5%% y el 6,5% anterior.
En la División Automotriz, Volkswagen continúa esperando una tasa de inversión de entre el 12% y el 13% para este ejercicio y se espera que el flujo de caja neto automotriz para 2025 se encuentre entre 1.000 y 3.000 millones de euros, frente a los entre 2.000 y 5.000 millones de euros anteriores. Esto incluye salidas de efectivo para inversiones para el futuro, así como para medidas de reestructuración.
La previsión de liquidez neta para esta división se redujo a entre 31.000 millones y 33.000 millones de euros, desde los 34.000 millones y 37.000 millones de euros previos.
"Nuestras cifras de ventas se mantienen estables en un mercado global competitivo", señaló Blume, que prevé que "la tendencia positiva se mantenga en el segundo semestre" apoyada por la ofensiva de producto y la buena demanda.