
La UE se prepara para todos los escenarios posibles: para uno en el que haya acuerdo con el Ejecutivo estadounidense de Donald Trump y para otro en el que no se llegue a ningún punto en común. Y si bien Bruselas considera que la solución está "al alcance", el bloque también ha dado luz verde a los dos paquetes de aranceles por un valor de 93.000 millones de euros en caso de que esta opción no llegue a materializarse.
Los Veintisiete países de la UE han dado luz verde este jueves, de forma definitiva, a los dos paquetes de aranceles contra Estados Unidos. El primero, que disponía en marzo el Ejecutivo comunitario con tasas del 25% sobre un listado de productos por valor de 21.000 millones de euros. Y el segundo, propuesto en mayo, por valor de 72.000 millones de euros y que impondría un gravamen sobre el sector del automóvil, aeronáutico o de maquinaria del 30%, equiparando la ofensiva plasmada en la última carta que remitía Trump a la Unión Europea.
"Con respecto a un acuerdo, un resultado, creemos que semejante resultado está al alcance, y estamos trabajando con todas nuestras fuerzas para proporcionar eso a los ciudadanos, empresas y consumidores de la UE", ha señalado el portavoz comunitario responsable de Comercio, Olof Gill, en la rueda de prensa de la Comisión Europea.
Este mensaje llega pocas horas después de que la Comisión Europea presentara a los embajadores de los Estados miembro un acuerdo con la administración estadounidense en el que se fijarían aranceles del 15%. Una "tarifa plana" que se aleja del 10% que quería alcanzar Bruselas, observando el acuerdo sellado entre Londres y Washington, pero que incluiría excepciones para algunos bienes como productos médicos o automóviles. El acercamiento se producía tras el encuentro del comisario de Comercio, Maros Sefcovic con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick.
Es así como la UE está preparada para todos los escenarios. Los aranceles aprobados definitivamente este jueves solo entrarían en vigor en caso de que no se llegue a un acuerdo. Además, si bien la tregua comercial finalizaría el 1 de agosto, estos gravámenes se aplicarían desde el 7 del mismo mes. Al mismo tiempo, las conversaciones entre ambos ejecutivos continúan. Son contactos "intensos" y "diarios" a nivel técnico y político, precisaba el portavoz comunitario.
"Estamos centrados en encontrar un resultado negociado con Estados Unidos. Estas contramedidas entrarán en vigor automáticamente el 7 de agosto si un resultado negociado no tiene lugar antes (del 7 de agosto)", indicó Gill. Las represalias se pueden suspender "si es necesario".
Con respecto a esos aranceles de casi 100.000 millones, lo que ha hecho la UE es dar luz verde a las dos listas que había planteado. La primera, en respuesta a esos primeros aranceles del 25% al acero y aluminio anunciados por Trump. Consta de productos como las Harley Davidson, los vaqueros Levi's o la soja. La segunda, tras las varias rondas anunciadas por la Casa Blanca, afectaría a coches, aviones, maquinaria industrial, bebidas o plásticos.
Lo cierto es que ya hay más escenarios planteados en el supuesto de que la negociación fracase. El Ejecutivo germano se ha posicionado por utilizar el que se ha denominado como 'bazooka', el instrumento anticoerción que permite a la UE tomar medidas cuando un país tercero aplica medidas de coerción, como sanciones. Pero no solo Berlín estaría a favor de esta opción, sino que una serie de capitales han manifestado su conformidad.