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Cómo dañan el coche los productos usados por los limpiacristales en los semáforos

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La luz roja de un semáforo obliga a los vehículos que la presencian a detenerse ante ella. Y hasta que la luz se torne ámbar o verde, permanecerán inmóviles un tiempo determinado, variable en función de la ubicación y de las necesidades del tráfico.

Esta pausa es aprovechada por algunas personas, generalmente desempleadas y sin posibilidad de trabajar, para vender productos como pañuelos o ambientadores, hacer malabares u otras actividades circenses, entre muchas otras. Todo ello con el objetivo de ganar unas monedas. Para ello, suelen escoger ubicaciones muy transitadas, con un gran volumen de viajeros, generalmente en grandes avenidas, cruces o rotondas.

Entre todas estas labores, muchos optan por lavar los cristales de los coches de forma rápida. Vierten un líquido jabonoso sobre las lunas que frotan con unas esponjas y, después, retiran los restos de jabón y suciedad con una escobilla. Sin embargo, esta tarea bienintencionada podría dañar nuestro vehículo si no se hace con los productos adecuados.

Qué jabón utilizan

En concreto, existen productos que específicamente no son aptos para limpiar este tipo de superficies. Es el caso, por ejemplo, de los jabones desengrasantes o los productos que contengan una elevada concentración de alcohol. Pensemos por un momento qué jabones no usaríamos en nuestro propio domicilio para, por ejemplo, limpiar una ventana o un espejo. O las propias lunas del coche.

Por ello, y como resulta lógico, lo recomendable es que las lunas se limpien con limpiacristales específicos. No obstante, no podemos saber con seguridad qué producto emplean quienes se dedican a ello en los semáforos.

De hacerlo con un jabón contraindicado, los parabrisas podrían acumular suciedad, generar reflejos indeseados, volverse opacos ante las primeras lluvias, rayarse o deteriorarse.

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