El aceite del motor hace que todas las piezas internas de este mecanismo estén lubricadas y, por lo tanto, funcionen correctamente. No solo eso, sino que su buen mantenimiento prolongará la vida de los componentes involucrados y, en extensión, del vehículo.
Para mantener este lubricante en buenas condiciones, se debe sustituir al cabo de una determinada distancia recorrida, a través de la cual se considera que el aceite ya ha sido usado. Esta distancia puede variar dependiendo del modelo y, como tal, debe aparecer reflejada en el libro de mantenimiento del vehículo. De hecho, será en este documento donde se refleje qué aceite debe usar el vehículo en cuestión, aunque existen páginas web en las que se puede consultar simplemente introduciendo la matrícula.
Por kilómetros o por años
Los coches más nuevos podrán utilizar aceites sintéticos con aditivos, diseñados para proteger y lubricar el motor durante mayores distancias, mientras que los vehículos más antiguos emplearán aceites semisintéticos o minerales. Por lo general, las distancias suelen oscilar entre los 15.000 y los 30.000 kilómetros.
Dado que no todos los conductores conducen las mismas distancias ni hacen el mismo uso del vehículo, existe otro indicativo para reemplazar el aceite. Si no se recorren esos kilómetros anteriormente mencionados, no se debe exceder el plazo máximo de dos años desde el último cambio de aceite.
El coste por cambiar el aceite, dependiendo del taller mecánico, puede variar entre los 50 y los 100 euros, aunque también dependerá de otros factores como el tipo de aceite o la cantidad de litros que el coche requiera.