El tiempo se agota para que Ford dé a conocer qué planta se encargará de producir dos modelos eléctricos que quedan por asignar en Europa. La decisión, que se conocerá antes de que acabe este mes de junio, afecta a las factorías alemanas de Saarlouis y a la valenciana de Almussafes. La que no salga elegida para fabricar estos modelos tendrá muy complicado su futuro en el medio plazo.
Pero la asignación de estos dos modelos de la plataforma bautizada como GE2 no servirá para que ninguna de las dos factorías pueda evitar el recorte en la plantilla. Sea cual sea la elegida tendrán que llevar a cabo ajustes en la plantilla.
Del lado institucional, tanto Alemania como España se muestran optimistas sobre las posibilidades que tiene cada una de las factorías para asumir la producción de estos modelos. El último en pronunciarse fue el ministro de Economía del estado del Sarre Jürgen Barke, el pasado martes, cuando se mostró "optimista", ya que "si se toma una decisión en un proceso justo y transparente, tenemos buenas posibilidades de obtener un contrato".
En términos parecidos se pronunció la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en una visita al clúster de automoción valenciano Avia el pasado 10 de junio. La titular de la cartera de Industria reconoció que Almussafes tiene "la oferta ganadora" para la adjudicación de los modelos eléctricos de la multinacional e incluso apuntó que las posibles ayudas del Gobierno iban más allá de las que pueda conceder el Perte, que contribuirá a la llegada de la gigafactoría de baterías de Volkswagen en Sagunto, una planta que también podría abastecer a Almussafes.
Futuro de las plantas
Lo cierto es que la situación de ambas plantas es, cuando menos, delicada. La factoría alemana se encarga de la fabricación de los modelos Focus, en sus versiones eléctricas y de combustión, y del Focus ST. Almussafes, por su parte, ha dejado de fabricar el Mondeo en abril, debido a un cambio en la demanda, que prefiere los modelos todocaminos (SUV).
Pero no será la única pérdida con la que cuente la fábrica valenciana. A finales de año también se dejará de producir la furgoneta Transit destinada al mercado norteamericano y, posteriormente, ya en 2023, la dirigida a Europa. Estos cambios, ya previstos y cuyos plazos podrían modificarse, continuarán con los modelos Galaxy y S-Max, que se fabricarán hasta marzo de 2024.

De esta forma, Almussafes se quedaría en 2024 con tan solo el Kuga que, hasta la fecha, supone más de la mitad de la producción total de la planta, donde se fabrica en sus versiones térmicas, híbrida e híbrida enchufable.
Asimismo, la planta de motores de Almussafes, que emplea a 1.000 trabajadores de los 6.000 que tiene la factoría, está directamente amenazada por la transición al coche eléctrico. En ella se producen actualmente los Ecoboost de 2,0 y 2,3 litros y para el último trimestre de 2022 también asumirá la producción el propulsor Duratec 2,5 litros, un motor híbrido que equipará el Kuga híbrido enchufable.
En el terreno laboral, cerrar un acuerdo entre el comité de empresa y la dirección de Ford en España fue un proceso difícil que se prolongó en el tiempo. Tanto que el sindicato mayoritario UGT tuvo que viajar hasta Alemania en febrero para cerrar un acuerdo con Ford con el objetivo de asegurar la llegada de los eléctricos. Un pacto que incluye contención salarial y más flexibilidad en las jornadas laborales, además de 15 minutos más de trabajo al día a partir de 2025 si se concreta esa carga de trabajo.
Colonia y Craiova, ganadoras
En marzo, Ford ya anunció el reparto de la producción de algunos modelos completamente eléctricos en sus plantas europeas. Así, la factoría de Colonia se encargará de producir en 2023 un crossover de tamaño medio, así como un segundo vehículo, un crossover deportivo, a partir de 2024. Adicionalmente, el Ford Puma también tendrá una versión eléctrica, que al igual que el resto de su producción para Europa se fabricará en Craiova (Rumanía) a partir de 2024.
Así, la empresa estima fabricar 1,2 millones de vehículos eléctricos anuales en Colonia en seis años, tras una inversión de 2.000 millones de dólares (unos 1.887 millones de euros al cambio actual).
En cuanto a la gama de vehículos comerciales, la Transit Custom y la Tourneo Custom, ambas eléctricas, empezarán a ensamblarse a partir de 2023 en Turquía. La Transit Courier y la Tourneo Courier eléctricas se producirán también en la planta rumana de Craiova.
Con esta gama ampliada de vehículos de pasajeros y comerciales, Ford reafirma su compromiso de conseguir un 6% de resultado neto de explotación (ebit) en Europa en 2023. La aceleración en Europa apoya el objetivo de Ford de vender más de 2 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo para 2026 y conseguir un margen neto de explotación a nivel global del 10%.