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El rumbo al mejor primer semestre en Wall Street en 22 años adelanta los 30.000 del Dow Jones a 2021

  • El mercado se adentra ya en un periodo tradicionalmente turbulento
Foto: Reuters.
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La bolsa americana está a punto de culminar su primera mitad de 2019. Un año que comenzó con el brío derivado del tremebundo final de 2018, cuando el miedo a un debilitamiento global llegó a generar caídas de casi el 20%. No obstante, el renovado giro de los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal, que apunta ya al fin de ciclo alcista en las tasa de interés y telegrafía una reducción de 25 puntos básicos en el precio del dinero, hace pensar que la bolsa americana podría imitar comportamientos como los experimentados en 1995 o 1998.

Hasta el pasado 30 de abril, el S&P 500 acumuló subidas de hasta el 17,5%, postulándose como el tercer mejor arranque del año desde la II Guerra Mundial. Dicho esto, la historia ya indicó que en este tipo de comienzos eufóricos, el mes de mayo suele postularse como la piedra en el camino. Un escollo que llegó acompañado de un renovado revés arancelario entre Washington y Pekín después de que las negociaciones en materia comercial colapsaran hace aproximadamente seis semanas.

Sin embargo, durante el presente mes, la renta variable de EEUU vuelve a vibrar de nuevo. El Dow Jones está camino de acumular su mejor retorno en junio de los últimos 80 años mientras el S&P 500 busca su mejor mes de junio desde 1955. No solo eso, este último indicador busca en lo que llevamos de año una rentabilidad de casi el 17%. Si se mantiene en este nivel, este sería su mejor comportamiento durante el primer semestre desde 1997, cuando el S&P subió un 19,4% en los primeros seis meses del año.

De todas formas, el mercado se adentra ya en un periodo tradicionalmente turbulento para la renta variable americana. Cabe recordar que el periodo que incluye los meses de junio a octubre ya arrojó un jarro de agua fría al optimismo durante los cinco arranques de año más fuertes desde la II Guerra Mundial, cuando el S&P 500 cayó una media del 5,2%.

"Las razones para la incertidumbre a corto plazo incluyen las tensiones geopolíticas, las disputas comerciales en curso, las preocupaciones sobre el crecimiento económico global, una posible recesión en los beneficios empresariales y algún que otro tropiezo estacional", indica Sam Stovall, director de inversión de CFRA.

Aún así, recientemente, el semanario Barron's revisaba su previsión sobre cuándo el Dow Jones coronará la cima redonda de los 30.000 puntos, una meta que a comienzos del 2017 se estimó podría lograrse en 2025, asumiendo que no se entraría en una guerra comercial y atisbando los efectos de la rebaja del impuesto de sociedades que se aprobó el 22 de diciembre de ese mismo año. Por aquel entonces, una subida del 50% durante 9 años parecía más que factible, ya que implicaba un retorno compuesto del 4,6% anual.

Crecimiento suficiente

Hoy en día, mientras que los efectos del estímulo fiscal se disipan, EEUU y China mantienen un pulso arancelario que les ha llevado a tasar hasta la fecha productos por valor de más de 330.000 millones de dólares. Un escenario que no ha evitado que el Dow acumule ya un tercio de las subidas proyectadas desde la portada publicada por Barron's el 28 de enero de 2017. Esto supone un incremento anual del 12,7% sin incluir dividendos.

Es por ello que el semanario actualizaba sus proyecciones. Para ello usaba las previsiones económicas que baraja Goldman Sachs, que estima que la economía de EEUU se expandirá este año un 2,4% y un 2,1% el que viene. Este ritmo de crecimiento podría ser suficiente para seguir respaldando la recompra de acciones e impulsar el beneficio por acción del S&P 500 hasta un 6% este año y un 4% en 2020.

En estos momentos, el PER (17) de las acciones estadounidenses se acerca a niveles similares a los registrados a principios de 2017. Suponiendo que se mantiene esta valoración, la perspectiva de beneficio implicaría una rentabilidad potencial anual del 5% aproximadamente desde los niveles actuales, según Barron's.

El comodín en la manga está en la Reserva Federal y la posibilidad de que esta ponga fin a su ciclo alcista

El semanario asume que las tensiones comerciales y los aranceles no tendrán un gran impacto en los resultados empresariales, dado que la situación puede corregirse con un aumento moderado de precios. También resta importancia al resultado de las próximas elecciones presidenciales a este lado del Atlántico.

Ahora bien, el comodín en la manga está en la Reserva Federal y la posibilidad de que esta ponga fin a su ciclo alcista tan pronto como el proximo mes de julio, con una posible rebaja de 25 puntos básicos. Un movimiento que tradicionalmente ha impulsado a la bolsa estadounidense durante el año posterior al cambio de ciclo. En estas circunstancias y recordando los peligros de fijar metas concretas, Barron's considera que los 30.000 puntos del Dow Jones podrían llegar a finales de 2021, mucho antes de lo previsto a comienzos de 2017.

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